La plaza se calienta
Morelos se encuentra en un momento de convulsión social derivado de la difusión de imágenes y mensajes que relacionan a diversos personajes de la política estatal con figuras de la delincuencia organizada y un notorio aumento de la violencia. El tema de las fotos se comenzó a debatir casi desde que comenzó el año y conforme avanzan los días se añaden elementos que avivan la polémica, aumentan la tensión y provocan descomposición social. Dicho de manera coloquial: la plaza se está calentando.
Lo que comenzó con una fotografía del gobernador al lado de tres personajes relacionados con grupos criminales ha dado paso a la difusión de más imágenes de figuras políticas con actores de ese ámbito; de manera paralela se han colocado mantas en distintos puntos de la entidad en las que se habla de pactos, acuerdos, compromisos o componendas, además de que se mencionan a más personas que supuestamente participarían en actos fuera de la ley.
La situación se agravó con la ejecución del primer presidente municipal electo en la comunidad indígena de Xoxocotla, apenas once días después de que protestó el cargo. La situación es muy delicada porque unas horas más tarde de este hecho lamentable apareció otra manta en la que se amenaza al resto de los alcaldes morelenses.
Tratemos de entender la situación que se está viviendo:
El debate por la aparición de fotografías de políticos morelenses al lado de presuntos integrantes de la delincuencia organizada no comenzó con la foto de Cuauhtémoc Blanco, recordemos que tras la captura de “La Jefa” se difundieron múltiples imágenes de Rosario Herrera con diputados, senadores, magistrados, dirigentes de partidos políticos y diversos personajes de la vida pública local. Todos, por cierto, negaron tener amistad con la dama y afirmaron que las imágenes habían sido captadas en encuentros fortuitos. Dos fotografías de ·El Señorón” también salieron a la luz en un acto panista, ante lo cual la dirigencia estatal y los personajes involucrados han guardado silencio.
La presunción de un acto ilícito a partir de una foto depende de quien la observe; explico: para algunos diputados la foto del gobernador con tres personas es prueba irrefutable de un pacto, no así cuando se trata de las fotos de ellos con la supuesta líder del cártel de los Guerreros Unidos. El caso de las narcomantas es igual: hoy se señalan los vínculos de una persona, pero en el pasado mensajes similares se han colocado relacionando a alcaldes, legisladores, jueces y funcionarios de los tres niveles de gobierno.
Todos los políticos que de una u otra manera están metidos en esta dinámica descalifican las acusaciones y las ubican en el plano de la lucha por el poder; por supuesto que nadie ha aceptado los señalamientos y solo les conceden credibilidad y piden investigación cuando apuntan hacia un rival. En castellano: hágase la ley, pero en los bueyes de mi compadre.
Mientras unos y otros se acusan, se descalifican, se defienden y tratan de salir al paso de la tormenta mediática, la violencia aumenta y los grupos criminales avanzan. El enfrentamiento político genera un ambiente propicio para que la delincuencia avance, para que los malos se fortalezcan, hagan crecer su territorio y para que la justicia se aplace. En lugar de sumar fuerzas y cerrar filas en contra de un enemigo común, los actores de poder en Morelos llevan muchos años metidos en una dinámica de pleito personal que ha derivado en los altos niveles de violencia e inseguridad que vivimos.
La impunidad es el verdadero problema que deja una situación como la que estamos viendo, porque todos justifican y desmienten las acusaciones, pero nadie hace algo concreto para que inicie una investigación seria, formal y ajena a intereses políticos que ayude a limpiar las instituciones y a cerrarle el paso al crimen. El ambiente político se ha enlodado tanto que nadie tiene la calidad moral para hacer un llamado firme a la legalidad, ni se atreve a dar el primer paso para que se investiguen los vínculos delictivos.
La situación actual de Morelos es sumamente compleja, el debate ha pasado de lo local a lo nacional y ha abierto la posibilidad de que en los próximos días la federación intervenga para fortalecer la seguridad. Mediáticamente el tema desgasta la imagen del gobernador, pero también del resto de la clase política local que ha quedado manchada por la misma situación que se le acusa al jefe del ejecutivo.
El incremento de la presión pública y política sobre los posibles vínculos de la delincuencia organizada con figuras de poder puede derivar en alguna acción concreta de las autoridades federales; pongámoslo de esta forma: cuando se calienta tanto una plaza interviene en gobierno federal a través de las policías y los militares, pero también puede suceder que para bajar la presión pública se actúe directamente contra algunos de los personajes señalados, para mostrar que no existe complicidad, que no les tiembla la mano y no hay complicidad. Si así fueran las cosas, tomando en cuenta lo sucedido en el pasado o actualmente en otros estados, el hilo se rompería por lo más delgado.
Muchos actores de poder local están metiéndole mucha presión al tema con el objetivo de avivar la polémica política y generar confusión sin darse cuenta que eso lo único que provoca es enrarecer el ambiente y favorecer el incremento de la delincuencia y presionar a las autoridades federales para que hagan lo que hasta ahora no han hecho: investigarlos y actuar.
El enfoque de la clase política respecto a lo que está pasando en el estado es erróneo, porque no apuesta a la limpia de las instituciones, sino a la descalificación del rival; pocos apuntan más allá y ubican el tema en un plano social que afecta a miles de personas, cobra vidas y ha trastocado el estilo de vida de todos. Ninguno ha puesto en la mesa la necesidad de que se investiguen con seriedad los supuestos vínculos delictivos y se actúe conforme a la ley.
