Una repugnante mezcla de cinismo y abyección con tufo narco destila el mandatario morenista de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, en su declaración sobre el retén con que se toparon los periodistas en Badiraguato cuando cubrían la gira presidencial:
“¿No será que Calderón mandó a poner eso para que saliera en la prensa nacional con la idea de echarle a perder la visita al Presidente…?”.
Y mintió afirmando que los retenedores eran solo un adulto y un niño, cuando consta en imágenes que fueron al menos siete (los testigos hablan de una decena) que, con uniformes “tácticos”, ponchallantas y cuernos de chivo hicieron parar a cuatro camionetas de los periodistas que alcanzarían al presidente López Obrador en Guadalupe y Calvo, Chihuahua (a donde él llegaría en helicóptero militar).
Con razón fue muy sospechoso que su secretario de Seguridad, Cristóbal Castañeda, informara el lunes la captura de cuatro sujetos, entre éstos un menor, a quienes les fueron asegurados “armas, equipo táctico y dos vehículos”.
La duda se disipó al saberse que no fueron policías de Sinaloa sino el Ejército quien hizo las detenciones (no se sabe aún si se trata de quienes frenaron la comitiva presidencial).
El venenoso disparate del gobernador sobre el ex presidente fue copia sustantiva de los dichos de López Obrador el sábado y (sin que alguien se lo preguntara) en la mañanera del lunes:
“Nuestros adversarios no quieren cambiar, quieren que la realidad se ajuste a su manera de pensar”, estaba diciendo, y de repente brincó al trance vivido por los periodistas.
“Lo veo desde luego en los medios. Vamos a hacer una gira allá a Chihuahua y a Sinaloa. Fuimos ¡y un escándalo!, ¿no?, ¡por un retén! Esa era la nota principal, y (a) difundir que hay acuerdos con la delincuencia. ¡Pues no! Tuve que decir que yo no era Calderón, porque no soy Calderón. Él pactó con la delincuencia y él tenía a García Luna de jefe de seguridad pública y él, en vez de atender las causas que originan la violencia, declaró una guerra. No somos lo mismo. Y él permitió que hubiera masacres, pero los muy cretinos conservadores piensan que es lo mismo. No, no somos iguales…”.
Curiosamente, del mismo terruño de los líderes históricos del cártel de Sinaloa, Rocha Moya (imitando a AMLO) pretende restarle gravedad al suceso y asume lógicos o normales los retenes de paramilitares y/o delincuentes pese a que no son autoridad legal y que en México hay derecho al libre tránsito (sí, Chucha, que lo digan los migrantes que por su aspecto físico detienen agentes del Instituto Nacional de Migración).
A los “cretinos” apanica que se desdeñe las cifras récord de desapariciones, asesinatos y feminicidios en lo que va de la 4T (superiores en el mismo lapso a las alcanzadas en las gestiones de Calderón y Peña Nieto), y el hecho de que muchas de las víctimas fueron levantadas en ese tipo de criminales pero consentidas “inspecciones” que total (y supongo que el cínico góber coincidirá también), realiza la “gente buena y trabajadora…”.