La Unión Europea ha reaccionado de inmediato al ataque del presidente de Rusia, Vladímir Putin, a Ucrania. “Una vez más en el centro de Europa, mujeres, hombres y niños inocentes están muriendo o temen por su vida. Condenamos este ataque bárbaro”, ha denunciado con gesto grave la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una comparecencia este jueves poco después de que Putin lanzara de madrugada una incursión militar en toda regla en Ucrania, atravesando varios puntos de la frontera del país. Los Veintisiete se han citado este jueves en Bruselas en una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno convocada de forma urgente para aprobar una nueva batería de sanciones de “graves y enormes consecuencias” para Moscú. “El presidente Putin está tratando de volver a los tiempos del Imperio Ruso”, ha subrayado Von der Leyen.
“Son unas de las horas más oscuras para Europa desde la Segunda Guerra Mundial”, ha añadido el alto representante para la política Exterior de la UE, Josep Borrell, quien ha comparecido junto a la presidenta de la Comisión. “Una gran potencia nuclear ha atacado un país vecino y está amenazando con tomar represalias contra cualquier país que acuda en su rescate”, ha añadido con palabras contundentes, calificando el ataque de “violación de los principios básicos de la coexistencia humana”. Borrell ha censurado a Putin por su “grave y premeditada escalada, que ha conducido a la guerra” y ha reclamado que ponga fin a “esta agresión sin sentido”. Ambos han condenado de forma enérgica lo que consideran un ataque militar “sin precedentes” de Rusia contra Ucrania.
“Con sus acciones militares no provocadas e injustificadas, Rusia está violando gravemente el derecho internacional y socavando la seguridad y la estabilidad europeas y mundiales”, asegura un comunicado conjunto de Von der Leyen y del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, emitido también a primera hora de este jueves. “Lamentamos la pérdida de vidas y el sufrimiento humano”, sigue el texto.
La presidenta del Ejecutivo comunitario y el alto representante ultiman ahora el paquete de medidas punitivas con la intención de que el Consejo (el órgano donde se sientan los líderes de los Veintisiete) pueda adoptarlas rápidamente, previsiblemente este mismo jueves. La nueva batería de sanciones, también sin precedentes en la UE, según el jefe de la diplomacia europea, se ha mantenido bajo llave y en secreto durante semanas y busca “aislar” económicamente a Rusia.
El castigo, según ha explicado Von der Leyen, pretende golpear los intereses del Kremlin y su capacidad de financiar la guerra, y apunta hacia sectores estratégicos de la economía rusa, bloqueando su acceso a tecnologías y a mercados claves para Rusia. “Debilitaremos la base económica rusa y su capacidad de modernización y, además, congelaremos los activos rusos en la UE y detendremos el acceso de los bancos rusos a los mercados financieros europeos”, ha dicho la jefa del Ejecutivo comunitario, quien ha explicado que las medidas se toman de forma “alineada” con Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, y también con otros aliados como Japón y Australia.
La propuesta se coloca sobre la mesa después de que este miércoles se aprobara una primera andanada de penas más suaves como reacción al reconocimiento de la independencia de las provincias ucranias separatistas de Lugansk y Donetsk por parte de Moscú. Esta primera salva se ha dirigido contra una buena parte del Gobierno de Putin, la cúpula del Ejército ruso, 351 miembros de la Duma (el Parlamento ruso) y figuras prominentes de su círculo próximo de empresarios y del aparato de propaganda del Kremlin. Pero la “operación militar” de Putin que, según el líder ruso, busca desmilitarizar pero “no ocupar” Ucrania, parece ya una invasión a gran escala a ojos de Bruselas, lo que obliga a subir el tono de la reacción de la UE.
“Hacemos un llamamiento a Rusia para que cese inmediatamente las hostilidades, retire su ejército de Ucrania y respete plenamente la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania”, asevera el comunicado de Von der Leyen y Michel. “Este uso de la fuerza y la coacción no tiene cabida en el siglo XXI”, añade un texto en el que el bloque comunitario reitera su apoyo firme a Ucrania y a su pueblo, al que se compromete a seguir prestando “una sólida asistencia política, financiera y humanitaria”.
Además de sanciones, la UE lleva semanas preparando planes de contingencia para paliar los efectos que estas penas y un eventual golpe de contramedidas de Moscú puedan tener sobre la Unión. Estas medidas de emergencia, también mantenidas en secreto, se centran sobre todo en el sector energético (los Veintisiete importan un 40% de su gas desde Rusia, y es también altamente dependiente del petróleo ruso), con herramientas extraordinarias para atajar alzas de precios radicales y fórmulas de aprovisionamiento alternativas, y tiene también muy en cuenta una posible crisis de refugiados que huyan del conflicto ucranio.