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ESTRATEGIAS

Ocotepec, ¿hasta cuándo se impondrá el Estado de Derecho?

 

El primero de agosto de 2019 publicamos en este mismo espacio una columna titulada: “Ocotepec, la ilegal tradición de retener policías”. En esa ocasión, hicimos un recuento de las ocasiones en que, al amparo de un mal entendido concepto de “usos y costumbres”, los ronderos de ese poblado que de indígena ya no tiene nada, abusan de los ciudadanos que tienen la mala suerte de caer en sus manos, y retienen a miembros de cualquier corporación policiaca que intente ejercer su autoridad.

 

Si usted, estimado lector, no es de Morelos y anda de visita en nuestra entidad, tenga mucho cuidado con “La Ronda de Ocotepec”, un cuerpo para-policiaco que primero se dedicaba solamente a dar vigilancia a ese pueblo, pero que a últimas fechas ya está sustituyendo también a la Policía Vial, que tiene su propio corralón y servicio de grúas, y que tiene “jurisdicción” hasta la avenida Paseo del Conquistador.

 

En julio de 2019 dimos datos de un percance automovilístico en el que, aun cuando las partes involucradas ya habían llegado a un acuerdo, llegó “La Ronda” y exigía 3 mil 500 pesos para no llevarse un vehículo. Ni la Policía Vial, ni el Mando Coordinado, quisieron intervenir a favor de las mujeres que práctica y legalmente fueron “extorsionadas” por un tal comandante Fernando Romero.

 

¿Por qué las corporaciones policiacas le tienen tanto miedo a los ronderos?

 

Bajo el argumento de que es un pueblo que se rige por “usos y costumbres”, Ocotepec se mantiene fiel a su costumbre de retener a elementos de cualquier corporación policiaca que se atreva a entrar a lo que consideran su territorio, una circunscripción en la que no vale la Constitución ni ninguna otra ley.

 

Aquí algunos antecedentes:

 

A finales del 2009 pobladores de Ocotepec retuvieron durante horas a los ele-mentos de la Policía Preventiva Estatal José Antonio Rivera Ortega y Mauricio Basurto, por interrogar a unos vendedores de aves. Después de mantenerlos desde las 10:30 de la mañana en la “cárcel” de la Ayudantía Municipal, fueron liberados a las 14:30 horas, luego de que el entonces director operativo de la corporación, Arturo Carrasco Escamilla, jurara ante la muchedumbre que nunca más entraría la Policía Preventiva a Ocotepec.

 

En noviembre del 2002, los vecinos de Ocotepec retuvieron durante varias horas a dos elementos de la Policía Metropolitana de Cuernavaca a los que responsabilizan de haber causado daños al vehículo de un vecino y amagar con sus armas al propietario del coche.

 

En el 2003, unos elementos de la Agencia Federal de Investigaciones que regresaban de unos operativos en la zona oriente pasaron por la avenida principal de Ocotepec, donde existen decenas de puestos de piratería. Sin saber que estaban en un pueblo que se rige por sus propias leyes, los agentes federales intentaron decomisar los productos apócrifos, siendo detenidos por los “ronderos” y llevados a la cárcel de la Ayudantía.

 

Minutos después llegó el responsable de la AFI en Morelos en aquellos días, Ulises Arellano Garnica, a solicitar la liberación de sus compañeros, pero como “llevaba aliento alcohólico”, también fue retenido.

 

Tuvo que acudir un representante del entonces delegado de la PGR, Martín Rubio Millán, para que les fueran entregados los elementos, previa devolución de sus discos “piratas”.

 

A principios del 2004, ronderos de Ocotepec dispararon contra policías Metropolitanos, después de que éstos detuvieron a dos jóvenes que ingerían cerveza e inhalaban solventes en la colonia Chamilpa.

 

Los centinelas del poblado advirtieron a los efectivos que “se encontraban dentro de sus límites”. Los metropolitanos habían recibido el reporte de que en la calle Cuauhtémoc de la colonia  Chamilpa había un sujeto pintando graffitis en la fachada de una casa, por lo que al sitio se trasladaron dos patrullas.

