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EL SOL DE CUERNAVACA:

La falta de un sistema de derecho confiable y objetivo en el estado reduce la competitividad y reporta enorme daño al patrimonio de los ciudadanos, de acuerdo con el IMCO

El martes asustaron mucho a María, una estudiante de la UAEM que vive en Jiutepec: la asaltaron en el colectivo cuando regresaba de clases, uno de los cinco asaltos que una sola de las organizaciones de transportistas del estado reporta sufrir cada día y de los que se denuncian poco, son parte del 91% de los delitos no denunciados que, según las cifras del Instituto Mexicano de la Competitividad, IMCO, y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, podrían superar los 466 mil cada año en el estado.

Esos delitos cuestan al estado aproximadamente 4 mil millones de pesos. A María le quitaron su cartera con unos cien pesos y su celular que aún estaba pagando en abonos y que está valuado en cuatro mil 500 pesos. Cada persona mayor de 18 años en Morelos sufre pérdidas anuales de casi tres mil pesos por delitos diversos, que van desde fraudes y robos, hasta la extorsión y secuestro. En este último ilícito, Morelos tiene la mayor incidencia nacional.

 
 
 

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública, en el 2021 en Morelos se abrieron carpetas de investigación a partir de denuncias por un total de 42 mil 301 delitos, cifra elevada, pero más de 10 veces menor a los crímenes que realmente se registran en el estado. Frente a ello, en la entidad, el factor derecho que integra el índice de competitividad estatal del IMCO, es el más bajo del país e incide negativamente en la capacidad de atracción de inversiones y generación de riqueza en el estado.

Fenómenos que podrían considerarse menores, como el asalto que sufrió María, o mayores como los homicidios múltiples, los secuestros, el cobro de piso y otras formas de extorsión, hacen que en el estado apenas el 12 por ciento de la población adulta se sienta segura. Ese factor, para las cámaras empresariales ha sido determinante en el cierre de negocios, en las quiebras y en la falta de inversión que potencie el crecimiento económico y el empleo y el IMCO lo considera como uno de los que provocan que Morelos se mantenga en el lugar 22 en competitividad en el plano nacional, a pesar de contar con ventajas considerables respecto de otras entidades.

En Morelos la tasa de homicidios es de 51.2 por cada cien mil habitantes, la sexta en todo el país superada sólo por Baja California con 72.5; Zacatecas, 67.9; Colima, 60; Chihuahua, 54.7; Sonora, 52.8. Sólo en el 2021 se cometieron mil 35 homicidios dolosos, un promedio de casi tres diarios. En el primer trimestre de 2022 se cometieron 236 homicidios dolosos.

Con una tasa de 1.1 secuestros por cada cien mil habitantes, el estado ocupa el primer lugar nacional en la comisión de ese delito. El robo de vehículos también es un problema, el estado tiene la sexta tasa nacional en ese delito con 3.8 por cada mil vehículos registrados y en el 2021 se registraron 3 mil 825 denuncias por el ilícito, uno de los que menor tasa de no denuncia reportan por cuestiones de aseguradoras.

En la eficacia y eficiencia gubernamental a Morelos también le va mal. Los ingresos propios del estado representan apenas el cinco por ciento de los ingresos totales, lo que aumenta la dependencia del gobierno federal, al que continuamente se le pide el rescate de instituciones, tanto autónomas como gubernamentales. El cumplimiento de información presupuestal en el estado es el cuarto peor en el país. La informalidad laboral ha alcanzado ya el 67% de la población ocupada lo que reduce la capacidad recaudatoria y el las interacciones de la población con el gobierno a través de medios electrónicos (que favorecen la rapidez y transparencia de los trámites) alcanza sólo el 31%.

La seguridad y la ineficiencia gubernamental hacen languidecer los indicadores buenos de Morelos en el estado.

La innovación de los sectores económicos, muy positiva hace algunos años, hoy se ha reducido hasta caer al lugar 18 nacional, pero aún se mantiene como un activo gracias a los centros de investigación, en que el estado es cuarto lugar nacional; y las patentes 1.4 por cada cien mil habitantes económicamente activos, que coloca a la entidad en el lugar 14. Ambos indicadores se han reducido en los últimos tres años. Además la caída de 4.8% en la productividad y la baja complejidad económica en los sectores de producción, han contribuido a la reducción de la innovación en el estado.

En el factor Sociedad Incluyente, Preparada y Sana, Morelos está a la mitad de la tabla de los estados. Presionan al indicador la falta de camas de hospital, hay apenas media cama por cada mil habitantes; de acceso a servicios de salud que alcanza a sólo el 27% de la población ocupada; y de personal médico en contacto con el paciente con sólo 2.3 por cada mil habitantes. En otros factores ha habido procesos relativos, como la participación de 39% de mujeres en la población económicamente activa; una similar participación de hombres y mujeres en la informalidad laboral (la diferencia es de sólo 1.44 por ciento); y una reducida mortalidad infantil en comparación con otros estados, 11.5 defunciones de menores de un año por cada mil nacimientos, el noveno lugar nacional.

La mejor calificación del estado es en el manejo sostenible del medio ambiente, en que el estado ocupa el lugar nueve nacional gracias a una relativamente baja pérdida de la superficie cubierta por árboles de 0.024%; y una baja morbilidad por enfermedades respiratorias, 96 infecciones agudas por cada mil habitantes.

Pese a los datos positivos que mantiene el estado en otros rubros, el deterioro continúa no sólo en materia de seguridad y eficiencia gubernamental. La serie de políticas de austeridad y nuevo direccionamiento para la ciencia afecta a una de las actividades fundamentales para la innovación económica en el estado; el lento pero constante deterioro de los sistemas de salud y educación comprometen el capital humano; y la reaparición de actividades de tala e incendios forestales que destruyen cientos de hectáreas cada año, además de los efectos que aún podrían agravarse en materia de seguridad pública y eficiencia gubernamental, podrían hacer que la calificación de media baja a baja en la competitividad para los próximos años.

María podría sufrir mucho más que un asalto.

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