Florestán
México se mantiene como el quinto país con mayor número de muertos por covid, que no es ajeno a la necedad de Hugo López-Gatell de no vacunar en su momento a los médicos privados como a los del sector público, lo que llevó a nuestro país a tener uno de los índices más altos de personal sanitario fallecido por el coronavirus. Ayer, a 26 meses de distancia del inicio de la crisis, la Suprema Corte salió con un fallo que confirma que aquí la justicia no es ni pronta ni expedita y que ese máximo tribunal está desconectado de la realidad y las necesidades vitales de millones de mexicanos.
Sí, la Segunda Sala determinó que las autoridades encargadas de aplicar la vacuna contra el covid deben suministrar a médicos del sector privado las dosis y posteriores refuerzos en las mismas condiciones y tiempo que al personal del sector público de salud.
Y luego entran en una serie de consideraciones a destiempo. Esta determinación la debían haber tomado hace dos años, cuando escalaba lo peor de la pandemia y no hoy que va de bajada.
No sé cuántas miles de muertes de personal sanitario se hubieran evitado de haberlo resuelto en su momento.
Pero no.
La Corte tiene sus tiempos, ajenos a la urgencia del país y de cientos de miles de mexicanos muertos.
Por eso le digo, se imparte una justicia que no es pronta, ni expedita, ni oportuna, ni que responda a las necesidades urgentes, de vida o muerte, de una nación, por lo que no es justicia.
RETALES
1. PLAZO. El Presidente informa hoy si va o no a la Cumbre de las Américas, el día 6 en Los Ángeles. Por semanas dijo que si el presidente Joe Biden no invitaba a Cuba, Nicaragua y Venezuela, que no los invitará, él no iría. Ayer anunció que ya recibió la invitación. Menudo dilema: si dice que va, habrá una contradicción; si anuncia lo contrario, será el inicio de un conflicto innecesario;
2. DISPARO. Ante la carestía incontrolable, en Palacio Nacional se anunció un programa para contenerla y reducirla, que abarcaba 24 productos de la canasta básica, lo que aún no se refleja en la compra, bolsillo y mesa de los mexicanos. El Coneval acaba de publicar que en el último trimestre hubo una mejora, pero que hay unos 50 millones de mexicanos cuyo ingreso laboral no les alcanza para comprarla. La canasta urbana tiene un costo de mil 978 pesos y la rural de mil 522. A muchos los salvan las remesas y los pagos de los programas sociales de este gobierno. Pero, por ingreso laboral, están en la pobreza; y
3. PASADO. Ante el fracaso del Insabi, que creó la 4T para reemplazar al Seguro Popular, en el cuarto año de gobierno el presidente López Obrador creó el IMSS-Bienestar, que es una versión del IMSS-Coplamar del presidente López Portillo, y del IMSS-Solidaridad, de Carlos Salinas. Así la innovación.
Nos vemos el martes, pero en privado
Joaquín López-Dóriga
@lopezdoriga
lopezdoriga.com