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EXCÉLSIOR: No hay plan B, aunque gane Trump: Jacobson; entrevista con la embajadora de EEUU

La relación con México está a salvo, también el Tratado de Libre Comercio; no me imagino un día sin mexicanos con la llegada del republicano a la Casa Blanca, aseguró la diplomática estadunidense

CIUDAD DE MÉXICO.

La relación entre México y Estados Unidos no necesita protegerse con un plan B, en caso de que Donald Trump gane la Casa Blanca, aseguró la embajadora Roberta Jacobson.

En entrevista con Excélsior, también descartó que corra peligro el Tratado de Libre Comercio que tiene su país con México y Canadá, y no imagina “un día sin mexicanos” en caso de que gane el candidato republicano.

“Yo no creo que haya un plan B. Ambos lados se benefician.

La realidad es que tenemos una relación muy profunda, muy amplia. No se puede cambiar de la noche a la mañana esa relación.

“Gane quien gane (la Presidencia) en Estados Unidos esa relación va a continuar muy de cerca”, respondió la funcionaria, quien antes de asumir la embajada de EU en México medió parte de la reconciliación entre su país y Cuba.

En la charla, en la cual habló sobre su gusto por México, en especial por la cocina tradicional, entre otros temas, se le preguntó sobre las alertas de viaje que Estados Unidos mantiene sobre 21 entidades federativas de nuestro país.

“Tenemos la responsabilidad de informar a la ciudadanía y tomamos esa responsabilidad muy en serio”.

Seguirán vigentes si la situación de inseguridad persiste, respondió Jacobson.

 “Firme, el TLC con México”

La embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, afirma que si Donald Trump gana la Presidencia de EU le será difícil ir a contracorriente en la estrecha relación con nuestro país. No imagina un escenario que retrate un día sin indocumentados en esa nación; al contrario, urge a “una reforma migratoria comprensiva”. Dice que el gobierno estadunidense quiere a El Chapo, así como la recaptura de Caro Quintero. En entrevista con Excélsior, confiesa que el tequila, los churros, el mole y los tacos son de las cosas mexicanas que más disfruta.

Sea Hillary Clinton o Donald Trump el futuro presidente de Estados Unidos no existe un “plan B” para proteger la relación con México porque no se necesita, asegura la embajadora Roberta S. Jacobson.

Apunta que si el republicano gana le será casi imposible ir a contracorriente con la realidad de la relación bilateral y trilateral (contando a Canadá en el TLCAN) como lo plantea en campaña, pues “una cosa es decir que queremos separar y otra cosa es hacerlo”.

“Enfoquémonos en el plan A, no en plan B”, pide. Sin embargo, advierte que, como en toda nueva administración, habrá cambios pero no serán mayores.

En exclusiva con Excélsior, reconoce que, en lo personal, ella sí tiene un ‘as bajo la manga’, pues si el nuevo Presidente o Presidenta pide su remoción como titular de la embajada en México continuará, dentro o fuera del gobierno, trabajando en sus temas: las relaciones con América Latina  y en especial con México, buscando “que en ambos lados de la frontera conozcan la realidad del otro”.

La funcionaria, quien  medió en las negociaciones de normalización diplomática entre Cuba y Estados Unidos, descarta rotundamente la extinción del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, como plantea Trump, y ve una evolución con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés);  tampoco imagina un escenario que retrate un día sin indocumentados en EU (más de 11 millones), al contrario, urge a “una reforma migratoria comprensiva”.

A su llegada al país, en mayo pasado, la exsecretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental planteó que visitará toda la nación. Su gobierno mantiene alertas de viaje en 21 estados de México pero, dice, eso no la limitará para cumplir su “sueño”, aunque reconoce que las advertencias para sus connacionales seguirán vigentes si la situación de inseguridad persiste. Recuerda que personal de la embajada, por ejemplo, tiene prohibido visitar Acapulco.

