Los alimentos en México subieron casi el doble de precio que en Estados Unidos, debido a la falta de competencia en el mercado nacional, los cuellos de botella en la producción y cierres en las redes de distribución, entre otros factores.
El impacto ha sido más duro en el país, pues 43.9% de los mexicanos están en situación de pobreza, tasa cuatro veces mayor que del otro lado de la frontera, donde las carencias llegan a 11.4% de los estadounidenses.
La canasta de más de 100 tipos de alimentos que cotiza el Inegi subió 11.3% durante el año pasado y significó el mayor aumento desde 1998, cuando su precio se incrementó 22.0%.
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En cambio, los alimentos que reporta el Departamento del Trabajo de Estados Unidos se encarecieron 6.3%, es decir, subieron la mitad que en México.
En particular, las frutas frescas aumentaron 7.9% en territorio estadounidense, mientras que aquí la tasa se triplicó a 25.0%. En la Unión Americana las manzanas y los plátanos subieron 7.8% y 6%, pero en México se elevaron 23% y 20.4%.
Los estadounidenses observaron alzas de 4.9% en leche fresca y 3.0% en pan blanco; los mexicanos enfrentaron en los mismos alimentos aumentos de 8% y 10.8%, respectivamente.
Entre los comestibles que subieron más de precio en Estados Unidos están las proteínas de origen animal. En particular, la carne de res se incrementó 18.6%; la de puerco, 15.1%, y la de pollo, 10.4%. Estos cárnicos se incrementaron menos en México, con alzas de 15.5%, 12.5% y 8.7%, en ese orden.
En general, la inflación alimentaria fue mayor en el caso de México debido a que el mercado es menos competitivo, lo que permite a productores y distribuidores contar con márgenes más amplios para poder aplicar incrementos a sus precios, opinó Juan Carlos Anaya, director de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
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Desde su punto de vista, los estadounidenses expandieron su gasto por los estímulos económicos que recibieron, lo que elevó la demanda de alimentos hechos en México y los encareció para el mercado nacional.
“La Unión Americana depende de México, pues somos su principal proveedor de frutas y hortalizas; les vendemos todo el año porque contamos con un clima que permite producir los 12 meses, lo que no puede hacerse allá por el frío”, explicó.
La oferta alimentaria también se redujo por el clima adverso que impactó cosechas en varias regiones, cuellos de botella en la producción y cierres de conexiones en la red de distribución, aunado a altos costos de insumos como los granos y fertilizantes.
Juan Carlos Anaya expuso que se requiere aumentar la producción alimentaria para bajar precios, pues estimó que la presión va a seguir hasta marzo.
En su opinión, la depreciación del peso ante el dólar es el principal elemento que encarecerá los alimentos en 2022.
Golpe más duro
La inflación general alcanzó en México un nivel de 7.4% el año pasado, superando a Estados Unidos, donde los precios se incrementaron 7.0%.
Los mexicanos enfrentan una inflación más alta que los estadounidenses desde hace 14 años, pues la última vez que cambiaron los papeles fue en 2007, cuando la carestía llegó a 3.8% en el país y 4.1% en EU.
Durante el año pasado México también superó a Chile, Perú y Colombia, donde las tasas de inflación llegaron a 7.2%, 7.0% y 5.6%, respectivamente.