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Por qué las noticias falsas nos seducen

Por qué las noticias falsas nos seducen
El uso de las redes sociales ha secuestrado nuestro cerebro, para bien o para mal, en ellas todos los días vemos circular miles de mensajes de los cuales aproximadamente el 50% son bulos o notas falsas. Pero qué tienen esas notas falsas (Fake news) que atrapan nuestra atención. Bueno no conozco una explicación contundente.
Las falsa noticias se han puesto de moda con el uso del Internet, pero han de saber que siempre han existido. Por ejemplo:
Fiódor M. Dostoievski en su libro los Hermanos Karamazov (1880) ya nos advertía de las noticias falsas y escribió “El que se miente a sí mismo y escucha sus propias mentiras, llega a no saber lo que hay de verdad en él ni en torno de él, o sea que pierde el respeto a sí mismo y a los demás”.
Para Andrea Grignolio Corsini, de la Universidad Vita-Salute San Raffaele de Milán ha referido que “las noticias falsas tienden a crear dinámicas de exclusión entre diferentes grupos sociales y consisten en información manipulada con algo real o con origen manufacturado, creado con fines políticos y de larga duración, si no se atajan de inmediato”.
Para muchos de nosotros resulta claro que atrás de los bulos hay intereses muy poderosos que buscan manipular la conciencia de los usuarios de las redes sociales. Pero, por que resultan tan atractivos, más allá de su elaboración publicitaria con imágenes o videos trucados y con técnicas tecnológicas atractivas, la novedad y la sorpresa, parecen crear una fascinación. Las personas estamos ávidos de estar informados o de sentir que lo sabemos todo y al día, para participar de la conversación pública. Sin importar la veracidad de lo que leemos y compartimos, no se tiene ya la paciencia de pensar y reflexionar sobre su contenido, pareciera que lo más importante es tener algo que decir u opinar. Simple y sencillamente, estar en redes sociales alimenta el ego.
Otro factor que influye en la preferencia de la información falsa es su simplicidad, son virales y contagiosas, están al alcance de todos, pero, sobre todo, suplen la ignorancia. Estamos viviendo de prisa y ya no tenemos tiempo para la reflexión, el análisis y la crítica.
Estudios de la Universidad Carlos III en España, señalan que los adolescentes se informan a través de las redes sociales (55,5%), la televisión (29,1%) y sus grupos de familia y amigos (7,9%), por delante de los periódicos digitales (6,5%) o la radio (1%). La información falsa, genera disgusto, polarización y acrecienta el sentimiento o rechazo hacia ciertos grupos, al hacerlo favorecen al grupo al que pertenecen.

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