Cuando el Congreso reinicie actividades tras el periodo vacacional deberá tomar importantes decisiones relacionadas con las agendas legislativas de los 11 grupos y fracciones parlamentarias, pero habrá una cuyo impacto alcanzará a toda la clase política local. Me refiero al destino de la solicitud de juicio político hecha al Legislativo por la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (CMMC) en contra del gobernador Graco Ramírez. Sin embargo, a juzgar por lo acontecido en torno a la auditoría sobre el crédito de 2 mil 806 millones de pesos que desde el citado cuerpo colegiado se autorizó al Ejecutivo en octubre de 2013, el enjuiciamiento se quedó sin sustancia. Es previsible, pues, que los legisladores desecharán la solicitud de la CMMC. Pero conociendo la obstinación de quienes dirigen ese grupo, buscarán hacerse presentes de otras maneras, desde una caravana hacia la Ciudad de México (a ver si captan la atención del gobierno federal), hasta la interposición de otros juicios. A tres años y medio de la gestión graquista, la causa de los líderes de la Coordinadora (sacar a Graco de la gubernatura) parece perdida, siendo así como ahora enfocarán su esfuerzo hacia el tema de la seguridad pública. Al igual que en 1998, querrán configurar omisiones. A ver.
Luego de las vacaciones, ruteros y taxistas pretenden iniciar las acciones que la semana anterior anunciaron, con miras a exigir la renuncia del secretario de Movilidad y Transporte, Jorge Messeguer. La ofensiva está liderada, entre otros, por Dagoberto Rivera, eterno líder de ruteros, y Enrique Rodríguez “El Cancún”, dirigente de taxistas también eterno. Ambos personajes se han hecho de un importante patrimonio personal a partir de su condición de dirigentes gremiales y presionando al sector oficial desde una postura pretendidamente opositora. Enrique fue diputado local por al desaparecido Partido Civilista de Morelos, supliendo al empresario Alejandro Mojica, y Dagoberto fue candidato a diputado local por el PRD, pero no llegó. Ambos quieren, dicen, que renuncie Messeguer, pero es destacable que en la actual administración no se ha respondido a presiones de esa naturaleza.
Con el periodo vacacional que disfrutan 400 mil alumnos de nivel básico, estudiantes de nivel superior y trabajadores de los tres poderes del Estado, entre otros muchos morelenses, el servicio de transporte con itinerario fijo está económicamente sufriendo. Las rutas en Cuernavaca y la zona conurbada lucen semivacías y los ingresos de permisionarios y choferes disminuyen drásticamente. Situación similar atraviesan los taxistas, quienes en días de asueto viven claroscuros, es decir periodos de buenos ingresos y otros donde, dicen, “está muerto”. Las organizaciones Rutas Unidas y Federación Auténtica del Transporte han recomendado a los permisionarios aprovechar la época para ocuparse del mantenimiento de sus unidades, cuya necesidad se puede constatar al realizar cualquier viaje en ruta. Pero además de un operativo de “enchúlame la ruta”, las organizaciones de transportistas debieran insistir en la presentación y educación de sus operadores.