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EN TERCERA PERSONA

Un pueblo en vilo

A las 16:30 se recibió una notificación enviada por un ciudadano a través de la línea de seguridad pública: un convoy formado por 20 camionetas se dirigía a San José de Gracia, Michoacán, siguiendo el camino que conecta con Tizapán el Alto, una carretera en muy malas condiciones y llena de baches.

Unos minutos más tarde llegó un segundo aviso. La caravana se hallaba ya prácticamente a las puertas de la cabecera municipal de Marcos Castellanos, en la frontera con Jalisco.

El pasado domingo 27 de febrero, San José de Gracia se hallaba semivacío. Una parte de la población había acudido a la peregrinación de la virgen de Talpa. En la cabecera del municipio había solo seis elementos y dos patrullas de la policía municipal. Recibieron la instrucción de hacer un acercamiento.

Desde una esquina, un agente reportó que en la caravana iban hombres con un nivel de armamento impresionante. No lograron saber cuántos eran. Se habían detenido en una esquina de la calle Reforma.

Según el alcalde Jorge Luis Anguiano, se informó de esto a la coordinación regional. “Los agentes recibieron la orden de estar pendientes y permanecer al margen”, explicó.

En vista del poder de fuego de los recién llegados, no había mucho que pudieran hacer, salvo perder la vida. El fiscal del estado, Adrián López Solís, informó más tarde que los municipales no habían activado la alerta de seguridad estatal: en la fiscalía se enteraron del asunto cuando el primer video llegó a las redes.

A esas alturas, la gente de San José de Gracia ya estaba circulando videos y mensajes que indicaban que iba a haber problemas. Gente armada y con chalecos tácticos estaba cerrando calles, pertrechándose detrás de sus camionetas.

“Están regresando todos los carros… no salgas para nada, ¿eh?” –se escucha en uno de los videos que esa tarde inundaron las redes.

Siguieron “unos diez minutos de tiros, de balas, de ruidos”.

Un video crucial muestra a varias personas alineadas contra una pared, con las manos en la nuca: a su alrededor hay por lo menos siete hombres armados, distribuidos en semicírculo. Comienza el estallido de las balas y la calle se cubre con una espesa humareda.

De acuerdo con fuentes de inteligencia, el operativo desatado por el crimen organizado tenía como fin asesinar a Alejandro García, alias El Pelón, quien había regresado a San José de Gracia para asistir al velorio de su madre.

García era un operador del Cártel Jalisco que luego se pasó a la Familia Michoacana. Según información dada a conocer ayer por el fiscal de Michoacán, sostenía rencillas añejas con otro personaje del crimen organizado cuyo nombre no fue revelado. Se cree, sin embargo, que este personaje tiene el nombre clave de Sierra 3, y que es oriundo de San José de Gracia.

Así que ambos se conocían. Habían estado matándose mutuamente a familiares y hermanos.

Para entrar en la cabecera municipal, García se hizo acompañar por alrededor de 17 hombres, según versiones de testigos. De ahí surgió, creen las autoridades, el número que se ha manejado sobre el total de las presuntas víctimas de aquella tarde.

Cuando autoridades estatales llegaron al municipio, alrededor de las 19:30, no había ya cuerpo alguno. La escena de los hechos había sido lavada con cloro, probablemente por los propios agresores, que en el lugar abandonaron una bolsa con restos de masa encefálica, y otra bolsa en la que había más de un centenar de cartuchos percutidos, de los calibres 7.62, 5.56, 9mm y 45 mm.

Hay un video, autentificado por autoridades federales, en el que se observa una camioneta negra con al menos dos cadáveres amontonados en la batea. Todo parece indicar que subieron los cuerpos de los muertos, no se sabe cuántos, en las camionetas, y se los llevaron.

Mucha gente vio al convoy entrar en la cabecera municipal. Pero pocos, muy pocos, lo vieron salir. Personal de la fiscalía realizaba entrevistas todavía ayer en la tarde, intentando armar la secuencia de los hechos.

Se ha sugerido, abyectamente, que lo ocurrido el domingo se trata solo de un montaje. El presidente dedicó al tema unos cuantos minutos, pero solo para victimizarse, y luego comenzó a reír con un meme de Chumel Torres.

Ayer, mientras tanto, San José de Gracia era otro pueblo fantasma del Bajío mexicano. Comercios y escuelas cerrados. Gente escondida en sus casas. Calles prácticamente desiertas, y militares y guardias nacionales desplegados cuando todo había pasado.

¿Es probable que hayan sido 17 los asesinados el domingo?

Lo único cierto es que la balacera duró diez minutos, que alguien lavó la sangre que había en la calle, y que luego se recogieron restos y casquillos. Se afirma que El Pelón y al menos dos de sus compañeros fueron ejecutados el domingo.

Pero lo único cierto, dice un habitante del municipio, es que ese domingo “nos dejaron a la buena de Dios, y solitos”.

Ámbito: 
Nacional