El peor y más pedestre mandatario que se padece en las 32 entidades federativas se delató promotor del encarcelamiento de José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado, y se descaró como golpeador político de su correligionario y aspirante a la Presidencia de la República, Ricardo Monreal.
Descalificó el fallo exculpatorio de la justicia federal y neceó con achacarle al exonerado la responsabilidad de un homicidio, patraña que quiso sustentarse en la versión de un “testigo” anónimo.
Por lo que tuiteó se deduce que la única “autoría intelectual” de un crimen, en este caso la fabricación de un preso político, es de él y su fiscal.
Su contrariedad con la liberación es tanta que también dejó ver su desprecio a las autonomías de la fiscalía veracruzana y del Poder Judicial (estatal y de la Federación):
“Es lamentable que unos jueces federales (magistrados de un Tribunal de Circuito) insistan en torcer la ley a conveniencia del presunto homicida solo porque tiene un amigo pudiente. La parte buena es que ese ‘buen amigo’ ya quedó desenmascarado que sirve a la corrupción. Ojalá el poder judicial federal corrija el rumbo”, tecleó.
Como es claro, alude a Monreal, quien desde antes de que Del Río fuera encarcelado viene denunciando el ejercicio caciquil y policiaco del poder a que es adicto el majadero góber.
En armonía con su virtual patrón, la fiscal Verónica Hernández hizo un video para lavarse las manos (“la detención se llevó a cabo en cumplimiento a la orden de aprehensión que fuera girada en su contra por un juez”), afirmando que “siempre” ha trabajado con apego a derecho “sin politizar ni mediatizar la justicia”, pero que no comparte la resolución de amparo y consecuente liberación. Felicitó al magistrado (son tres) que se opuso y pataleó: “La sentencia no exonera a José Manuel del Río Virgen como responsable…”.
Ella y el mandamás de Veracruz juegan la premisa juarista de que “al margen de la ley nada, por encima de la ley nadie”, pero la señora se exhibe servicial y dócil ejecutora de los deseos del gobernador.
Otro incondicional es el juez de control Francisco Reyes Contreras, quien sin base alguna dictó un año de prisión preventiva oficiosa a Del Río.
Ahora esta trinca de inventores de culpabilidades y fabricantes de prisioneros políticos (persiguen y mantienen en la cárcel a otros “adversarios”) enfrentará los efectos de su ilegal actuación porque serán demandados por su avieso y confeso abuso de poder…
Carlos Marín