AL ESTILO del futbol, a la conferencia mañanera le hace falta algo como el VAR, que le permita al Presidente revisar la videograbación y darse cuenta de lo que dijo y cómo lo dijo. Lo que se vio ayer en Palacio Nacional ya resulta, por decir lo menos, preocupante.
LO QUE iba a ser una mañanera de trámite, de apenas una hora de duración, se convirtió en un monólogo político de casi dos horas, que permitió ver la soledad de un Presidente que no tiene quién lo asesore, ni quién le diga "ya es suficiente". Bastó con que le hicieran una pregunta relacionada con el Banco de México para que Andrés Manuel López Obrador se soltara hablando o, mejor dicho, tropezando, saltando de una frase a otra, de una consigna a otra. Habló y habló, pero no de lo que le preguntaron, sino de la obsesión que lo ha carcomido en los últimos días: la prensa. Antes se reía de las masacres y ahora llora por una casa en Houston.
SI EL PRESIDENTE le dedicara a la economía, a la seguridad y a la reconciliación el mismo tiempo y esfuerzo que dedica a atacar a los periodistas, a lo mejor sí podría transformar a México.
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POR CIERTO que desde que comenzó el sexenio, la andanada presidencial contra medios, periodistas e intelectuales ha sido constante, pero se ha agudizado en días recientes con el embate personalísimo hacia Carlos Loret de Mola. En medio de este clima, en medios electrónicos se tambalean algunos de los críticos del régimen. Casualmente a Ricardo Raphael de la Madrid lo sacaron del aire justo el día en que fue incluido por el mandatario en su lista negra. Un día antes, se daba por hecho la salida de Ciro Gómez Leyva de la televisión. Y contra Carmen Aristegui se lanzan ataques despiadados. El colmo fue que ayer las y los reporteros que cubren la mañanera guardaron un minuto de silencio por los cinco colegas asesinados en 2022, pero el Presidente no se quedó al sencillo homenaje y hasta les apagaron las luces del Salón Tesorería.
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¡QUÉ RARO! Tanto trabajo le costó a la oposición que se discutiera el escándalo de José Ramón López Beltrán en el Senado... y resulta que legisladoras del PRI y uno independiente se pusieron del lado de Morena para esconder el asunto. Habrá que tomar nota de que Josefina Vázquez Mota, Claudia Ruiz Massieu, Sylvana Beltrones y Gustavo Madero se abstuvieron de votar, con lo que debilitaron la exigencia de ponerle lupa al junior incómodo.
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¡AH, CARAY! Se suponía que el subsecretario Hugo López-Gatell iba a empezar a despechar en la nueva sede de la Secretaría de Salud en Acapulco. La realidad, sin embargo, es que está operando desde las instalaciones del Cenaprece, en la colonia Escandón. ¿Será que no se quiere ir, que se les olvidó llevárselo o que así como maneja la pandemia maneja el Waze y no supo llegar? Es pregunta.