Hay razones democráticas para rechazar la figura de revocación de mandato. A cuenta de una supuesta entrega de mayor poder a los votantes, lo que hace esta figura es acortar el valor de los votos, pues los votos emitidos para que alguien gobierne seis años pueden ser revocados a los cuatro.
Quien gana tiene que ganar dos veces durante su mandato. La consecuencia política de esto es que, al terminar cada elección, los perdedores pueden agruparse para una revancha y los ganadores deben prepararse para volver a ganar lo que ya ganaron.
Hay también razones históricas para rechazar la figura. En América Latina fue inventada por Hugo Chávez en 2004 para ganar más votos que los que había obtenido como presidente en 1998. Y ganó: pasó del 56% al 59% de los votos.
Lo imitó Evo Morales en 2008 y ganó también: pasó del 54% al 67%. Con esas victorias se encaminaron ambos a establecer la reelección indefinida y a crear gobiernos dictatoriales.
López Obrador no ganará como Chávez y Evo, porque para eso tendría que obtener este domingo más de 30 millones de votos, los que ganó en 2018. Imposible.
Hay también razones políticas, y muy mexicanas, para rechazar esa figura. La fundamental es que, camino a la consulta, el gobierno ha violado todas las normas de imparcialidad electoral que lo obligan.
La ilegalidad oficial ha sido manifiesta. Con impudor y hasta con alegría han violado en público la ley el secretario de Gobernación, la jefa de Gobierno de la ciudad, el jefe de la Guardia Nacional y el mismo Presidente, cuya última perla discursiva ha sido: “No me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.
Los últimos días han convertido la consulta del domingo en una fiesta de ilegalidad por parte del gobierno. También en un arma arrojadiza contra el árbitro electoral. Y, sobre todo, en una advertencia de que no se detendrán ante nada para ganar elecciones.
Se han quitado la máscara. Y lo que aparece tras ella es una coalición de políticos sin respeto por la ley, que hablan de instaurar una verdadera democracia mientras martillan ilegalmente sobre la que existe.
(Día con día regresa a este espacio el lunes 18 de abril).
Héctor Aguilar Camín