El tiempo de la entrevista fue corto, pero se aprovechó para hablar, incluso, de las extradiciones de capos mexicanos. Asegura que su gobierno está “muy tranquilo” de la situación penal que enfrenta en este país El Chapo, pero reitera el interés de que sea juzgado en EU; sobre Caro Quintero afirma estar segura de que será recapturado y que pagará por el caso Camarena.

La charla con los Jacobson

La familia Jacobson, conformada de cuatro integrantes, se reunió en la sala de la residencia oficial de la embajadora de los Estados Unidos en México para participar en la entrevista.

Roberta tomó la batuta en las respuestas siempre con una sonrisa por el gozo de la presencia de sus dos hijos, Gil y Daniel, y de su esposo Jonathan, quienes están de vacaciones en el país. Calificó su estancia como “visita de tentación”, por desear que la acompañen permanentemente durante el tiempo que dure su misión diplomática.

Vestía un blusón amarillo limón, pantalón negro que hacía juego con sus sandalias y con el collar de hilo que portaba sosteniendo una esfera de plata,  complemento de sus aretes. Cedió respuestas a los suyos y contestó tranquila, segura, sin perder el gesto de alegría.

¿Cómo los trata México?

—Maravillosamente, desde el día en que llegué toda la gente, de gobierno, sociedad civil, empresarios, me tratan muy bien. La gente común que me encuentra en la calle a veces me reconoce y me saluda, me dan una recepción muy calurosa.

Usted dijo que quería platicar con la gente para ver las distintas realidades.

—Sí, a veces es difícil como embajadora por el trabajo con el gobierno y organizaciones, pero caminar en la calle, o por ejemplo visitar Morelia como mi esposo y yo hicimos hace dos semanas, realmente  fue lindo, conocer el lugar y a la gente de todos los niveles. A mí me encanta.

Entre la familia Jacobson no hay acuerdos, sólo coincidencias sobre sus lugares favoritos en México. Roberta dice que prefiere Xochimilco, Jonathan habla de las calles, sitios y restaurantes de la capital y sus hijos, que conocen menos del país, quedaron sorprendidos con Teotihuacán, zona arqueológica que visitaron este fin de semana.

 “Siempre empiezo el día con mis visitantes en El Moro, en el centro, con los churros. Lamentablemente será la icónica foto de mí con los churros (risas)”, bromeó la diplomática.

Usted quiere visitar todo el país.

—¿Es importante tener sueños, no, o retos?

Le pregunto porque EU mantiene alertas de viaje en el 70% de los estados por el crimen e inseguridad, ¿esto no la detendrá?

— Yo visité Morelia y fue lindísimo, y para mí es una tragedia que esté prohibido por ahora, o tiene una alerta, el resto del estado de Michoacán, pero en eso tenemos la responsabilidad de informar a la ciudadanía y tomamos esa responsabilidad muy en serio. Tratamos de no publicar una alerta hasta que realmente sentimos que es algo muy grave o que, por ejemplo, si hay  americanos que han visitado lugares que tienen problemas tenemos que considerar esos factores, pero también hay lugares donde nosotros paramos con una alerta y personal de la embajada ya puede viajar nuevamente ahí.

Yo creo que (las alertas) no van a impedirme conocer muchos lugares, pero también queremos que mis connacionales de los EU tengan toda la información que necesitan para planear su viaje de una manera segura.

El Departamento de Estado emite alertas sobre las regiones más peligrosas de México, dividiendo entidad por entidad. Hay países, como en América Central o en el Medio Oriente, donde generaliza sobre la situación a nivel nacional.

Supongo que al personal de EU en México le entristece no poder ir a Acapulco.

­—Sí, no tomamos una decisión sobre Acapulco muy a la ligera, fue después de muchos meses de discutir con el gobierno, con otros actores, tratamos de evitar poniendo una alerta o poniendo, como dice, que no se permite a gente de la embajada ir a Acapulco, pero en fin, decidimos que fue una situación bastante peligrosa y se tenía que actuar”.

