Las incautaciones de mota en la frontera caen a un ritmo de 58%, al tiempo que el gobierno de EEUU anuncia que aumentarán los permisos para cultivadores de droga nacional.
La legalización de la mariguana recreativa y la súper calidad de esta hierba están pegando al narcotráfico en México, según la DEA. Y las declaraciones están respaldadas por datos: al revisar las incautaciones que han hecho las autoridades se revela que, año con año, el tráfico del sur al norte se ha ido cayendo a un ritmo de 58 por ciento.
MILENIO tuvo acceso a bases de datos, informes, estadísticas y expedientes que revelan lo que se vaticinó con la entrada de la legalización recreativa: el tráfico de mariguana va a la baja desde hace tres años. Si en 2020 se incautaron 227 mil kilos de mota, para 2021 se redujeron a 96 mil kilogramos. Durante el primer cuatrimestre de este año van 22 mil kilos de hierba decomisada, revela la Agencia de Protección Fronteriza (CBP).
Las incautaciones en tráileres, en tamales, donas, esculturas religiosas y otros métodos insólitos hoy por hoy parecen anécdotas pasadas.
Esto tiene una explicación: según la Administración para el Control de Drogas (DEA), en su presupuesto para el año 2023 presentado ante el Congreso, en los mercados estadunidenses el producto mexicano ha sido reemplazado por el producto nacional.
“La preferencia por la mariguana elaborada en este país se debe en gran medida a que el panorama nacional continúa evolucionando a medida que los estados promulgan referéndum electoral y legislación sobre la posesión, uso y cultivo de marihuana”.
Y van por más: el próximo año se permitirán mayores esfuerzos científicos y de investigación. La misma DEA reveló que ya compró su primera cosecha de marihuana a la empresa Groff NA Hemplex, una compañía con la que en conjunto se dedicarán a realizar investigaciones con fines médicos.
La noticia para los cárteles mexicanos es que seguirá la expansión del mercado legal. El gobierno estadunidense prevé incrementar la aprobación de licencias para los cultivadores: por cada permiso que daban antes, ahora otorgarán cuatro.
La súper mariguana estadunidense ha superado con creces al producto mexicano, que en su último informe de riesgos fue considerado como de “low grade”, es decir, grado bajo o de bajísima calidad.
La caída
La CBP, la misma que evita que ingresen personas sin documentos a Estados Unidos, también ha sido la encargada de decomisar históricamente los cargamentos de mariguana que viajaban de norte a sur.
A principios de este mes, publicaron sus estadísticas de enero a abril de 2022, lo que revela que el cultivo que algún día fue la piedra angular de los grandes cárteles mexicanos —especialmente para el de Sinaloa, el de Juárez y el de Tijuana— ha tenido una caída estrepitosa.
Los datos son reveladores: de enero a abril de 2022 las autoridades encontraron 36 mil kilos de distintas drogas en los puertos de entrada a Estados Unidos, como las garitas de Baja California y Juárez, entre otras.
Sin embargo, para el mismo cuatrimestre de 2021, incautaron a los narcos mexicanos 54 mil kilos de drogas. En 2020 decomisaron 86 mil kilos de distintos estupefacientes.
Aunque algunas drogas mantuvieron el flujo, definitivamente fue la mariguana en la que se vio una baja considerable: y es que en el año 2020 se decomisaron 227 mil kilos; para el año 2021 fueron 96 mil y en el primer trimestre de este año apenas van 22 mil kilos.
Esto representa un ritmo de caída anual del 58 por ciento.
En contraste con otras drogas, como la metanfetamina que mantiene su flujo anual por las fronteras: en lo que va de 2022 han pasado más de 43 mil kilos de metanfetaminas, mientras que los dos años pasados estuvo entre los 70 y 80 mil.
La capacidad de los cárteles para competir en el mercado de la mariguana en Estados Unidos está disminuida.
Droga de baja calidad
El último informe anual sobre riesgos de las drogas plantea que las incautaciones han disminuido, debido a que la mariguana mexicana ha sido suplantada en gran medida por la producción nacional.
Y es que la mariguana y sus productos derivados han ido aumentando su potencia, de tal manera que incluso las autoridades han tenido que entrar a regularla. Han detectado a vendedores que presumen productos concentrados con niveles de THC superiores al 90 por ciento.
La DEA también considera que la planta cosechada en los campos mexicanos suele ser clasificados como “grado comercial” o “grado bajo” y es muy inferior “a la mariguana producida nacionalmente en los Estados Unidos o en Canadá”.
Y aseguran que son las constantes modificaciones las que han creado esta brecha entre los consumidores estadunidenses y los cárteles mexicanos.
Mientras tanto, Estados Unidos avanza a pasos rápidos con la legalización tanto medicinal como recreativa, incluso en las fronteras, donde históricamente se concentraba el consumo: en 2021 se legalizó en Connecticut, Nuevo México, Nueva York y Virginia. En el 2020 en Arizona, Montana, Nueva Jersey y Vermont.
Sin embargo, es claro que los cárteles mexicanos no se rinden y, aunque en menores cantidades, han hecho esfuerzos este año por cruzar un poco de hierba: hace una semana fue descubierto un narcotúnel en la frontera entre Tijuana y San Diego. Tenía sistema de seguridad, de ventilación y rieles. Los esfuerzos de los cárteles continúan.