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EL ASALTO A LA RAZÓN

Algo cañón deben habernos hecho

La confrontación diplomática México-Panamá es tan gratuita, bochornosa, escandalosa, trascendente, morbosa y espectacular que, previsiblemente, la aprovecharán muchos futuros graduados en relaciones internacionales para elaborar sus tesis profesionales.

Entre las hipótesis por explorar está que el gobierno de esa nación, de alguna manera que se desconoce, ofendió al mexicano o al presidente López Obrador en lo personal y éste, enterado de que la canciller panameña es feminista cuando para él ese movimiento es herencia de “los corruptos neoliberales”, reaccionó proponiendo como embajador a un amigo señalado de ser acosador sexual (¡zas!).

Agraviadas ambas partes (siguiendo la hipótesis), las cosas como que quedaban parejas, pero la reacción al salmeronazo fue una bofetada con guante blanco de la ministra Érika Mouynes quien, con diplomática insidia, sobre la solicitud del beneplácito informó haber enviado una carta a la cancillería mexicana.

Mientras en los dos países las probables acosadas y organizaciones defensoras de la dignidad de la mujer reprobaban el nombramiento, el misterio durante varios días respecto de la misiva lo despejó AMLO: el gobierno panameño no aceptó a su candidato.

(Lo de la simultánea, pero tardía “declinación” del repudiado, no se creyó y el supuesto “experto en Villa” solo quedó en el ridículo.)

Sin embargo, el presidente mexicano contraatacó con doble gancho: “Lo propusimos para embajador de Panamá y, como si fuese la Santa Inquisición, la ministra o canciller de Panamá se inconformó (¡zas!), que porque estaban en desacuerdo”. Y anunció su nuevo prospecto de embajadora: una ex senadora cuatroteísta que, por diferentes penosas razones, es tan vulnerable para jugar a la diplomacia como Salmerón, Jesusa Rodríguez (otro ¡zas!).

¿Ignorará que hasta en Morena se mofan de la nada grácil señora diciendo que es la versión femenina de Gerardo Fernández Noroña?

Panamá se calentó: un ex presidente y un ex ministro de Relaciones Exteriores brincaron a la arena.

El ex canciller Jorge Eduardo Ritter declaró: “Lo que ha hecho el presidente de México debe avergonzar a los mexicanos, debe avergonzar al gobierno de México porque estos no son los términos en que un presidente se refiere a una ministra de relaciones exteriores o a ningún funcionario de otro gobierno, y menos ante la ministra de Relaciones Exteriores ante cuyo gobierno él va ahora a nombrar una embajadora…”.

Y el ex mandatario Ernesto Pérez Balladares activó una bomba en Twitter: “La actitud del señor López Obrador en cuanto a la designación de su representante en nuestro país es infantil. Somos un país pequeño, pero digno y valiente. Más nos necesita México a nosotros que nosotros a México”.

Victimizados los panameños, se fortalece la hipótesis de que algo verdaderamente grave debe resentir de ellos López Obrador, quien a estas alturas es el único “malo” de la película.

Lo mejor por lo pronto será que apechugue y se disculpe. No vaya a ser que nos cierren el Canal…

cmarin@milenio.com

Ámbito: 
Nacional