 

Cuando las unidades 187 y 193 llegaron al lugar, los uniformados se percataron de que había varios sujetos tomando cerveza y un joven inhalaba solventes con una estopa; por tal motivo decidieron aprehender a los infractores, pero algunos vecinos del lugar se pusieron demasiado agresivos e intentaron impedir el arresto de los presuntos responsables.

 

Ante el comportamiento violento de los colonos, los metropolitanos sólo capturaron a Raúl Avilés Ramírez y a Luis Ángel Román Sánchez -quien inhalaba el solvente- pero de pronto, algunos de los lugareños empezaron a gritar y chiflar, por lo que poco después llegó una camioneta blanca, con el logotipo de la Ronda de Ocotepec, a bordo de la cual viajaban alrededor de 10 hombres armados, quienes intercambiaron palabras con los agentes e intentaron impedir que los presuntos implicados fueron detenidos.

 

Los vigilantes del poblado de Ocotepec alegaban que se encontraban en su jurisdicción y que los muchachos eran sus familiares, y que por esos motivos no podían aprehender a los jóvenes.

 

Pero los uniformados les manifestaron que estaban en Chamilpa, por lo que tras una fuerte discusión, los metropolitanos subieron a los tipos a las patrullas y se trasladaron a su base.

 

Sin embargo, en la carretera federal Cuernavaca-Tepoztlán, a la altura del callejón del Arrastradero de Chamilpa, los policías fueron alcanzados por una camioneta pick up color rojo y la camioneta blanca, ambas con los logotipos de la Ronda de Ocotepec y los rescataron a punta de pistola.

 

El único que ha podido ponerles un alto a los ronderos de Ocotepec fue el general Leopoldo Díaz Pérez, jefe de la 24ava Zona Militar en el sexenio de Marco Adame Castillo.

 

Elementos de Inteligencia Militar vestidos de civil fueron detenidos por la Ronda y llevados a su cárcel de la Ayudantía Municipal. Informado del hecho, el general Leopoldo Díaz Pérez montó en cólera y mandó varias unidas artilladas que rescataron a los elementos y se llevaron detenidos a los ronderos, a quienes pusieron a disposición de la Procuraduría de Justicia del Estado.

 

Al otro día, decenas de habitantes de Ocotepec se manifestaron en Base Zapata, hasta que sus ronderos fueron liberados mediante el pago de una fianza.

 

La última de los ronderos fue el pasado lunes, cuando los ronderos de Ocotepec agredieron a un elemento de la Policía Vial de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC), que encabeza la jurista Alicia Vázquez Luna, por cumplir con su trabajo.

 

No se tiene mayor información sobre los hechos, pero hay un comunicado oficial en el que el Ayuntamiento de Cuernavaca afirma que “se reprueba de manera determinante la actuación al margen de la ley de tres personas que son señaladas como supuestos integrantes de la ronda de Ocotepec, quienes en un claro acto de ultraje a la autoridad sometieron, golpearon, detuvieron y obligaron a un elemento de la policía vial a abordar la camioneta utilizada para sus recorridos como autoridades auxiliares”.

 

Sin embargo, más allá de reprobar los hechos, la autoridad municipal sólo dijo que “el elemento de la policía vial de la SEPRAC está en su derecho de proceder jurídicamente si así lo determina, contra las personas que de manera violenta lo sometieron, luego de haber cumplido con su deber de aplicar una infracción a un particular por faltas al reglamento de tránsito de Cuernavaca en el poblado de Ocotepec”.

 

Ya vamos entendiendo. Habrá que promover una reforma en el Congreso local para que a la Constitución del estado libre y soberano de Morelos, se le agregue un artículo transitorio que diga: “Todas las disposiciones aquí contenidas, son de observancia en todo el estado, menos en el poblado de Ocotepec”.

HASTA MAÑANA.

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