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TEMPLO MAYOR

VAYA contradicción se vive en la Secretaría de Medio Ambiente que encabeza María Luisa Albores con el tema de las manifestaciones de impacto ambiental que deben presentar, por igual, tanto obras públicas como privadas.

MIENTRAS el Tren Maya avanza sin cumplir con ese requisito, hay constructores privados que llevan meses esperando la liberación de ese mismo trámite.

AMPARADO en el decretazo presidencial, que ya provocó la renuncia de tres directores de la Semarnat, al tren no lo detiene ni el daño a la selva, ni la deforestación del sentido común.

Y CUENTAN que muchas de las manifestaciones de privados ya fueron presentadas y revisadas pero están congeladas en algún escritorio porque a "alguien" nomás no le da la gana darles el aval. ¡Qué tal!

 

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GRAN SORPRESA se llevaron altos ejecutivos de líneas aéreas comerciales cuando les presentaron la "solución" que quiere dar el gobierno federal a los hundimientos en la Terminal 2 del AICM.

PRIMERO les expusieron que mientras una parte del edificio está cimentada con pilotes a 60 metros, otra tiene estructuras similares pero que llegan sólo a los 30 metros de profundidad y que, por ello, la construcción se hunde de forma diferenciada.

Y LUEGO les dijeron que la conclusión de los ingenieros militares que analizaron el problema es que, en vez de seguir apuntalando la terminal, la van a dejar que se hunda... pero parejo.

A VER si no resulta que en unos años -o meses- los túneles de abordaje tienen que ser reemplazados por escaleras eléctricas para que los pasajeros puedan subir a los aviones. No es broma, aunque lo parezca.

 

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A VER cómo le hace el gobierno de Claudia Sheinbaum para implementar en la CDMX la nueva revisión mecánica de todos los vehículos particulares que fue impuesta en la NOM 236.

OCURRE que esas inspecciones obligatorias ya existían como parte de la verificación vehicular en el sexenio de Miguel Ángel Mancera, pero la actual jefa de Gobierno las convirtió en opcionales en 2019.

SU ARGUMENTO fue que no se les podía exigir a los ciudadanos que sus autos tuvieran una buena suspensión debido a que las calles y avenidas estaban llenas de baches.

Y A MENOS que de aquí a noviembre ocurra un milagro, no se ve cómo el asfalto de la capital, en donde se dañan miles de llantas, rines y amortiguadores cada año, pueda garantizar que los autos circulen sin riesgo de esos estropicios.

¿O SERÁ que como la nueva "ideota" es de un gobierno de Morena, ahora sí se puede imponer la revisión que hace tres años era inviable? Es pregunta que no cae en baches.

 

 

 

 

 

 

Ámbito: 
Nacional