Violando cachetonamente la Constitución, la diputación lopezobradorista palomeó, sin trámite ni pudor, la ingrata iniciativa presidencial.
Qué calladito se lo tenían: incorpora solo una parte de la Guardia Nacional al Ejército, porque del endoso quedaron fuera los 23 mil 236 ex policías federales que aceptaron integrarse a una corporación que se prometió bajo mando civil.
Y mañana se aplicará el mismo procedimiento en el Senado.
A la Secretaría de la Defensa Nacional serán transferidos 73 mil 805 soldados (casi todos provenientes de la Policía Militar) y 16 mil 792 marinos (formados en la Policía Naval).
Tanto que venía cacareándose que la GN contaba ya con 115 o 118 mil (según el machuchón que lo presumiera) cuando en realidad eran 113 mil 833, para salir con la batea de babas de que suma, a lo más, 90 mil 597 efectivos.
No sobra recordar que, para desaparecerla, se pretextó que la Policía Federal se había corroído y que, de ser esto cierto, lo que procedía era castigar a los corruptos. Pero, como en casi todas las áreas de la Federación calumniadas con lo mismo, a nadie se le ha perseguido penalmente.
¿Qué con la dignidad de esos 23 mil 236 ex policías federales al caer en la cuenta de que durante tres años y medio solo fueron usados y ahora se les discrimina dejándolos fuera de la GN (creada en marzo de 2019)?
Como si fueran calzones, a esos servidores públicos se les ha hecho cambiar el uniforme original por el de guardias nacionales. ¿Cómo será el que porten en la Secretaría de Seguridad?
En la propuesta de AMLO se expone que ya no podrán trabajar en la GN, pero conservarán sus derechos laborales.
¿Pues qué falta cometieron para que, a diferencia de sus ex compañeros militares, se les prive del amparo de la Ley de Ascensos del Ejército y Fuerza Aérea?
A la deshonra se añaden otros agravios: quienes provengan de la extinta PF y vengan sirviendo en los organismos especializados de la GN, continuarán en esta institución pero de manera temporal.
O sea: en tanto el Ejército les haga el favor de considerarlos “útiles”.
¡Vaya crueldad y cuanta sevicia!
A los que absorberá la Sedena, el Presidente les reconoce “valor, profesionalismo, disciplina, vocación de servicio, integridad y espíritu de cuerpo”, según la iniciativa.
¿Desconoce que en las mismas cualidades, exactamente, fueron capacitados los policías que despreciaba pero aprovechó y ahora segrega?
Transfiere al Ejército a los de formación militar para dizque evitar que se corrompan.
¿De dónde supondrá que salieron los temibles y sanguinarios Zetas de no ser de las Fuerzas Especiales de la Sedena?
Cuando se consuma la endilgada de la GN al Ejército (prevista para el 16 de este mes), no quiero imaginar la confusión y dilución de responsabilidades cada que se atente contra los derechos humanos.
“Operativos federales” llaman a la nunca explicada tercia Ejército-Marina-GN.
¿Y cuando también intervengan los excluidos federales que conservará la degradada Secretaría civil de Seguridad…?
Carlos Marín