Roberta ni su familia temen por su seguridad en este país.  Jonathan dice que permanecerá en Washington en lo que Daniel termina la preparatoria, pero no descarta mudarse y seguir desde México su trabajo en la Agencia de Protección Ambiental de EU (EPA, por sus siglas en inglés), enfocado en proyectos bilaterales.

 Afirma que de traer su labor a México, enfocada en agua potable, no traería conflictos de interés con la posición de la embajadora. “Ambos tenemos que incrementar la concientización al respecto, objetivos comunes, no veo ningún problema que trabajar en estos asuntos pueda generar algún impacto en cuestiones políticas”, dice.

 El hijo menor de los Jacobson, Daniel, de 17 años, aún no decide en qué carrera matricularse. Sin embargo, este verano se emplea en un laboratorio que investiga enfermedades inmunológicas, en el Instituto Nacional de Salud de su país.

 Gil, de 19 años, estudia sicología en la Tufts University pero le llama la atención el periodismo. Es uno de los editores del periódico de su universidad, enfocado en temas políticos. Recientemente cubrió las elecciones presidenciales primarias en Massachusetts, realizando encuestas y comparando propuestas de los candidatos.  

 “Es interesante porque en la universidad apoyaban a Hillary Clinton en las primarias pero también muchos a Bernie Sanders. Vamos a ver en unas semanas si los que apoyaban a Sanders cambian su voto”, compartió. 

 Durante la pausa de Gil, Roberta le recuerda que “había también republicanos”. Se rompió el hielo y los presentes en la sala rieron. Gil contestó, “sí, pero es una minoría, relativamente, los que apoyan a los republicanos en mi universidad”.

Embajadora, si Donald Trump gana por haber prometido construir un muro financiado por México, bloquear remesas, aumentar el costo de las visas, etc. ¿Hay un plan B para la relación con México si él llega a la Casa Blanca?

—Yo no creo que haya un plan B porque si se observa la realidad, especialmente después de la Cumbre de Líderes en Ottawa y la reunión entre el presidente Obama y el presidente Peña Nieto en Washington, a finales de julio, hay una gran relación importante para ambos lados.

 Ambos lados se benefician y yo creo que aunque hay muchas cosas durante una campaña, la realidad es que tenemos una relación muy profunda, muy amplia. No se puede cambiar de noche a día esa relación.

 Nosotros creemos que el comercio que tenemos entre los dos países, de 1.6 billones de dólares por día, (refiere a que) es una cosa decir que queremos separar y es otra cosa hacerlo, y somos tan integrados que no creo que podemos cambiarlo tan rápido.

Yo estoy enfocada en difundir y enseñar al mayor número de personas posible los beneficios de la relación. Creo que gane quien gane en los EU, esa relación se va a continuar muy de cerca. 

Hay cambios siempre de los que están en la Casa Blanca, o de los que están en posiciones de poder pero al final, demócratas o republicanos, desde el NAFTA hace 20 años, todas las administraciones han llegado al entendimiento de que es una relación muy importante, muy fructífera y para nosotros en los EU de cooperación en seguridad nacional.

 No voy a enfocarme en esta retórica electoral, quiero decir lo que dice el presidente Obama: rechazamos la discriminación, el odio y vamos a continuar construyendo esa relación profunda. Yo tengo mucha fe de que muchos políticos lleguen a ese punto. Enfoquémonos en el plan A, no en plan B.  

 Usted fue nominada por un demócrata. Trump es republicano. ¿Tiene un plan B personal, sobre si se le permitiría seguir o no en la embajada? Usted habla español y parece que a Trump no le gusta eso. A un periodista argentino le canceló una entrevista por ello.

 —Todos los embajadores de mi país en el mundo claro que tenemos un plan B, pues cuando hay elecciones en EU todo nuevo Presidente tiene el derecho de seleccionar a quien quiera para las posiciones de embajador o embajadora, así que yo tengo un plan B, que es: no importa quién gane la elección, es posible que quiera a alguien distinto en esta posición, eso ocurre.

