El congreso mata
Cuando no se hacen las cosas bien, ser diputado representa el final de una carrera política
Desde hace al menos dos legislaturas el congreso dejó de ser plataforma política para sus integrantes; por el contrario, derivado de la pésima actuación institucional casi todos los diputados del pasado reciente han encontrado en el parlamento el punto final a sus carreras políticas. La hipótesis de que la gente sabe distinguir a quienes trabajan de quienes no es falsa: si el parlamento falla, todos pierden.
Hagamos un recuento rápido de lo que ha pasado en legislaturas anteriores: en la 53, la graquista, ningún miembro del congreso logró trascender a su periodo; en la 54 solo Ariadna Barrera pudo refrendar el triunfo gracias al trabajo del alcalde Rafael Reyes y a la fuerza de Morena y aunque en la 55 hay cuatro candidatos que tienen un amplio respaldo social, depende de lo que suceda en los próximos meses el que puedan mantenerse activos en el escenario político.
Políticamente hablando las diferencias entre ser presidente municipal y diputado local son abismales y van más allá del manejo presupuestal; en el municipio el alcalde lleva la voz cantante, esta rodeado de un equipo que, bueno o malo, le ayuda a atender las diferentes áreas de la administración. Con todos los altibajos que pueda tener el representante del ayuntamiento puede manejar mejor su imagen y comunicación, porque se trata de una sola persona y de un mismo proyecto.
El caso de los legisladores es diferente porque aunque no todos los representantes populares son iguales (en los hechos hay diputados de primera y de segunda) y al final lo que proyecta el congreso afecta a todos y es muy difícil que individualmente se pueda revertir.
Regresemos un poco más en el tiempo: la legislatura 52 fue la última que sirvió de plataforma política para sus integrantes, de ahí salieron Juan Ángel Flores, Lucía Meza, Manuel Agüero, Carlos de la Rosa Rosalina Mazari y Javier Bolaños. Esa representación popular no estuvo ajena a conflictos, recordemos que en algún momento la coordinadora del PRD, hoy senadora por Morena, intentó romper la autonomía universitaria y ello derivó en multitudinarias manifestaciones en su contra; a Teresa Domínguez la señalaron por haberle robado la diputación a un correligionario y que en ese periodo también estuvo el polémico Manuel Martínez Garrigós.
Pese a todo en la legislatura 52 lograron un moderado equilibrio de poderes y una postura aceptable en la mayoría de los temas que trataron. Por supuesto hubo abusos, excesos y situaciones que marcaron de por vida a varios de sus integrantes, pero en términos generales, en lo institucional, ese congreso logró pasar la prueba que las posteriores legislaturas no han podido superar. La clave: comunicaron mejor.
Al conocerse los nombres de quienes integrarían la legislatura 53 la expectativa fue alta porque a ella llegarían figuras con carrera y trayectoria política, personajes duchos en el servicio público, conocedores de la administración pública y enterados de cómo funcionaba un ayuntamiento; viéndolo a partir del currículum, la 53 era una mejor legislatura que la 55, pero los errores, excesos, abusos de poder, actos de corrupción y sobre todo el entreguismo que tuvieron con Graco Ramírez terminó por hundir a sus integrantes. Ninguno de quienes formaron parte de ese parlamento lograron trascender y nadie hasta la fecha ha podido quitarse el estigma y la mala imagen que les dejó su actuar.
Sabedores de la catástrofe de sus antecesores el parlamento 54 prometió ser distinto, hacer las cosas diferentes y conducirse de una manera más institucional y menos ofensiva. De nueva cuenta hubo la esperanza de ver algo distinto porque la mayoría de quienes formarían parte de ese naciente poder serían representantes del Movimiento de Regeneración Nacional y por primera vez en la historia del estado tendríamos un poder legislativo con mayoría de mujeres: eran 14 damas contra solo 6 varones. ¿Qué podía salir mal?
