¿NO SE suponía que en México había libertad de empresa? La pregunta obedece a que hace unos días sucedió algo que debería prender las alarmas: una gasolinera Shell en la que se vendía en 30 pesos el litro de Premium fue clausurada por el gobierno federal... para sostener el discurso populista del Presidente.
LA IDEA de tener que aceptar que el precio de las gasolinas debe subir, dado el brutal incremento en el precio del petróleo, saca de sus casillas al mandatario. Pero Andrés Manuel López Obrador no está pensando en los pobres, está pensando en su popularidad.
Y DONDE gobierna la popularidad se pierde la racionalidad, pues el Presidente está desperdiciando el aumento en los ingresos petroleros, subsidiando el uso de los automóviles. Si realmente le importara la economía familiar, lo que está perdiendo por IEPS, por ejemplo, fácilmente se podría usar para mantener vivas las Escuelas de Tiempo Completo.
PERO, no, a López Obrador lo que le interesa es que se vea una falsa estabilidad en el precio de las gasolinas, aunque eso signifique quitarle a los más pobres, pues se pierden cuantiosos ingresos fiscales. ¿Tanto así vale la imagen presidencial?
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CUENTAN que el subsecretario de la Secretaría de Medio Ambiente, Tonatiuh Herrera, trabaja mucho peeero... no en lo que le corresponde. En su escritorio están atoradas las evaluaciones de impacto ambiental de docenas de proyectos, lo cual provoca pérdidas de millones de dólares en inversión, generación de empleos y afectación a créditos bancarios.
DICHAS evaluaciones no avanzan porque el funcionario quiere darles el visto bueno. Sin embargo, si se revisa el ordenamiento legal, su cargo no tiene vela en ese entierro y la responsabilidad es competencia legal únicamente de las direcciones generales y delegaciones de Semarnat.
COMO QUE ya va siendo hora que la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública se interesen en este extraño embudo burocrático y le pidan explicaciones a Herrera sobre por qué pretende asumir facultades que no le corresponden.
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¡SHHH! ¿Escuchan eso? Es el escandaloso silencio de Marcelo Ebrard sobre el desorbitado mensaje del Presidente contra el Parlamento Europeo. Ni una palabra ha dicho el canciller sobre el documento que tan mal parado lo deja. A lo mejor no ha hablado por pura diplomacia, o a lo mejor es porque en realidad el comunicado no tiene más valor que un berrinche, pues ni siquiera fue enviado a Europa.
CURIOSAMENTE, los promotores de Claudia Sheinbaum aprovecharon el mutis de Ebrard para reclamarle que no se sumara al coro de alabanzas presidenciales. Pero, bueno, el canciller ya anduvo supervisando con AMLO la modernización de las hidroeléctricas en Chiapas, que han de ser muy importantes para la política exterior.
