Entre “la calor” y “los neoliberales”
Las generalizaciones a que tan frecuentemente recurren los machuchones cuatroteístas, lejos de servir de algo, son ridículas coartadas para intentar ocultar la cachetona irresponsabilidad con que gobiernan.
Se parapetan en vaguedades que delatan y fomentan la impunidad.
El “pasado neoliberal” es la ridícula abstracción que pretextan para justificar una gran variedad de crímenes que son incapaces de resolver, como los recientes asesinatos de dos periodistas en Tijuana, el robo de un cadáver de bebé en la capital, su introducción en una cárcel de Puebla y el hallazgo en un basurero del mismo penal.
Debieran saber que quien acusa con generalizaciones lo que hace es absolver a quienes debiera perseguirse y castigarse.
Junto con la corrupción, el huachicoleo, el desastre en el sistema público de salud, la degradación de la enseñanza básica, el desabasto de medicamentos y la chatarrización de instituciones y servicios, todo es “culpa del pasado”, al que sin embargo la 4T sigue aferrada en la expresión más “neoliberal” y salinista que dicen repudiar, como lo evidencia su contento por la renovación peñanietista del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá o la compra de la mitad de la refinería de Shell en Texas (cuya inicial sociedad ideó el aborrecido ex “innombrable”).
La elusión de responsabilidades llega al extremo de que la alcaldesa morenista del ensangrentado Acapulco, Abelina López Rodríguez, a falta de educación elemental (inclusive de las tonterías que maneja su partido) dijo ayer la estupidez de que “la violencia tiene que ver con varios factores. La calor puede ser un factor; una mala alimentación, por ejemplo: si comes carbohidratos te aceleras…".
De que Delfina Gómez, probada delincuente electoral, encabece la Secretaría de Educación, el presidente López Obrador distrajo la atención diciendo que fueron peores los titulares del “pasado reciente”. Ajá, ¿como el actual embajador en Estados Unidos, Esteban Moctezuma, Porfirio Muñoz Ledo y Manuel Bartlett Díaz…?
“Nos dejaron un tiradero”, suelen decir, pero llevan más de tres años en el poder de los poderes y no lo han podido limpiar.
Respecto del cuerpecito robado de un cementerio de Iztapalapa debiera responder, cuando menos con una sanción administrativa, la demagoga alcaldesa Clara Brugada. Y sobre este mismo suceso, el gobernador Miguel Barbosa cometió la barbaridad de lanzarse contra la organización civil de Saskia Niño de Rivera gracias a quien se supo la identidad del menor y la información medular que durante 10 días de ominoso silencio ignoraban las autoridades implicadas.
¿Qué diablos tienen que ver “los neoliberales” con el titipuchal de delitos que se cometen hoy?
“90 por ciento de honradez y 10 por ciento de experiencia” se prefiere en los improvisados de la alta burocracia, siempre y cuando esté “comprometida” con la “cuarta transformación” que el entrañable Diego Fernández de Cevallos define como una “transformación de cuarta…”.