Contra todo pronóstico la legislatura femenina logró repetir el mal trabajo de sus antecesores: pugnas internas, acusaciones, violencia política, corrupción, incapacidad para ponerse de acuerdo, parálisis parlamentaria, escándalos personales… en poco tiempo el congreso quedó expuesto como un ente inservible, disfuncional, condicionado a los intereses de sus integrantes e igual de corrupto que el anterior. En la legislatura 54 no había nombres llamativos como en otros parlamentos, ni figuras con tanta experiencia, pero por tratarse de una representación popular emanada de la 4T y conformada mayoritariamente por mujeres parecía que harían las cosas mejor. No fue así.
Hoy tenemos un nuevo congreso con algunos integrantes dignos de ser observados: en principio sobresalen las figuras de los cuatro exalcaldes: Agustín Alonso, Francisco Sánchez, Luz Dary Quevedo y Alberto Sánchez, los dos primeros con la más alta votación registrada en la elección del 2021; luego están algunas figuras que tendrían algo que aportar a la vida legislativa, como Eliasib Polanco y Mirna Zavala. Al final quedan todos los demás, sin mayor aval que las siglas de su partido.
El discurso inicial de este congreso fue llamativo y otra vez elevó las expectativas: los diputados dijeron tener un enfoque municipalista y la intención de actuar con más institucionalidad y mesura que los anteriores; atrás quedarían, aseguraron, los excesos, los abusos, la corrupción y la falta de productividad. Todo comenzó bien y se mantuvo así por los primeros tres meses.
El problema vino cuando se tuvo que pasar de las palabras a los hechos y se toparon con las primeras negociaciones serias: el presupuesto y la ESAF. Ahí las cosas se descompusieron a un nivel que no habíamos visto en legislaturas pasadas; el rompimiento fue total y de golpe, el congreso se dividió en dos bloques y el grupo mayoritario tomó por asalto las comisiones, las oficinas y el control de los recursos. De la noche a la mañana toda la buena voluntad mostrada en público se tradujo en una pelea frontal, sin cuartel y sin reglas.
Hoy la situación es por demás complicada, la legislatura se encuentra paralizada desde hace meses y no se ve por donde los diputados puedan volver a ponerse de acuerdo. Peor: la declaración de la titular de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización América López aumentó la presión política porque puso al descubierto la supuesta protección que el presidente de la comisión de Hacienda Agustín Alonso pretendería dar al extitular del fondo Unidos por Morelos, a la vez asesor, suplente y primo del diputado, Alexis Ayala Gutiérrez.
La división en la que se encuentra la cámara de diputados no es nueva, pero si es más aguda que antes; lo que deriva de este encontronazo está a la vista: el poder legislativo se encuentra dividido, paralizado y sin posibilidad de avanzar. El grupo mayoritario tiene la fuerza suficiente para controlar la cámara de diputados, pero no la necesaria para avanzar en temas que vayan más allá de la vida interna del congreso.
El desgaste al que están sometidos todos los diputados es evidente y se refleja en varias encuestas que ya se han levantado; en esta historia los más afectados son precisamente los diputados con mejor cártel, pero al final todos los integrantes del poder quedan expuestos y enfilados en el mismo camino que siguieron sus antecesores, los que encontraron en el congreso el final de sus carreras políticas.
Los siguientes dos años pueden ser muy cómodos para los diputados actuales, porque a pesar de la parálisis todos ellos, sobre todo quienes están del lado del bloque mayoritario, recibirán puntualmente sus emolumentos y los demás beneficios que acompañan al fuero. El problema viene después, cuando inicie el proceso electoral y se den cuenta que lo ganado en este tiempo, política, social y económicamente no será suficiente para mantenerlos vigentes, ni para resolverles la vida. La parálisis legislativa trae aparejada una consecuencia ineludible: el desprestigio y el final de su trayectoria pública.
Dos años y medio parece mucho, pero el tiempo vuela cuando se ocupa un cargo político.
posdata
La noticia de que la exsecretaria de obras públicas del gobierno de Graco Ramírez había sido detenida y recluida en el penal de Atlacholoaya llamó la atención, porque se trata del primer funcionario de primer nivel de la administración pasada que pisa la cárcel.
El delito que se atribuye a la exfuncionaria es el “ejercicio abusivo de funciones” por la “adjudicación directa” de una obra de 75 millones de pesos, lo cual es por si mismo una violación a la ley, dado que rebasa el monto máximo que se puede adjudicar de forma directa, es decir, la obra debió ser licitada. El remate es que la empresa que recibió el contrato, según se establece en la denuncia, “es una empresa fantasma”.
