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TEMPLO MAYOR

A VECES da la impresión de que los directivos de la Comisión Federal de Electricidad no saben mucho de economía, pero definitivamente no entienden nada de derecho. Y es que en su cantaleta contra la generación privada de energía, siguen insistiendo en conceptos que naaada tienen que ver con la realidad.

POR EJEMPLO, en una aclaración enviada por el vocero de la CFE, Luis Bravo Navarro, se califica como ¡clientes desleales! a los usuarios del servicio eléctrico que se encuentran bajo el esquema de autoabastecimiento. La deslealtad, según el funcionario, se refiere a que esas empresas, como los consabidos Oxxo, no aceptan pagar la luz más cara de la CFE.

PERO AHÍ no acaba la cosa: la campaña para promover la contrarreforma eléctrica parte de un falso supuesto. Según la CFE, el esquema de autoabastecimiento es ilegal... y háganle como quieran. Sólo porque así lo decidió Manuel Bartlett, se acusa públicamente a esos usuarios de un delito que, ¡oh, delirio!, no existe.

NO SE PUEDE dar un debate serio y necesario sobre el tema energético en México, cuando el gobierno pretende partir desde la mentira y busca imponerla como una verdad indiscutible. Tienen muy fundido el foco del diálogo.

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SEMANA a semana, en la conferencia mañanera, la sección "Quién es quién en las mentiras" se ha convertido en la botana debido a su humorismo involuntario, con perlas como que "no es falso pero se exagera". Sin embargo, ayer causó conmoción, pero no por lo que se dijo en ella, sino por lo que no se dijo: ni una sola palabra sobre la investigación sobre la lujosa vida del hijo del presidente en Houston y el posible conflicto de intereses con un proveedor de Pemex. Fue de esas veces en las que el silencio resulta verdaderamente escandaloso.

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QUIÉN SABE qué cree el Presidente que hace el litio, pero no suena mal eso de crear una paraestatal para administrar la riqueza de ese mineral. Nomás es cosa de que no se vuelva improductiva como Pemex, que no se le quiera revivir artificialmente como a la CFE, que no sea una quimera como Uranio Mexicano (Uramex), que no condene al atraso a los mexicanos como sucedía con la Telmex nacionalizada, que no les crezcan las uñas a sus directivos como Segalmex, que no sea un elefante blanco como el Banco del Bienestar y, claro, que no se llene de corrupción como cualquier otra empresa paraestatal. Nomás cuidando esos detallitos, Andrés Manuel López Obrador tiene garantizado el éxito con el litio.

Ámbito: 
Nacional