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EL ASALTO A LA RAZÓN

¿Córdova no pero Adán Augusto sí?

Ante el desgreñe morenista por la irreprochable y aplastada ya cruzada de Ricardo Monreal contra las arbitrariedades policiacas y persecuciones políticas del machuchón de Veracruz, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, suplantó al dirigente de Morena, Mario Delgado, para ordenar:

“Ya se terminó un debate estéril que nada más nos afecta a nosotros. Pero, no vale la pena que desgastemos al movimiento con ese tipo de divisiones. Este es el tiempo de la unidad y esa comisión beneficiaba más a los intereses de la oposición”, dijo refiriéndose a la especial para determinar la existencia de abusos de autoridad y violaciones en el cacicazgo de Cuitláhuac García (cuyo único ejemplo de logro de la 4T que ha cacareado es lo gratuito del uso de excusados en las gasolineras).

“Imagínense, nosotros mismos estamos abriendo el debate de si convenía o no desaparecer los poderes en un estado que gobierna alguien emanado de este movimiento. Qué bueno que se reflexionó, qué bueno que se le da la vuelta a la página…”, dijo en la inauguración de la Plenaria de la bancada de su partido en el Senado.

Parafraseó a Luis Echeverría: “No perdamos el tiempo en estériles batallas” (“querellas estériles”, solía repetir el centenario ex presidente).

Reflexionó: “Si nosotros no somos capaces de mantenernos unidos, tampoco vamos a ser capaces de ejercer la autoridad moral” para cumplir los acuerdos, dijo, y llamó a la “unidad entre quienes estamos en casa, quienes somos parte de este movimiento, que no es un movimiento improvisado”.

¿Con la “autoridad moral” de quién se arremete contra el INE por una más de las acostumbradas invitaciones que todos los partidos –incluido Morena– han hecho al consejero presidente pero no se “condena” la intromisión abierta del gobierno federal en su partido?

Ante la misma fracción hablaron más del gabinete, entre éstos quien carece de toda “autoridad moral”: la secretaria de Educación Delfina Gómez, responsable del delito electoral de descontar para la causa el diez por ciento de su salario a medio millar de empleados municipales de Texcoco.

Otro impermeable a la ética: el presidente de la Mesa Directiva en la Cámara de Diputados (Sergio Gutiérrez Luna, quien cometió la estupidez de denunciar penalmente lo que debió hacer en el Tribunal Electoral), se subió al Metro para timar incautos con la pregunta: “¿Está usted de acuerdo en que Lorenzo Córdova y Ciro (Murayama) haya (sic) ido al PAN a hablar mal del gobierno?”.

Los tres o cuatro que engañó le respondieron la obviedad que no, y les preguntaba también sobre un supuesto fantasioso: “Que un árbitro de futbol fuera a una fiesta del América y hablara mal de las Chivas, ¿tú qué piensas…?”. Excitado, el vagonero súbito y patético gritaba: “¡Hay que sacarlos! ¡Lorenzo, renuncia! ¡Acá la gente lo está pidiendo, fuera…!”.

Tramposo, remató así: “Ya vimos lo que piensa la gente, el pueblo, no los opinólogos, no los comentaristas, no los altos burócratas, no los corifeos de Lorenzo y Ciro”.

Y muchos les creen…

Carlos Marín

cmarin@milenio.com

Ámbito: 
Nacional