En México existe una profunda tradición de manufactura y maquila de productos textiles, una industria que con la pandemia tiene el potencial de crecer exponencialmente si logra mejorar sus procesos, incrementa la calidad de los productos y logra llenar los vacíos del mercado estadounidense
Como si fuera un mantra, diseñadores y empresarios textiles mexicanos repiten la frase “hay que convertir esta crisis en una oportunidad”.
La pandemia de COVID-19 hizo evidente que la cadena de suministros a nivel mundial es de papel y que ya no se puede estar dependiendo del mercado asiático, principalmente el chino, para vestir al mundo.
Por la tradición mexicana de manufactura y maquila de productos textiles y por la cercanía estratégica con uno de los mercados más grandes del plantea: Estados Unidos, todos coinciden en que es el momento de que el país tome las riendas y el liderazgo de la industria y se convierta en uno que exporte prendas terminadas.
Para conseguirlo, los empresarios textiles, desde los micro hasta los macro, deberán primero conquistar a nuestro vecino del norte, mejorar sus procesos, incrementar la calidad de sus productos y unirse en un frente común ante la falta de apoyo y promoción del Gobierno federal
La industria además deberá de sortear el 2022 que será un año económicamente complicado, ya que los pronósticos de crecimiento, tanto en México como en EEUU, disminuyeron y es poco probable que se regrese a niveles prepandemia.
Esto debido al término de bonos y beneficios fiscales por parte de la administración de Joe Biden, la dependencia económica de México a las remesas y una inflación récord que está golpeando a todo el mundo.
Pese a este escenario, el 2021 fue benéfico para la fabricación de prendas de vestir. De acuerdo con la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y publicada el día de ayer con datos a noviembre del año pasado, el porcentaje de fabricación de prendas de vestir aumentó un 16.2 por ciento.
Esto al pasar de 53.5 por ciento de enero a noviembre del 2020 a un 69.7 por ciento en el mismo periodo de tiempo pero en 2021.
La EMIM además revela que el valor de producción de prendas de vestir en el país aumentó casi 10 mil millones de pesos (29.22 por ciento más) al pasar de 33 mil 868 millones 917 mil pesos en los primeros diez meses de 2020 a 43 mil 768 millones 004 mil pesos en 2021.
El valor de ventas aumentó también cerca de 10 mil millones de pesos (29.45 por ciento) al pasar de 33 mil 343 millones 432 mil pesos de enero a noviembre del 2020 a 43 mil 163 millones 889 mil pesos en 2021.
Empresarios textiles mexicanos, a la conquista de EEUU
Este aumento en el valor de producción y ventas, explica Mario Enrique Flores Aguilar, presidente del Comité Organizador de Intermoda, la exposición textil más grande de Latinoamérica, se debe a los cierres de fronteras de los grandes países productores y empresarios textiles de Asia, principalmente China, y a la demanda de Estados Unidos que ha visto en México una opción.
“Los cierres nos trajeron un problema de desabasto a nivel internacional, los insumos no estaban llegando porque las fábricas se detuvieron en el mundo. Cuando baja la oferta se empieza a demandar más y comienzan ajustes en la cadena logística, es decir, se incrementaron los precios de los fletes, principalmente los de oriente.
“Aquí es donde entra la oportunidad para México, los fabricantes del mundo se están relocalizando para estar más cerca de los centros de consumo. Estados Unidos es el mercado más grande del mundo y nosotros debemos de aprovechar esa cercanía”, dice.
El empresario del sector textil desde hace más de 45 años explica que un fenómeno similar ocurrió en 1994 con la firma y entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC).
“Cuando fue el Tratado de Libre Comercio muchos empresarios comenzaron a hacer negociaciones para su manufactura con México. Ahorita, se va a volver a dar ese fenómeno de que los empresarios estadounidenses vengan al país a ver la oferta. Por eso necesitamos unir esfuerzos y decirles ‘aquí está México, sí podemos cubrir esa demanda’.
“Ahora, la maquila ya no es una opción. Nosotros debemos entregarles producto terminado y por eso es importante apostarle al diseño y a la calidad, algo en lo que ya hemos avanzado y estamos en condiciones de competir con cualquier país del mundo”
Mario Enrique Flores Aguilar
Presidente del Comité Organizador de Intermoda
El principal obstáculo que ve Flores Aguilar es la falta de apoyo por parte del Gobierno federal, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas.
“El problema es el tamaño de la industria. Nuestro país es uno de MiPYMES que viven al día y resuelven sus problemas al momento, se les complica planear a mediano y largo plazo.
“La responsabilidad la debería de tener el gobierno para buscar que esas oportunidades que se presentan a nivel internacional las aproveche el país para sus sectores productivos, pero la realidad es que el Gobierno federal no está haciendo absolutamente nada, todo lo desmanteló y no hay posibilidades para que realicen promoción de los sectores. Por eso la responsabilidad la tomamos el sector privado y las Cámaras de la industria”, finaliza.
‘La estrategia es que no hay estrategia
El principal freno para que se consolide la industria textil mexicana en el mercado estadounidense es su poco crecimiento que se prevé para este año y la inflación que se vive a nivel mundial.
El Banco Mundial en días recientes descendió a 3.7 por ciento las proyecciones para Estados Unidos y a 3 por ciento para México.
Sobre esta situación, Emilio Penhos Mougrabi, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CANAIVE) explica que no tienen una estrategia en común desde la organización para enfrentar los embates de la pandemia y conquistar Estados Unidos, por lo que pide mantener todos los frentes abiertos.
“Lo bonito de las crisis es que nadie sabe por qué pasan las cosas (…) En esta industria yo creo que la tendencia va a ser cubrir el gran hueco que se ha generado. No será una situación lineal y sí va a haber muchos ganadores y, otros tantos, que al no entender este cambio de dinámica les cueste el negocio, pero es parte de lo que pasa en la disrupción de una crisis. La estrategia de hoy es no tener una estrategia, tener varias estrategias y los frentes abiertos para abrirse a las posibilidades”, comenta a Reporte Índigo.