La Reina del Carbón
Múzquiz, Coahuila, no tiene la belleza de un pueblo mágico. Su verdadero atractivo está en el subsuelo: hay miles de millones de pesos en gas y carbón. Dentro de Morena ya se dieron cuenta de esa riqueza escondida y la disputa por Múzquiz empieza a alcanzar dimensiones nacionales. Sobre todo porque el próximo año se renueva la gubernatura del estado.
Múzquiz lo gobierna la alcaldesa morenista Tania Flores. Ella y su hermano Tony han estado en el negocio de las minas desde hace años. También en el negocio de la política. En Coahuila es tradición que vayan de la mano. Los Flores tuvieron su primera aparición política tras “comprar” la franquicia del partido local Unidad Democrática de Coahuila, de Lenin Pérez, hijo de Evaristo Pérez, aquel famoso dirigente del sindicato de la UNAM. No les funcionó.
Así que se mudaron al PAN. Se aliaron con Guillermo Anaya, el compadre del expresidente Felipe Calderón que compitió por la gubernatura hace 5 años y la perdió ante el actual mandatario priísta Miguel Riquelme. Como tampoco les funcionó el PAN, terminaron abriéndose paso a billetazos en Morena, con el aval de la consejera Hortencia Sánchez. Así lo cuentan fuentes del propio partido.
Con el dinero del carbón, los Flores financiaron campañas, pagaron brigadas, se hicieron de estructuras. Morena no se hizo del rogar: en 2020 le otorgó a Tania Flores una codiciada candidatura plurinominal a diputada local, y a los 3 meses, la catapultó para ser presidenta municipal de Múzquiz. Hoy, ella es el “Plan B” para la gubernatura el próximo año. El favorito del presidente López Obrador es Ricardo Mejía Berdeja, su subsecretario de Seguridad. Pero no es en automático: en 2023 se renuevan dos gubernaturas ―Estado de México y Coahuila― y por ley de equidad de género, los partidos deben presentar a un hombre y una mujer. Si los planes de López Obrador salen como él quiere, su secretaria Delfina Gómez sería la candidata de Edomex y su subsecretario Mejía Berdeja el de Coahuila. Pero si por algo se le complican las cosas a Delfina ―y mire que hay motivos―, en Coahuila se abre la puerta a Tania. En Morena me aseguran que pase lo que pase, los Flores no van a perder: incluso Tony, el hermano, ya presume que amarró una candidatura a diputado.
Tony Flores es un personaje por sí mismo. Medios de comunicación locales informaron que cuando Tania se metió de lleno a la política, acordaron que él se quedara con las acciones de la empresa familiar, con la ayuda de una figura ejecutiva de confianza. Poco duró el pudor: cuando Tania era apenas candidata morenista, Tony fue beneficiado con un contrato de CFE para comprarle 250 millones de pesos en carbón. Fuentes locales calculan que se ha embolsado 1,500 millones de pesos gracias a su alianza político-empresarial con Morena, a pesar de que algunas de sus minas han estado bajo investigación y denuncias.
Personajes como estos, en apariencia menores en el escenario nacional, terminan siendo mucho más importantes de lo que parece. Al platicar con varias fuentes locales, me repitieron una frase: así como el huachicol empezó financiando a Morena en Tamaulipas, así el carbón en Coahuila… empieza en un estado y se extiende por el país.