En la última década Cuernavaca ha sufrido una deforestación brutal debido a invasiones de sus barrancas y del área natural protegida y una de las causas principales de que eso haya ocurrido es la corrupción, sostuvo la organización Guardianes de los Árboles, al solicitar a la administración actual cumplir con el Programa de Ordenamiento Urbano ý Ecológico y que se respete el área natural protegida Ajusco Chichinautzin.
Flora Guerrero Goff, directora de la asociación civil, señaló que se siguen realizando obras ilegales en bosques y barrancas del municipio y que aunque se han logrado detener algunas, se requiere mucho más apoyo de los tres niveles de gobierno, porque quienes invaden van más rápido que las instituciones y las organizaciones de la sociedad civil.
La también integrante del Comité Ejecutivo del Programa de Ordenamiento Urbano de la capital morelense (conformado por autoridades federales, estatales, municipales, integrantes de la sociedad civil y de la academia), señaló que es urgente hacer respetar el área natural protegida Ajusco Chichinautzin.
Refirió que la causa de la destrucción es la falta de conciencia sobre la importancia de esa zona boscosa en diversos aspectos, como la recarga de las fuentes de agua, pero destacó que el principal factor ha sido la corrupción, pues comentó que se han hecho muchas edificaciones, incluso una tienda de una cadena comercial, que no han sido suspendidas o clausuradas. “Un funcionario de obras públicas que sabe que hay un área natural protegida no debe dar licencias ni permitir esos actos”, anotó.
La ambientalista -que participó este miércoles en un foro convocado por el ayuntamiento- dijo en entrevista que el problema no es exclusivo de Cuernavaca, sino también se observa en otros municipios, pues es notoria la invasión en otras zonas protegidas como la Sierra de Montenegro, El Texcal, y el Parque Nacional El Tepozteco y las Lagunas de Zempoala.
Explicó que basta con ver el sistema de información geográfica Google Earth para darse cuenta del grado de deforestación del llamado bosque de agua que abarca Morelos y el Estado de México, anotó la activista, al sostener que con esta herramienta de internet es fácil ver la gravedad del crecimiento urbano en las zonas naturales protegidas.
De igual manera planteó ante las nuevas autoridades municipales la propuesta de ofrecer alternativas sustentables para que los ejidatarios y comuneros que son propietarios de esas tierras, obtengan ingresos y para que apoyen en la protección de los bosques y evitar la tala clandestina y la deforestación para provocar el cambio de uso de suelo para vender los terrenos afectados.