Docentes y padres de familia costean los insumos para cumplir las medidas sanitarias Se preparan en los Altos para el invierno
A tres meses de que las escuelas de Morelos volvieran a recibir alumnos en sus salones, el programa piloto del regreso a clases presenciales ha evolucionado con un número cada vez mayor de padres que envían a sus hijos a los planteles educativos, pero, adentro, el temor no ha desaparecido. Mientras que los casos positivos de Covid-19 han ido en aumento, las instituciones de nivel básico intentan evadir los contagios cumpliendo con todas las medidas sanitarias, a fuerza de prueba y error.
Días después del regreso a clases, la primaria Narciso Mendoza, con una historia de 68 años y cuya directora presume ser la más grande de Morelos, tuvo que suspender sus actividades durante dos semanas luego de que los padres se alzaran en alerta por el reporte de un caso positivo.
En la primaria, ubicada en Cuautla, la Covid-19 ya había cobrado la vida de su exdirector, Miguel Melchor Garduño, así que la reacción de padres y madres no fue subestimada. Una vez que las clases volvieron a reanudarse, maestros y padres se comprometieron a cumplir con el protocolo de los tres filtros sanitarios: el primero en casa, el segundo en la entrada de la escuela y el tercero en la puerta del salón de clases.
“La cultura de la limpieza es muy importante. La higiene. Y esto nos ha permitido tener un regreso seguro."
Habitantes de municipios como Tetela del Volcán deben ingeniárselas esta temporada invernal para hacer frente a las bajas temperaturas