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TEMPLO MAYOR

QUE si las embajadas, que si el INE, que si el covidcito, que si el Vaporub... el presidente Andrés Manuel López Obrador se sigue sacando temas de la manga para no hablar de lo que ya es una realidad: la economía mexicana se estancó en 2021.

LOS DATOS revelados por el Inegi en su indicador oportuno revelan que en diciembre ya no hubo crecimiento económico y, de hecho, se contrajo un 0.2 por ciento. Y si a eso se le suma que la inflación se disparó como hacía años no se veía, el resultado es un golpe para el bolsillo de los mexicanos.

EL PUNTO es que las políticas económicas de la 4T, lejos de propiciar el crecimiento, más bien lo ahuyentaron, como lo prueba la salida récord de capitales el año pasado. En este sentido, México fue de los países que dejó pasar el rebote que se ha visto en otras naciones tras el hundimiento que provocó la pandemia en 2020. Y, claro, del 6 por ciento de crecimiento que prometió López Obrador para 2021, pues ya ni quien se acuerde. ¡Menos él!

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A PROPÓSITO de pesos y centavos, resulta curioso que desde Palacio Nacional quieran ahorcar presupuestalmente al INE, pero la dichosa austeridad no se aplica cuando se trata de los cuates. Ahí está el caso de los recientes nombramientos diplomáticos.

TANTO en la administración pública como en la iniciativa privada, es claro que es un derroche de recursos darle un cargo a quien no tiene la menor idea de cómo atenderlo. Y eso es justo lo que sucederá con varios de los nuevos embajadores, los cuales, en el mejor de los casos, cobrarán sin hacer nada y, en el peor de ellos, querrán hacer lo que no saben y saldrá más caro el caldo que las albóndigas.

TODO ESO sin mencionar, por supuesto, los jugosísimos sueldos que se pagan en las embajadas. Nomás para darse una idea, la posición que ocupará Pedro Salmerón tiene asignado un salario mensual de 8 mil 953 ¡dólares! Y para el izquierdista esos 184 mil pesos bien valen la pena... aunque le revivan las acusaciones que tiene por acoso contra alumnas y compañeras de partido.

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DICE Claudia Sheinbartlett, perdón, Sheinbaum, que ella no necesita que le escriban guiones para defender la contrarreforma energética. Para eso, afirma, basta recordar que obtuvo un doctorado en energía, tras una estancia de cuatro años en el Lawrence Berkeley National Laboratory. Y que, además, es integrante del Panel Intergubernamental de Cambio Climático.

NADIE NIEGA las credenciales académicas de la jefa de Gobierno, nomás que su formación científica no parece alineada con su discurso político.

¿O a poco va a ayudarle mucho al planeta que México utilice mil por ciento más combustóleo por culpa de la contrarreforma? Es pregunta que Sheinbaum deberá responderles a las futuras generaciones.

Ámbito: 
Nacional