¡AH, CARAY! ¿Qué pasó de agosto para acá que Jane Fraser cambió tan drásticamente de opinión? Hace apenas cinco meses, la CEO de Citigroup se reunió con Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional y todo era risas y rosas.
AQUEL DÍA, dijo que México era un país de oportunidades gracias a su estabilidad económica, política y social. Tres Doritos después la misma Fraser anuncia que Citigroup se va del país y pone a la venta Banamex, desde las mil 300 sucursales hasta su importante colección de arte, pasando por su propia Afore y los 12.5 millones de clientes. Vaya, ¡hasta las plumas venden!
ES SABIDO que a nivel global la empresa se ha venido deshaciendo de sus filiales de banca minorista. Sin embargo, dado que se trata del segundo mercado más importante de toooda su cartera, había quienes decían que eso no pasaría aquí. Jane Fraser fue durante años la responsable del negocio en México y, particularmente, del segmento de banca de consumo. Así que, sin duda, conoce las tripas del sistema financiero nacional. Seguramente algo vio que no le gustó y el país de oportunidades se volvió el país de la salida de capitales.
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LAS ALARMAS se prendieron en la comunidad académica y científica, pues todo indica que el Conacyt prepara un nuevo -y demoledor- golpe contra la vida institucional del CIDE. Según dicen, este viernes se anunciará una reforma a los estatutos del centro, con el objetivo de dinamitar sus órganos colegiados.
LA IDEA sería que el nombramiento del director del CIDE no tenga que pasar por el Consejo Directivo, con lo cual, en los hechos, estarían legitimando de forma retroactiva la ilegal designación José Romero Tellaeche. A eso se suma borrar el requisito de ser integrante activo de la institución para ocupar la Secretaría Académica, lo que abre la puerta para que se nombre a un titular a modo. Y, para colmo, se pretende quitarle todo poder de decisión al Consejo Académico.
SE TRATA, sin duda de la destrucción de la institucionalidad del CIDE, pues una vez que lleven a cabo estas contrarreformas, Elena Álvarez Buylla y Romero Tellaeche lo habrán desmantelado como centro de debate y análisis, para convertirlo en centro de sumisión y obediencia.
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A ESTAS alturas ya no debería de sorprender, pero sigue siendo desconcertante la manía presidencial de nombrar funcionarios sin conocimientos en las áreas que les encargan. Ahí está el caso de Javier May que, con solo preparatoria, estuvo a cargo de Sembrando Vida, sin saber del tema; fue secretario de Bienestar, con experiencia más bien en cuestiones políticas; y ahora se hará cargo de Fonatur, sin que se le conozca ni siquiera una opinión sobre el tema. Su gran mérito, al parecer, es ser tabasqueño.