Con el aderezo de escalar el delirio sectario a una “denuncia penal” para encarcelar a los diputados de la oposición y un demencial “paredón pacífico” para fusilar a los “traidores a la patria”, dos prominentes lopezobradoristas aceitan sus armas para la guerra por la sucesión presidencial:
Tal como sucedió frente al palaciego señalamiento de una imaginaria “derechización” de la Universidad Nacional Autónoma de México, Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal vuelven a diferir, ahora sobre los calumniados “traidores”, decantando criterios que dejan en bochornosa desventaja a la jefa de Gobierno capitalino.
Ella respalda la cacería de quienes negaron su voto a la contrarreforma eléctrica, él propone serenidad, respeto, diálogo y negociación.
Ante los ataques a su alma máter, Sheinbaum apoyó la descocada embestida contra la UNAM, pero Monreal defendió a la institución donde imparte cátedra, dejando claro que antes que político es orgullosamente universitario.
Hoy la señora se suma sin rubor a la jauría persecutora de opositores:
“No se ponen (sic) en riesgo. Sencillamente se está mostrando quién es el diputado que traicionó a la patria. La ciudadanía tiene que saber quién es su diputado que votó en contra de la nación. Entonces es un tema político y de difusión. No veo ninguna persecución política. Simplemente es un partido político que está señalando quiénes son los diputados traidores…”.
Distinto pensaba, hace apenas seis meses cuando, al comentar un tuit de Claudio X González exhortando a “tomar nota” de “todos aquellos que, por acción o por omisión, alentaron las acciones y hechos de la actual administración y lastimaron a México. Que no se olvide quién se puso del lado del autoritarismo populista y destructor”, la señora declaró:
“Que me apunten en la lista. Primero, soy militante, desde hace muchos años, de este movimiento; son millones y millones de mexicanos, difícilmente podría haber una lista; y segundo, y es lo más importante, esto es una oposición fascista, así lo catalogo. ¿Quién hace listas? El macartismo, el nazismo, ellos son los que hacían listas”.
Y afirmaba:
“Nosotros lo que abrimos es el debate, pero no hacemos listas de absolutamente nada, sino sencillamente hay crítica de parte de todos los que pertenecemos a la cuarta transformación, debate, pero hay absoluto respeto a la democracia, a la libertad de expresión, a la libertad de reunión, a la libertad de manifestación, a la libertad en las elecciones”.
Pretende justificar con un sofisma su chaqueteo macartista y fascistoide:
“Es que son traidores a la patria. El tema aquí de fondo es que no se votó cualquier cosa en el Congreso de la Unión. La decisión de los legisladores fue: o sigues apoyando a las empresas transnacionales o apoyas la soberanía nacional”.
Monreal se mantuvo digno y no se dobló:
“Me inclino más en buscar acuerdos y consensos, no diferencias, porque las minorías existen y necesitamos estar juntos para desafiar los grandes retos que México presenta…”