Este es un puesto que me encanta, me gusta, pero nada es por siempre, si ellos quieren seleccionar a alguien nuevo yo voy a regresar a mi país con mucho gusto pero voy a continuar trabajando en esta área, porque toda mi vida he trabajado con América Latina y las relaciones entre estos dos países, así que dentro del gobierno o no voy a continuar, espero, seguir contribuyendo con la relación para que la gente, en ambos lados de la frontera conozcan la realidad del otro. En este puesto, en otro, no sabemos.

Se dice de Roberta que es una de las diplomáticas estadunidenses más calificada en la relación de su país con América Latina. En su posición al frente de los Asuntos del Hemisferio Occidental tuvo bajo su mando a más de 10 mil funcionarios connacionales en 34 países. Conoce a los altos funcionarios de las naciones del hemisferio, sus sociedades y su cultura, como es la gastronomía.

De la comida mexicana le encanta el mole oaxaqueño, el mole poblano, las variedades de preparación de pato, como los tacos, y es adicta al chocolate; a Jonathan le gustan los mariscos; Gil y Daniel comparten el mismo gusto por el ceviche y el guacamole.

 El tequila y el mezcal son las bebidas etílicas favoritas de Roberta. “Me encantan los dos, pero no tomarlos demasiado”, bromea. En 2014, el 79% del tequila que México exporta llegaba a Estados Unidos.

A propósito, Trump plantea aumentar 45% las tarifas (arancelarias) de productos mexicanos y chinos, y dice que fue un error para EU firmar el TLCAN. No hemos escuchado posturas positivas en las campañas, ¿hacia dónde va este tratado, una actualización?

 —Para mí eso es muy lamentable porque quien critica al NAFTA no entiende las cosas que realmente hemos logrado con el tratado. Fue algo muy revolucionario de los tres países (Canadá, EU y México). Si hemos visto el comercio que se ha triplicado o cuadruplicado, visto que ahora 29 estados de los EU tienen a México como primero o segundo socio de comercio, la cifra de 1.6 billones de dólares, un millón de personas que cruzan la frontera legalmente a diario, cada producto de México que entra a EU tiene 40 centavos de dólar, cosas que construimos juntos. No sólo es lo que importamos o exportamos.

Eso no se puede cambiar, ni tampoco debemos cambiarlo, porque significa la competitividad de América del Norte más y más fuerte, y creo que nos ayuda muchísimo el NAFTA, y en eso va ayudarnos el próximo nivel del NAFTA que es el  TPP.

 ¿Ve un escenario sin el NAFTA, sin un TPP?

—No, no veo un escenario en que una persona pueda salir o rechazar el NAFTA después de 20 años, porque me parece que se puede romper el papel, el tratado, pero la realidad en las calles, en la gente, eso todavía existe, que estamos interconectados con el tratado.

Con el TPP creemos que todavía tenemos una lucha pero a mí me parece que van a ratificar todos los países, incluyendo los Estados Unidos.

Donald Trump también ha evidenciado a través de su retórica viejos odios de algunos estadunidenses contra los migrantes, sobre todo indocumentados; la familia Jacobson lo reconoce y rechaza al mismo tiempo.

Roberta realizó durante la entrevista un gesto para sellar la estima que tiene por los mexicanos. Señala el libro de Diego Rivera sobre la mesa de centro e indica que “es uno de sus favoritos, pues es la combinación perfecta entre lo mexicano y Nueva York”, porque se presentan obras del pintor en el Museo de Arte Moderno.

Jonathan califica a los mexicanos de amables y trabajadores; Gil y Daniel los retratan honestos, como vecinos amistosos y, los que migraron, amigos de la preparatoria y de la universidad.

“En Estados Unidos existen muchos estereotipos y mucha gente cree en ellos, pero eso no es la realidad. Muchas personas no se dan cuenta de la realidad y la vida aquí en México, de que somos vecinos y socios, y no le damos tanto crédito a nuestros vecinos como deberíamos”, dijo Daniel.

Les pregunto lo anterior, embajadora, porque la Secretaría de Relaciones Exteriores comenzó hace unos meses una campaña para mejorar la imagen de México y de los mexicanos en EU ¿Su gobierno aprueba la campaña, el cabildeo de la Cancillería?

