Algunos analistas ajustaron al alza sus pronósticos para el índice inflacionario.
Las presiones inflacionarias se acentuaron en junio y ubicaron al índice en 7.99 por ciento, un nuevo máximo en poco más de dos décadas, lo que generó ajustes al alza en los pronósticos de algunos analistas para el cierre del año, que podría alcanzar hasta 8.4 por ciento, y no descartan niveles de 9.5 por ciento en un escenario pesimista.
En la segunda quincena de junio, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se situó en 8.09 por ciento a tasa anual, de acuerdo con el INEGI.
“Las cifras observadas recientemente y la expectativa de que los choques que afectan a una gran parte de los precios domésticos no ceden en el corto plazo, nos llevaron a revisar nuestros estimados de inflación para el cierre de año. Así, el pronóstico se revisó al alza de 6.94 por ciento a 8.39 por ciento”, indicaron analistas de Finamex.
Expertos de Banco Base destacaron que debido a que persisten las presiones al alza para la inflación y no se han desvanecido los riesgos que podrían causar nuevos choques, se revisó la previsión del indicador hacia el cierre del año a 8.2 por ciento, desde 7.55 por ciento.
Además destacaron que no se puede descartar un deterioro de la proyección de inflación hacia un escenario pesimista, con una inflación al cierre del año entre 8.5 y 9.5 por ciento anual.
Víctor Ceja, economista en jefe de Valmex, indicó que sus estimaciones pasaron de 7.67 a 7.73 por ciento para la inflación al cierre de año.
Consideró que el comportamiento del INPC dependerá, por un lado, de la desaceleración económica a nivel global y si ésta continúa, las materias primas podría desacelerar sus precios; por el contrario, se verán presionada por el enfrentamiento bélico en Ucrania que ha provocado el alza de precios en los energéticos, además, de los confinamientos en China que están afectando las cadenas de distribución.
“En lugar de desvanecerse, las presiones inflacionarias parecen estar tomando fuerza, lo que generará alerta entre los actores económicos y podría propiciar un cambio en las perspectivas de corto y mediano plazo”, aseguraron analistas de Monex, quienes revisaron su pronóstico para el año a 7.7 por ciento, desde 7.3 por ciento.
En este mismo sentido, Citibanamex prevé que la inflación llegue a 7.7 por ciento, –su estimación anterior era de 6.7 por ciento–. “Los ajustes responden a la persistente alza en los precios de las materias primas. Para los próximos meses anticipamos mayores presiones en los precios de los alimentos, altos costos de fertilizantes y factores climáticos que presionarían los precios agrícolas al alza”, explicaron.
Por el contrario, Ernesto O’Farrill, presidente de Grupo Bursamétrica, señaló que revisó sus pronósticos para la inflación a la baja de 8 por ciento a 7 por ciento para este año.
“La modificación en las estimaciones se debe a una caída de precios internacionales de commodities muy importante desde los máximos alcanzados algunas semanas atrás, principalmente en el gas natural, trigo, maíz, soya, cobre, petróleo y las gasolinas”, aseguró.
Presiones en alimentos
La inflación continuó con su tendencia alcista en junio y registró su mayor variación desde 2001, presionada por los aumentos de precios en los alimentos frescos y procesados, principalmente.
El INPC subió 7.99 por ciento anual y en la comparación mensual resultó de 0.84 por ciento, la mayor para un mes de junio desde 1998.
Por componentes, el índice de precios subyacente es el más preocupante al subir a 7.49 por ciento, su variación más alta desde diciembre del 2000. Dicho incremento fue impulsado por los alimentos procesados, que alcanzaron 11.8 por ciento anual.
La balanza no subyacente se colocó en 9.47 por ciento a tasa anual, donde los precios de agropecuarios subieron 15.02 por ciento.