La oposición en Babia
El partidismo es, por esencia, excluyente.
Florestán
Hay dos factores políticos que sostienen la fuerza del presidente López Obrador. Uno, propio, su arrastre y fidelidad de sus seguidores, respaldada por sus programas sociales, y otro, externo, que es la ausencia de una oposición real.
De lo primero no hay mucho que agregar. López Obrador ganó las elecciones de 2018 con 53 por ciento de los votos, más de 30 millones de electores. Ya en la Presidencia, y antes como electo, no hizo nada que no hubiera anunciado: cancelación del aeropuerto de Texcoco, sus obras emblemáticas: Tren Maya, Dos Bocas, aeropuerto Felipe Ángeles, y su proyecto político: revocación de mandato e incremento de sus programas sociales, entre otras acciones hoy de gobierno.
¿Y dónde está la oposición? Pues lo que queda de ella debe andar en algún lugar cercano a Babia o más allá, con sus mismas limitaciones y miserias. Más ocupada en atender sus proyectos personales y de grupo que los de su militancia y rol opositor.
Desde esa pequeñez quiere reivindicar el resultado de las elecciones en Ciudad de México en junio pasado que ni ellos previeron, victoria que atribuyen a su alianza y no a la capacidad decisoria de la sociedad. Es decir, fueron ellos, los partidos, no los votantes, y olvidan el desastre de las estatales en las que Morena arrasó.
Hoy, a un año y medio de lo que vendrá para 2024, la oposición permanece en su nadería y en sus intereses de siempre: el PAN, Ricardo Anaya; el PRI, Alejandro Moreno, y el PRD, a lo que digan los otros. Ni eso tiene.
En esa mar tranquila navega López Obrador con su diseño sucesorio y de consolidación de proyecto sin ningún obstáculo que le inquiete o altere su ruta.
Y con la oposición remando para él.
RETALES
1. CITI. El que las calificadoras reduzcan sus perspectivas a Citibanamex es el resultado de lo mal gerenciado de su venta cuando no hay un comprador, a diferencia de 2001 cuando Citi anunció una compra, hoy una venta y sin saber a quién. Y por eso la incertidumbre y las rebajas;
2. CASILLAS. El Presidente había dicho que la consulta de revocación de mandato la hiciera el INE con menos casillas y luego que con encuestadoras. En ambos casos se violaba la ley que establece una organización de nivel federal, las mismas mesas que en 2021. Y lo de la encuesta ya era una vacilada. El lunes ya exigió que se cumpla la ley y se instalen las 161 mil casillas para las que el INE dice que no tiene dinero y él insiste que sí, que Hacienda no le va a dar ni un peso, que le busque; y
3. EMBAJADAS. En la SRE alguien tiene que entender el mensaje de López Obrador, quien personalmente designó a embajadores que se contrapuntean con Marcelo Ebrard, entre otros, los de Nicaragua, Venezuela y Panamá. Y la designación de Alicia Bárcena, para lo que se ofreciera.
Nos vemos mañana, pero en privado
Joaquín López-Dóriga
@lopezdoriga
lopezdoriga.com