COMO quien deshoja la margarita en el amor, Andrés Manuel López Obrador sigue sin dar una respuesta clara sobre si asistirá o no a la Cumbre de las Américas convocada por Joe Biden.
EL PRESIDENTE tiene todas las de ganar si acude al llamado del norteamericano. Primero, porque ya quedó claro el peso que puede tener México en la relación de Estados Unidos con el resto del continente. Segundo, porque por más que la afinidad ideológica está con el sur, la realidad económica de todos los días es con el norte. Y, tercero, porque al ser en Los Ángeles la cita, AMLO juega prácticamente de local.
A TODO eso se suma que Cuba y Nicaragua ya dijeron que no asistirán, con lo cual liberan a López Obrador de su condicionamiento de que todos los países sean invitados. Faltaría ver qué pasa finalmente con Venezuela.
PARTICIPAR en la dichosa cumbre sería un éxito para el presidente mexicano. Está por verse si logra reconocer esa oportunidad o si, para variar, le gana el hígado.
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POR CIERTO, si López Obrador no viaja a Los Ángeles, ¿sí acudirá a Oaxaca a ver el desastre que dejó el huracán Agatha? Es curioso cómo el mandatario hizo de ese estado uno de los más visitados en su gobierno cuando se trataba de hacer promesas, pero se niega a pararse ahí cuando se trata de dar la cara ante los damnificados. Sería un buen detalle que alguien acudiera a explicarles a los oaxaqueños que no hay Fonden para apoyarlos, pero que el domingo deben votar por Morena con toda confianza.
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NO HAY que perder de vista el caso de espionaje político que trae entre manos el gobierno de Claudia Sheinbaum. Hace un par de días fue detenido un funcionario de la administración de Miguel Mancera y el asunto podría salpicar a los más cercanos colaboradores del ex mandatario.
QUIENES saben del asunto dicen que las líneas de investigación irían hacia Héctor Serrano, quien fuera el temido secretario de Gobierno de Mancera y, de hecho, uno de sus principales operadores políticos. El ex perredista ahora anda muy metido en San Luis Potosí, como parte de la alianza del PT y del PVEM que llevó a la gubernatura a Ricardo Gallardo.
EL SUPUESTO responsable del centro de espionaje ahora detenido seguía trabajando en la actual administración... ¡en la propia Fiscalía capitalina! Buen lugar para esconderse.
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¿Y QUÉ tal funciona la simplificación administrativa en la 4T? Ah, pues el SAT obligó a los patrones a pedirles a sus empleados tramitar ante el SAT la constancia de situación fiscal... para luego entregársela al mismo SAT que la expidió.
