El teléfono celular del Rey del Huachicol
El pasado 22 de noviembre ejecutaron de dos tiros en la cabeza a Sergio Carmona Angulo, conocido como El Rey del Huachicol. Carmona había entrado a una barbería del municipio más seguro y más vigilado de México, San Pedro Garza García, en Nuevo León.
Extrañamente, ninguna cámara de vigilancia captó el momento del asesinato. Algunos testigos declararon que los agresores llevaban el pelo corto, al estilo militar, y que actuaron sin titubeos.
Carmona y su hermano Julio César, en 2019 administrador de la aduana de Reynosa, Tamaulipas, estaban acusados de controlar los cruces fronterizos del estado para traficar hidrocarburos “bajo el disfraz de aceite vegetal”, así como medicamentos, equipos médicos y pacas de ropa usada.
Habían acumulado una fortuna inconmensurable que, según investigaciones del gobierno de Estados Unidos, lavaban a través de al menos tres empresas. En junio de este año el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que había abierto una investigación en contra de una red de tráfico de combustible que tenía como centro a los hermanos Carmona Angulo.
Desde varios meses antes de morir, el Rey del Huachicol se hallaba en el centro de un huracán. Se le acusaba de haber financiado las campañas políticas de varios candidatos de Morena en el estado, y de incluso haber pagado la campaña del presidente nacional de este partido, Mario Delgado, quien viajó en el avión privado de Carmona en al menos dos ocasiones, al igual que el hoy gobernador electo de Tamaulipas, Américo Villarreal.
Además de Delgado y Villarreal, en el grupo político financiado con dinero del huachicol figuraban los nombres de candidatos, alcaldes, legisladores: Erasmo González Robledo, Olga Sosa Ruiz, Carmen Lilia Canturosas, Eduardo Gattas, Héctor Villegas y Eduardo Hernández Chavarría, entre otros.
Muchos de estos se movían en camionetas blindadas propiedad de Carmona, al que luego se le hallaron 18 propiedades en México y 11 en Texas.
Cuestionado sobre estos vínculos con los hermanos, el alcalde de Reynosa, Caños Peña Ortiz dijo que él era “de los pocos que no recibió dinero”, “de los pocos que los mandó a volar”, “de los pocos que no recibió dinero en especie”.
El Rey del Huachicol había financiado también campañas de Morena en Nuevo León, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit. Estados Unidos lo tenía en la mira y de pronto en el campo visual de ese gobierno se cruzaron los morenistas que se habían beneficiado con dinero sucio del huachicol. Hoy, esa investigación está en manos del FBI.
Un motivo de preocupación mayor es el teléfono celular que Carmona llevaba entre sus ropas al momento de ser asesinado. Una ficha de información a la que el columnista tuvo acceso indica que, diez días antes de morir, Carmona y la exdiputada Olga Sosa intercambiaron mensajes en los que hablaban de la necesidad de “tomar las riendas de las redes” de Américo Villarreal (“Están pa’l perro”), así como de obtener espacios en la prensa nacional para obtener notas “en positivo”: “como decir que en Tamps solo es Américo”.
Los mensajes hablan de pagos a columnistas y encargados de trascendidos para golpear a adversarios de Américo Villarreal (“Él cobra 70. Pero lo dejará solo en 50, Y sale mañana”). Dichos pagos se harían mediante depósitos en el Oxxo, “para que no quede huella”.
Carmona sostuvo también intercambios con Erasmo González, “para no dejar pasar a Rodolfo (González Valderrama)”, quien aspiró a contender por la candidatura a la gubernatura del estado, así como con su contadora, a fin de realizar una serie de cambios en sus empresas luego de firmar contratos con el gobierno de Nayarit, los cuales incluirían la modernización y pavimentación de un tramo de la carretera Tepic-Aguascalientes. Entre otros proyectos, una de sus empresas iba a rehabilitar el edificio del Sistema Estatal de Seguridad Pública nayarita.
Además de una comprometedora galería de retratos, que muestra en comidas, fiestas y reuniones a Carmona y al morenismo tamaulipeco, en el teléfono fueron hallados diálogos en los que se habla de enviar “al humo” (la Ciudad de México) “lo que platicamos, porque yo quedé que ayer u hoy a más tardar compadre” (la respuesta: “Lo puedes poner tú? Yo me encargo que lo tengas mañana a más tardar”), y en los que alguien le pregunta al Rey del Huachicol si de casualidad tiene “un papalote en Toluca” (un avión).
Tras el asesinato, el hermano del Rey del Huachicol huyó a Estados Unidos y hoy se halla en calidad de testigo protegido.
La sombra de Carmona envuelve a Mario Delgado y a otros políticos. Estados Unidos está jalando los hilos. Nadie sabe cómo empleará esa información el gobierno de Biden. Pero de que será empleada, no queda la menor duda. Absolutamente ninguna duda.