El fiscal en llamas
Durante más de cinco semanas el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha dejado de pensar en la casa gris, pero debería poner la mirada en su despacho en Palacio Nacional, porque su fiscal está en llamas y su principal aliado en la Suprema Corte de Justicia ha quedado expuesto como cómplice de varios delitos. El Presidente no puede soslayar esta atrocidad jurídica, ni mantenerle el respaldo. El abuso de autoridad del fiscal Alejandro Gertz Manero, que ha puesto de rodillas a dos ministros de la Corte para que hagan lo que quiere, convierte al Presidente en compinche de sus ilegalidades y arbitrariedades si no toma acción y le pone un freno. La casa gris, hasta ahora, sólo merma su popularidad; el escándalo del fiscal demuele su Presidencia.
La cadena de eventos detonó el jueves pasado, cuando en YouTube apareció un audio donde Gertz Manero y su brazo derecho, Juan Ramos, subprocurador especializado en delitos federales, reconocían varios delitos y contubernios. La grabación es ilegal, y judicialmente no tiene validez como prueba. Sin embargo, cuando una acción de origen ilegal revela un delito mayor, como es el caso, la procedencia debe pasar a segundo término, para evitar que el crimen mayor expuesto quede impune.
La Fiscalía General inició una investigación para determinar quién había espiado al fiscal y al subprocurador, pero no desmintió la autenticidad del audio, quizás porque Gertz Manero debe pensar que si lo grabaron una vez, lo hicieron otras veces y desconoce qué más podría hacerse público. El espionaje al fiscal debe ser investigado y aclarado, porque más allá de la coyuntura actual, se está vulnerando la seguridad nacional probablemente mediante el mismo método que ha utilizado Gertz Manero, usando recursos públicos para fines particulares.
El audio tiene una enorme claridad, por lo cual se infiere que el equipo con el que lo interceptaron es de alta tecnología. La primera pregunta es quién grabó. Un civil, difícil, por el monto de inversión que se requiere para ello, y sobre todo, ¿cómo evitar que lo descubran? Un gobierno extranjero tampoco, porque el contenido del audio apunta a un interés doméstico. Queda el fuego amigo. La mejor tecnología la tienen las Fuerzas Armadas, la Fiscalía y el Centro Nacional de Inteligencia, por lo que es relevante cómo está la relación de Gertz Manero con el gabinete de seguridad. Funcionarios federales dicen que es muy mala. Recientemente se iba a celebrar un gabinete de seguridad presencial, pero la mayoría de sus miembros lo saboteó porque no querían estar con él.
Falta saber algo que debe conocer el fiscal desde el mismo viernes, el equipo que interceptaron. Se puede descartar que haya sido en dispositivos de comunicación abierta, salvo que estén encriptados. Otra posibilidad sería una intercepción en la red interna del gobierno federal, aunque eso pondría la responsabilidad al Ejército, que es quien la maneja. En todo caso, Gertz Manero debe entender que el enemigo que se atrevió a grabarlo y difundir el audio es poderoso y debe tener más misiles guardados.
El audio, por otra parte, debe contextualizarse en dos momentos. Uno implícito, su pleito a muerte con el exconsejero jurídico Julio Scherer, contra quien tiene abiertas al menos dos carpetas de investigación, y el otro explícito, la sesión del pleno de la Suprema Corte el 14 de marzo donde se discutirán y resolverán los dos amparos interpuestos por la excuñada del fiscal, Laura Morán, y por su hija, Alejandra Cuevas, a quienes acusó del asesinato de su hermano. La acusación se desechó por improcedente en diversas instancias desde 2015, pero cuando Gertz Manero llegó a la fiscalía, utilizó su poder para revivirlo y vengarse. Sobre este tema trata el audio, que tiene cuatro versiones editadas de diferente manera.
Gertz Manero inició la conversación con Ramos, informándole que el ministro Alberto Pérez Dayán le había enviado su proyecto del dictamen sobre los amparos de sus familiares, que les permitiría recuperar la libertad. De sí, compartirle el proyecto es un delito compartido, que, por omisión, Gertz Manero reconoce en el audio, mostrando la inexistencia de la separación de poderes. “Nada existe ahí de lo que dijo que iba a poner”, comentó Ramos. “Nada, pero ni una línea”. Dejaron clara la complicidad con el Poder Judicial, y podrían haber incurrido en el probable delito de prevaricato.
Pérez Dayán no es el único ministro arrollado. El presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, dice Gertz Manero, estaba en contubernio con él y, en acto de complicidad, le confió con cuántos votos contaba para la sesión donde se revisarán los amparos. La difusión del audio pone en entredicho a quienes voten a favor del dictamen, al quedar envueltos en un probable conflicto de interés y tráfico de influencias. El probable delito de prevaricato también ronda sobre sus cabezas.
Gertz Manero reveló otro delito. Cuando le dijo a Ramos que el dictamen lo verían su abogado Víctor Olea y “Germán”, se refiere a Germán Castillo, el fiscal especializado de Control Regional, con lo que confirma que utilizó recursos del erario para litigar un asunto personal, que configura el probable delito de peculado.
Hasta antes de los audios, el abuso de poder del fiscal para sus asuntos personales se había documentado ampliamente, incluso con la colaboración de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México. Pero ahora, de viva voz, los audios desnudan al fiscal como un hombre capaz de violar la ley para saciar sus venganzas, donde involucró a sus colaboradores y los convirtió en probables accesorios de delitos, además de destruir la imagen de dos ministros, la independencia del Poder Judicial, y pervertir y contaminar la justicia.
La autonomía de la fiscalía que defiende el Presidente no significa permitirle al titular que viole la ley. Gertz Manero no le sirve a López Obrador y se volvió un lastre que puede pudrir a la Presidencia si no actúa con la responsabilidad que obliga esta circunstancia.