Obvio: todos piden que se actúe, pero solo en el caso de los demás.
posdata
No tengo claridad de lo que jurídicamente ocurrirá en el congreso estatal luego de que el miércoles pasado en la sesión de la diputación permanente se dio marcha atrás a los acuerdos del 12 de diciembre, donde retiraron la presidencia de la Junta Política del congreso a la diputada Paola Cruz y las comisiones a los integrantes del bloque de la 4T. explico:
Pasado el medio día se comunicó de manera oficial que, por unanimidad, pero sin la presencia del diputado Francisco Sánchez y la legisladora Luz Dary Quevedo, se había dejado sin efecto los acuerdos de dicha sesión, pero más tarde a través de otro comunicado y un video donde aparecía el presidente de la mesa directiva se señalaba que la diputación permanente no tenía facultades legales para hacerlo.
Por la noche el primer acuerdo, el que regresaba las posiciones a las legisladoras del bloque de la Cuarta Transformación fueron publicados en el periódico Tierra y Libertad, lo que jurídicamente validaba lo que unas horas antes señalaba de ilegal el representante de la 55 legislatura.
Queda claro que los desacuerdos predominan en la cámara de diputados y que esta situación se tendrá que dirimir en tribunales; el albazo de medio día puede tener sustento legal, pero no resuelve de ninguna forma los conflictos al interior de la 55 legislatura y por el contrario, aumenta el encono entre diputados.
Tres meses fueron suficientes para borrar la buena imagen que este congreso comenzaba a forjarse frente a la opinión pública; lo ocurrido en el mes de diciembre y los excesos documentados a algunos diputados, como los “viáticos” por casi 400 mil pesos que recibió la panista Andrea Gordillo en tres meses de trabajo, han colocado en el ojo del huracán a una cámara que prometía mucho y comienza a hundirse por errores propios.
A los veinte representantes populares, pero en particular a quienes tienen futuro político debería urgirles poner un alto a esta situación, recomponer el escenario y dar paso a una nueva etapa que deje de lado la evidente parálisis legislativa. Me refiero en especial a Francisco Sánchez, a Agustín Alonso, a Luz Dary Quevedo, a Alberto Sánchez y a Eliasib Polanco, porque de los veinte ellos son quienes más experiencia, capacidad y proyección, son los únicos que podrían trascender a la legislatura.
Lo que vemos en el congreso local es terrible desde cualquier ángulo, se trata de una comedia de equivocaciones que involucra a todos, pero exhibe de manera particular a aquellos que representan un error de la democracia y desde muy temprano muestran que su llegada a la cámara fue para obtener dinero fácil.
Las últimas legislaturas morelenses han sido terribles y casi todos sus integrantes han quedado en el ostracismo; es evidente que nadie aprende en cabeza ajena, pero habría que recordarles a nuestros representantes populares actuales en qué consiste su encomienda constitucional y cómo se mueve la política en este país. No se trata de ninguna manera de ceder a cuestiones ilegales, inmorales o ilegítimas, pero hay que entender que en política el diálogo no se debe terminar nunca, ni se deben hacer enemigos de gratis.
Simple: la política es el arte de lo posible, no de lo deseable.
nota
En un arranque que no ha sido sencillo desde ningún ángulo, el alcalde de Cuernavaca comienza a mostrar la manera como quiere gobernar la ciudad. Su tarea no es sencilla por varias razones: Antonio Villalobos dejó un desastre económico, político, social y operativo en la comuna y del nuevo gabinete municipal solo tres funcionarios valen la pena: Carlos de la Rosa, Alicia Vázquez y Javier Arozarena.
El abogado deberá ser cuidadoso de los pasos que da como autoridad, de las decisiones que toma y sobre todo tiene que evaluar permanentemente el desempeño de aquellos funcionarios impuestos cuyo único mérito profesional es estar cerca de los hermanos Martínez Terrazas.
Operativamente hablando el gobierno de Urióstegui comienza con prudencia, pero bien; habrá que darle tiempo, pero no mucho, para que tome totalmente las riendas de la ciudad e inicie el ansiado y esperado rescate de Cuernavaca.
Lo impostergable es identificar y sancionar las tropelías cometidas por su antecesor. A José Luis Urióstegui se le puede perdonar su novatez en la administración pública o la conformación de un gabinete francamente malo; lo imperdonable sería que no meta a la cárcel a Antonio Villalobos.
post it
El incremento exponencial de casos positivos de covid es alarmante; la suspensión de actividades masivas y el refuerzo de las acciones de prevención son vitales para evitar que la situación se vuelva más crítica.
Ojo: aunque la variante de Ómicron no es tan letal como las otras, sigue siendo una enfermedad peligrosa, sobre todo para aquellos que aún no se han vacunado.
La mejor prevención ante este virus no la otorga el gobierno, se debe tomar de forma individual.
redes sociales
Cualquier tipo de violencia contra las mujeres es reprobable, no importa si es física, laboral, política o sicológica. Ayer circuló un video en redes sociales que muestra cómo dos mujeres agreden a una tercera por un aparente lio sentimental.
Independientemente de las razones que motivaran la discusión, es terrible llegar a los golpes, pero es absolutamente reprobable que una mujer ayude a golpear a otra mujer, como se muestra en esas imágenes.
La historia es morbosa por si sola, pero se vuelve de interés público cuando se conoce la identidad de la “dama” que sostiene a una mujer para que sea severamente golpeada en el rostro: se trata de Paula Trade Hidalgo, ex delegada federal de Bansefi en Morelos en la administración de Enrique Peña Nieto y también exdirectora del Instituto de Crédito de los trabajadores con Graco Ramírez.
A Paula Trade se le acusa de haber otorgado de manera irregular créditos en el sexenio anterior, entre ellos el concedido al exgobernador tabasqueño.
Es lamentable que una mujer se preste a que agredan a otra mujer. No importa el motivo.
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