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ESTRATEGIAS

EL PRI Y SU "CONFERENCIA DE HONOR"

 

El pasado fin de semana estuvo en Morelos Rubén Ignacio Moreira Valdez, coordinador parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI), para constatar que se cumpla con la conformación de una “Conferencia de Honor” como lo establece el artículo 87 de sus estatutos, en donde estén todos aquellos personajes que han destacado por su compromiso con las luchas históricas del partido.

 

Hay que reconocerle a Jonathan Márquez, dirigente estatal del tricolor, su capacidad para encontrar a los miembros de ese órgano colegiado, pues los que no andan litigando procesos penales (Maricela Velázquez); andan operando para el partido Morena (Amado Orihuela) o prefirieron formar su propio instituto político (Matías Nazario). Manuel Martínez Garrigós, también ex presidente del PRI en el estado, desconocemos en qué ande, pero priista ya no es.

 

Los únicos que quedan son Jorge Meade Ocaranza, Víctor Saucedo Perdomo (y ahora también su junior), Jorge Morales Barud, Otilio Rivera y Francisco Moreno Merino. De mujeres lo único rescatable es Laura Ocampo. Y párale de contar.

 

Pero lo más increíble es que, en sus discursos, los priistas siguen ostentándose como los salvadores de los mexicanos, como si no hubieran saqueado al país y como si no estuvieran gran parte de sus ex gobernadores en la cárcel o bajo procesos penales.

 

En el evento del sábado, el presidente del Comité Directivo Estatal en Morelos, Jonathan Márquez, convocó a trabajar sobre un proyecto de renovación con una visión de unidad y de lealtad al partido. Los “priistas de Morelos hemos sido resistencia, y mantenido por 22 años la unidad en medio de la adversidad, hemos demostrado que estamos aquí por convicción y no por interés. Este es el comité del esfuerzo de la unidad y la renovación”, dijo.

 

Más allá de la estridencia política y de las opiniones diversas en el revolucionario institucional, “nuestro partido es el segundo con mayor intención del voto a nivel nacional, la coalición que se forjó con el liderazgo de Alejandro Moreno Cárdenas es la mejor y quizás la única alternativa realista para derrotar al lopezobradorismo (en ese momento el discurso fue interrumpido por una apoteósica lluvia de aplausos).

 

“El gobierno sabe que pese a los retos que vivimos el PRI es un partido que moviliza y gana votos; en público nos atacan, pero en privado nos envidian, envidian nuestra organización y la presencia territorial, la capacidad de operación y el oficio político. Envidian que nuestra militancia es real y no de mentiras como lo demostraron en la elección de Morena” (SIC).

 

El presidente del CDE hizo el llamado urgente a todos los militantes y simpatizantes a integrarse a los trabajos “a quiénes les tenemos la deuda para reencontrarnos y sanar viejos agravios. Hoy quiero reiterarles el compromiso para hacer del PRI Morelos la casa de toda la militancia; todas las corrientes de opinión son bienvenidas, aceptadas, para construir un partido de todos. El PRI siempre ha sido diverso. Al interior el mejor PRI nunca ha sido incluyente sino el partido donde caben todas las formas de pensamiento y toda la diversidad que hace de México un país libre y activo”.

 

En su mensaje a los priistas morelenses el coordinador de la bancada priista en el congreso federal, Rubén Ignacio Moreira Valdez, reconoció que el reto es grande en Morelos, pero para convencer a la gente después de gobiernos desastrosos es necesaria la participación de todos quienes se digan convencidos de ser realmente priistas.

 

Demandó a los morelenses en general a sacar la casta y el orgullo, y así evitar el escenario actual donde las familias en la entidad ya tocaron fondo en materia de seguridad y de desarrollo social. Adelantó que en los próximos meses Morelos será sede de dos foros nacionales, una para debatir sobre el presupuesto federal y los recursos que necesita la entidad, y el otro para escuchar los argumentos jurídicos para el proyecto de Procedimientos Civiles y Familiares.

 

Luego de la ceremonia oficial de la toma de protesta vino la sesión de preguntas y respuestas a los medios de comunicación, todo ello en el jardín de eventos de “Los Belenes”, inmueble que el ex presidente recién fallecido, Luis Echeverría, tuvo a bien regalarle a la Universidad de Morelos.

 

Ahí, el dirigente del otrora “partido aplanadora” (llamado así porque ganaba todas de todas), dio a conocer que presentarán las denuncias correspondientes por la presunta utilización de recursos públicos que hizo el gobierno en la elección interna de Morena, celebrada el pasado domingo 31 de julio.

 

“Me parece que fueron los resultados desastrosos que dejaron ver las peores prácticas que han tenido, les corresponderá a ellos de manera in- terna velar esa parte”, contestó. Y tiene razón, el joven dirigente no había nacido cuando el PRI era el maestro del acarreo no sólo en las votaciones, sino en todo evento priísta.

 

De hecho, si estuviéramos en aquellos tiempos, la sola visita del coordinador parlamentario federal habría sido motivo suficiente para traer a Los Belenes cientos de campesinos de la CNC, cientos de obreros de la CTM, y algunos más de la CNOP, todos armados con matracas y banderines, y Moreira Valdez habría encontrado a su paso mantas con la leyenda “Bienvenido Rubén, Morelos te aclama”.

 

Pero no. La realidad es que el partido tricolor dejó de existir hace dos décadas. Hoy sólo queda un vetusto edificio que se está cayendo porque lo que recibe de prerrogativas no alcanza para su mantenimiento, y ni pensar en un cambio de sede en un futuro inmediato.

 

Y si en su patrimonio está pobre, en su militancia también. Tanto a nivel nacional como en Morelos, el PRI finca sus esperanzas de obtener algunas posiciones en una posible alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y algún otro. Por eso, inmediatamente después de que anunció su designación como dirigente estatal del PRD, Jonathan Márquez y Sergio Prado Alemán se dejaron ver en un restaurante.

 

También fincan sus aspiraciones en la posibilidad de que el PAN los acepte en una coalición que forzosamente tendría que ser con José Luis Urióstegui como candidato a la gubernatura, o algún miembro prominente de la sociedad civil que acepte llevar sus siglas como lo hizo el año pasado el jurista Cipriano Sotelo.

 

De no ser así, los priístas tendrán que conformarse con el hoy senador Ángel García Yáñez (quien estuvo presente en el evento, ataviado con una llamativa guayabera roja), compartiéndolo con Nueva Alianza, con el riesgo de que lo detengan en cualquier momento como ocurrió con “su colaboradora” Rosario Herrera.

 

O bien, cualquiera de los que mencionamos al principio de la columna. Ni modo, es lo que hay.

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