Pero existe un elemento más que vale la pena observar en esta historia: la obra en cuestión es la “Demolición y construcción de un edificio en la Escuela de Estudios Superiores de Jojutla” antes conocido como el IPRES; la escuela, según las autoridades del gobierno de Graco Ramírez, sufrió daños severos a causa del sismo del 2017, por lo cual tuvo que ser nuevamente construida, como fue el caso del Edificio Uno del Campus Chamilpa de la UAEM.
Sin embargo la Escuela de Estudios Superiores de Jojutla (IPRES) nunca fue demolida y en el lugar solo se edificaron algunos salones con material prefabricado que no cuesta 75 millones de pesos; algunos de ellos, además, están inconclusos.
Tras conocerse la detención de Patricia Izquierdo el exgobernador Graco Ramírez salió en su defensa, consideró que se trataba de un “abuso” porque el delito que le achacan “no es grave ni amerita prisión preventiva”. El tabasqueño sabe que la captura de su exsecretaria abre la posibilidad de que otros de sus excolaboradores sean llamados a cuenta y también que al exponerse el tema habrá quienes observen que lo irregular en este proceso no es solo la adjudicación directa, sino que también existe un fraude y desvío de recursos porque la obra no se llevó a cabo.
Habrá que esperar para saber si la Fiscalía Anticorrupción está actuando con firmeza o trata de suavizar los delitos cometidos en el gobierno anterior.
Una cosa es clara: para que este tipo de irregularidades se llevaran a cabo, necesariamente el gobernador tuvo que estar de acuerdo.
nota
Luego de que la titular de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización América López dio a conocer que la revisión al manejo financiero del fondo Unidos por Morelos había concluido y que se habían encontrado irregularidades por más de 1 mil 200 millones de pesos, han comenzado a surgir nuevos datos al respecto. Enumero algunos:
En primera instancia se documentario desviaciones y/o mal manejo de recursos por más de 915 millones de pesos.
La información proporcionada por la ESAF precisa que los responsables del fondo Unidos por Morelos, léase Alexis Ayala Gutiérrez y Sergio Arturo Beltrán Toto, no se han interesado en aclarar el manejo de los recursos.
Los exfuncionarios responsables del dinero destinado a la reconstrucción no presentaron pólizas contables del gasto erogado, ni recibos de ingresos, fichas de depósito o transferencias bancarias que aclaren a dónde fueron a parar más de 410 millones 084 mil pesos.
La ESAF refiere que e innumerables ocasiones ha requerido a Alexis Ayala Gutiérrez y a Sergio Arturo Beltrán Toto que entreguen la información correspondiente y ambos han ignorado los requerimientos.
Con la información que obra en poder de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización se cuenta con los elementos suficientes para fincar responsabilidades penales a ambos personajes.
A pesar de que el proceso de la ESAF concluyó y de que el expediente se entregó desde el pasado 14 de diciembre y contiene los elementos de prueba necesarios para actuar, el presidente de la Comisión de Hacienda del congreso local Agustín Alonso no ha querido darle curso al procedimiento. El expediente fue entregado también a los diputados Julio César Solís, Arturo Pérez Flores y Alberto Sánchez.
El tema es delicado y no podrá evadirse de manera permanente por los legisladores. Es más: mientras más se trate de detener el proceso, más información saldrá y más presión ciudadana habrá contra los presuntos responsables.
Al final el tema llegará a las autoridades judiciales y en ese momento las sanciones podrían alcanzar a aquellos que detuvieron el proceso.
Un robo tan grande y visible es imposible de ocultar.
post it
Mal y de malas: el exabrupto de ayer durante la comparecencia de la secretaria de desarrollo económico mancha nuevamente la imagen del congreso.
¿En serio los abogados burlaron todos los candados de seguridad del recinto parlamentario?
Si fue así, urge que la cámara de diputados cambie a la empresa que les brinda seguridad.
redes sociales
Graco tuiteó y las redes respondieron. Sin un ejército de bots a su servicio, cada que el tabasqueño se asoma le va mal y lo ofenden.
Sus tropelías no se olvidan.
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