Florestán
El PRI fue muriendo elección a elección y en esa agonía su dirigente, Alejandro Moreno, mantiene las mismas ambiciones delirantes del ayer.
Sus dos peores momentos los vivió en su primera derrota presidencial en 2000, ante el PAN, y 18 años después, en 2018, con Morena.
En el primer caso, 2000, Roberto Madrazo, tras el triunfo de Vicente Fox, se hizo de la presidencia del partido y desde allí de su candidatura presidencial, para ser arrojado en 2006 a una tercera fuerza electoral, superado por el PAN de Felipe Calderón y el PRD de López Obrador.
En el segundo lance, 2018, tras el triunfo arrollador de López Obrador, ahora con Morena, Alejandro Moreno se hizo de su dirigencia para desde ahí buscar hacerse no solo de la candidatura presidencial del PRI, sino, ha dicho, de la alianza opositora, lo que lo llevaría al escenario de 2006, tercera fuerza, pero in extremis: en 2006, el PRI tenía 28 gobernadores y hoy le quedan dos, los estados de México y Coahuila, que se juegan el año que viene.
Este PRI de Moreno ha perdido todas las elecciones a gobernador en las que ha participado, 22, no ha ganado nada y tiene una sola mayoría legislativa local, Coahuila, que heredó. El partido se encuentra en etapa terminal con un dirigente ajeno a su realidad, lo que ha agravado por su ambición disparatada.
Ayer se reunió con sus antecesores y coordinadores legislativos, a los que les plantó cara: no les dejo el PRI, les dijo, y no se los dejará.
Bueno, sí, para las presidenciales de 2024, pero ya en cenizas.
Al PRI lo enterrarán con él, y con él mismo habrá terminado, lastimosamente, una era: la del priato que los priistas dejaron morir.
RETALES
1. RESCATE. Dirán lo que quieran, pero Altán Redes, declarada en concurso mercantil, es la primera empresa que rescata el gobierno de López Obrador ante el fracaso financiero, adeuda mil 521 millones de dólares. Le dio un apoyo por 388 millones de dólares, contra lo que había dicho una forma de socializar las pérdidas privadas, y tomó el control. A ver qué dicen los acreedores internacionales;
2. PENITA. Pues siempre sí, el gobierno de Panamá dio el beneplácito para que la telonera de López Obrador en el Zócalo, Jesusa Rodríguez, sea su nueva embajadora al rechazo de Pedro Salmerón. No cabe duda que la primera tendencia de lo peor es ahondar en lo peor; y
3. AVIÓN. En la SICT siguen mudos como momias. Escondidos, guardan silencio ante la advertencia de los pilotos de líneas aéreas de cien países, que denunciaron que las operaciones en el aeropuerto de Ciudad de México son inseguras, y ahora en el caso del avión venezolano con cinco tripulantes iraníes que salió de Querétaro para ser retenido en Buenos Aires. Aquí, silencio, lo mismo que ante el caos que se vive día a día en el AICM.
@lopezdoriga
lopezdoriga.com