Incognitapro

TEMPLO MAYOR

 

MÁS CHAMUSCADO que un Judas en Sábado de Gloria anda el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira. CUENTAN que en aquella entidad todo mundo habla -y mal- de su administración por la falta de obras, la megadeuda y las investigaciones en España a su hermano Humberto. Y CON ESO de que se está tambaleando más que el peso frente al dólar, muchos piensan que decidió sacarse de la manga un recurso para apaciguar adversarios, recuperar alianzas y ganarse nuevos apoyos: regalar notarías públicas. DE HECHO, se sabe que son 41 los fíats notariales que forman parte del botín... perdón, de ese reparto que, en muchas entidades, ocurre al final de cada sexenio. ¿O SERÁ que Moreira siente que no aguantará los 21 meses que le quedan a su administración y se está poniendo a mano con los cuates mientras todavía puede? Es pregunta que ni parte, ni reparte. *** LO QUE son las coincidencias. EN 1996, José Agustín Ortiz Pinchetti y Santiago Creel formaban parte de la primera generación de consejeros ciudadanos del hoy desaparecido Instituto Federal Electoral. EN 2016, ambos aparecen en las listas de candidatos a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México. EL PRIMERO, llega como aspirante de Morena y, el segundo, como uno de los gallos del PAN después de que, en los 20 años desde que estuvieron juntos en el IFE, ambos tuvieron cargos públicos de alto nivel y también fueron legisladores. AHORA sí que, como dice la canción: "tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio... ¡y coincidir!". *** UNA BUENA: a pesar de la ola de violencia en Acapulco ayer la administración municipal a cargo de Evodio Velázquez reportó una ocupación hotelera del 90 por ciento con motivo del feriado de Semana Santa. UNA MALA: hace apenas cuatro años, en el 2012, esa misma cifra llegó al 98 por ciento en el sábado de la Semana Mayor. UNA MÁS MALA: en la zona de Acapulco Diamante, donde se hospedan la mayor parte de los turistas extranjeros y nacionales con mayor poder adquisitivo, la ocupación ayer era del 84 por ciento. QUE CONSTE que las frías cifras no pecan... aunque incomoden. *** NADIE pegó el grito en el cielo nomás porque era la Procesión del Silencio, pero allá en Puebla miles se quedaron con los ojos cuadrados al ver que su alcalde, Luis Banck, hizo el recorrido hasta mero enfrente y junto al arzobispo Víctor Sánchez. PORQUE, hasta donde se recuerda, en los 25 años desde que se instauró esa marcha en Viernes Santo, ningún presidente municipal la había encabezado. LA DUDA que les quedó a los poblanos es si el político cercano al gobernador Rafael Moreno Valle acudió en su calidad de autoridad, como un ciudadano más o, de plano, como fiel católico. ESO SÍ, nadie puede reclamarle que guardara silencio al respecto.

REFORMA/ F. BARTOLOMÉ

Ámbito: 
Nacional