­—Decidir que México necesita esa campaña, cambiar un poco la imagen, es decisión del gobierno mexicano pero creo que ha sido interesante, exitosa, pues si no ha cambiado muchas mentes en EU, hay más gente que sabe, que conoce de ese esfuerzo  y —como dicen mis niños— es la verdad que a veces no se tiene una imagen, una impresión correcta en los EU, hay estereotipos, como dice mi hijo Dani, y creo que para tratar de informar a la gente en los EU sobre cómo es México, su gente, la comida, la relación, a mí me parece que es un esfuerzo que vale la pena hacer. Nosotros, como estadunidenses, tenemos que escuchar un poquito más.

 Me parece también que ahora que la población de mi país tiene más contacto con mexicanos en los EU que antes, y quizá eso va a cambiar la imagen también. Todavía tenemos como 25 o 26 millones de personas que vienen a México de vacaciones cada año.

¿Usted vio la película Un día sin mexicanos?, parece que Trump sí, y de ahí toma la idea de quedarse sin indocumentados. ¿Ve este escenario posible?

—No, no veo ese escenario, eso jamás fue realmente factible y no es tampoco una cosa que debemos querer, lo que necesitamos es una reforma migratoria comprensiva, es la política de esta administración, pero es algo que realmente es importante para no sólo las familias, la cultura, es algo importante para la competitividad de EU y de América del Norte. Regularizar a esas personas es fortalecer nuestra economía con personas que no tienen temor del trabajo, migrar con su familia.

 Deportar tantas personas, incluyendo a quienes han contribuido con los EU por años, eso me parece que no es una cosa que se puede hacer.

 ¿Se planea un decremento de fondos para la Iniciativa Mérida? Sigue el bloqueo al famoso 15% de los fondos renovados anuales por preocupaciones en derechos humanos.

—Esa es una decisión que debemos tomar. Hemos trabajado bastante con el gobierno de México y vamos a continuar trabajando con ellos. Yo espero que jamás haya un decremento de fondos en cualquier sector del programa, o con mi Congreso, porque yo en la embajada de los Estados Unidos, con la gente de México, queremos hacer muchas cosas todavía. 

 Me parece que no es el momento de bajar los fondos, cortarlos, o desacelerar la cooperación maravillosa. La decisión en qué poner en un informe al Congreso es siempre difícil cada año pero vamos a discutir eso con el gobierno y con mi gente allá en Washington.

 Creo que tenemos mucho que hacer en el fondo, en el área pública con el gobierno y con las ONG. Yo dije el otro día en el Senado —que fue por muchos tomado fuera del contexto—, la gente en México está harta de la corrupción, por eso yo felicité al Congreso por ratificar el Sistema Anticorrupción.

 EU señala que sigue operando Caro Quintero. No ha pagado por el caso Camarena ante su gobierno, ¿qué  les dicen las autoridades mexicanas? ¿Qué pasa con las extradiciones? El Chapo sigue en México.

—Se debe hablar de las extradiciones cumplidas, de los que ya están en los EU, son mucho más que en muchos años pasados. En el caso de El Chapo hay un proceso legal judicial que tiene que terminar y desde el principio sabíamos esto, no teníamos ninguna duda de que se va a cumplir bien, estamos muy tranquilos sobre esa situación. Claro,  queremos que vaya a los EU pero eso es parte del proceso.

Lo de Caro Quintero es otra cosa y estamos trabajando muy fuerte con el gobierno de México en eso, es verdad que aunque él está libre o trabajando en el narcotráfico o no, hay algo que es sin fin: el caso Enrique Camarena. Como pueden imaginar, todos nosotros (en EU) queremos la recaptura de Caro Quintero y estamos trabajando en eso, también del lado mexicano.

No tenemos frustración en el caso porque estamos cooperando con el gobierno mexicano y también él con nosotros. Yo creo que siempre esas cosas (la cooperación) terminan en la captura de una persona, y su vida no puede ser muy cómoda ahora.

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