Hay éxitos que llevan al fracaso.
Florestán
El 26 de marzo de 2019, el presidente López Obrador publicó un decreto en el Diario Oficial en el que se ordenaba a la Fuerza Armada Permanente a participar de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria con la Guardia Nacional en funciones de seguridad pública durante el tiempo que dicha institución policial desarrolla su estructura, capacidades e implantación territorial sin que dicha participación exceda los cinco años contados a partir del día siguiente de su fecha, 27 de marzo de 2024.
Eran los días en los que sus deseos eran sinónimo de hechos consumados: el fin de la corrupción, salud pública como en Dinamarca, crecimiento de 6 por ciento, fin de la pobreza, litros de gasolina a 10 pesos y otros ofrecimientos.
Uno de ellos fue el del combate a la inseguridad y la violencia, que aseguraba de inmediata solución solo con su llegada a la Presidencia.
Otro que a la Guardia Nacional civil, como estableció en su reforma constitucional, le bastarían cinco años de participación de soldados y marinos para establecerse como tal.
Pero nadie midió la dimensión del problema ni el correr del tiempo.
Y hoy, que el Presidente ve la inminencia de marzo del 24, quiere ampliar esa presencia hasta el 28, lo que es un reconocimiento de lo que no ha funcionado; al día de ayer los homicidios dolosos en este gobierno sumaban 134 mil 881.
Ante este vencimiento ha dicho que si no lo aprueban, las fuerzas armadas regresarán a sus cuarteles en la fecha, lo que es dejar el campo abierto a la delincuencia, a la violencia.
Ante este panorama yo soy de los que prefieren la seguridad al plazo fatal y si se tiene que ampliar, que se amplíe.
Es un asunto de vida o muerte.
Más de muerte que de vida, como ha sido.
RETALES
1. AMIGUIS. Pues nada, que Ignacio Mier, presidente de la Junta de Coordinación Política de los diputados, tras un desafío a Santiago Creel para quitarlo de la Mesa Directiva y una reunión de dos horas y media, volvieron a quedar amiguis-amiguis-amiguis. Ya pasó todo y el panista mantiene la silla presidencial de San Lázaro, mientras busca la misma pero de Palacio Nacional;
2. NADA. Apenas se instaló ayer la sección instructora de esa Cámara y su presidente, el morenista Jaime Humberto Pérez Bernabé, pidió tiempo para recibir la información del jurídico sobre la solicitud de desafuero de Alejandro Moreno, que el mismo Mier me aseguró se desahogaría; y
3. PROTECCIÓN. El Presidente tiene dos tipos de detente, el que invoca a Jesús y los muros de acero que blindan su palacio, que montaron para la marcha de los ayotzinapos y, aprovechando, los dejó para la marcha hoy de mujeres proaborto y la del domingo, aniversario de la matanza de Tlatelolco. Eso es ser previsor y ahorrador, la defensa franciscana.
@lopezdoriga