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MILENIO: Muertos por fentanilo en EEUU, como un 11-S cada quince días

Los monólogos de los yonquis imperan en el Downtown de la ciudad, justo en la cuna de los Padres de San Diego. El consumo de drogas a cualquier hora del día se ha convertido en parte del paisaje de la urbe, principalmente en las casas de campaña habitadas por personas en situación de calle.

Los activistas y las cifras oficiales coinciden en que las mafias mexicanas están inundando de opioides sintéticos las calles de esta ciudad californiana. “Cada dos semanas estamos sufriendo un 9/11, si uno se da cuenta en los Estados Unidos en el 2021 hubo aproximadamente 80 mil 216 muertes por fentanilo”, alerta Jaime Puerta, presidente de la ONG Victim of Illicit Drugs.

El ataque a las Torres Gemelas, ocurrido el 11 de septiembre de 2001, fue el mayor atentado contra la población civil de Estados Unidos, dejando como saldo 2 mil 996 muertos y más de 25 mil heridos.

Veinte años después, los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación generan la misma cantidad de muertos dos veces al mes, a causa del fentanilo que fabrican en sus narcolaboratorios de Baja California, Sonora, Sinaloa y Jalisco, principalmente.

En 2021, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) registraron 107 mil muertes en Estados Unidos por sobredosis. De éstas, al menos 70 mil estuvieron relacionadas con el fentanilo. Sin embargo, las organizaciones civiles consideran que los fallecimientos a causa de esta droga podrían superar las 80 mil.

Puerta es de origen colombiano, vivió muy de cerca la guerra de las drogas emprendida por Pablo Escobar en Colombia en los ochentas. “Me tocó ver todo el tema de los coches bombas y las ejecuciones a políticos y empresarios, eran días muy difíciles”, recuerda.

Años más tarde se asentó en San Diego, California, sin saber que los demonios del narco lo alcanzarían. Durante la pandemia de covid-19, en 2020, su hijo Daniel padecía de insomnio, le costaba conciliar el sueño, por lo que buscó algún medicamento para remediar los problemas para dormir.

A través de Snapchat le ofrecieron una supuesta pastilla de oxicodona que le ayudaría en su propósito. Consumió media pastilla y más tarde fue encontrado muerto por su padre. “Grité como nunca en mi vida, vi sus labios azules, le gritaba ‘Daniel, Daniel’, pero ya no respondió, perdí a mi único hijo”, cuenta.

Luego de esta tragedia comenzó a documentarse sobre el fentanilo y notó dos cosas: la facilidad con la que se puede comprar en las redes sociales y la gran cantidad de menores de edad muertos por esta causa.

“La mayoría de de estas compras se están haciendo a través de las redes sociales; los niños que tienen celulares lo único que tienen que hacer es poner ‘fentanilo’ y te sale un menú de drogas y lo puede conseguir por Meta, Facebook, Snapchat”.

Jaime Puerta detalla que “la mayoría de las familias piensan que esto no les puede pasar a ellos, porque no tienen drogadictos en sus familias, o nadie que utilice las drogas recreacionalmente, pero vuelvo y repito: esta es una crisis nacional. Está matando a niños de ocho, nueve, 10 y 11 años de edad”.

Lo anterior lo llevó a fundar la ONG Victim of Illicit Drugs junto con otros padres que han vivido su desgracia. En conjunto con la fundación Mano a Mano de la doctora Beatriz Villarreal, dan pláticas a la comunidad latina en San Diego, toda vez que este sector no es considerado por las autoridades de salud de Estados Unidos para la prevención del consumo de fentanilo.
El antídoto

Las dos organizaciones han conseguido acuerdos con laboratorios médicos para entregar a cada una de las familias que acuden a sus sesiones una muestra gratuita de Narcan y así hacerle frente al fentanilo y evitar consecuencias mortales.

La doctora Villarreal afirma que es importante el apoyo a la comunidad latina, pues está siendo uno de los sectores que más sufre las consecuencias de las drogas en Estados Unidos.

“Si usted se mete en la televisión va a ver reportajes del fentanilo cada cinco minutos y hablan en inglés, pero en los canales en español tristemente hay muy poca información”, lamenta.

En San Diego hay otras personas que también padecen los estragos del fentanilo, se encuentran en sus calles. Cada vez son más frecuentes los homeless con daños mentales, que gritan, agreden o mantienen soliloquios.

“El fentanilo afecta directamente la parte del cerebro que automatiza la respiración, y al provocarte un paro cardiorrespiratorio entonces quedas mal, hablas más lento, la memoria te queda muy mal, tienes problemas de concentración, a veces no te acuerdas dónde estás. Te deja como retrasado mental”, explica.

Tanto Villarreal como Puerta alertan que ante las medidas que se están tomando en diversas ciudades de Estados Unidos contra el fentanilo, que van desde cadena perpetua a los traficantes de la droga hasta la obligatoriedad del Narcan en escuelas, patrullas, ambulancias y casa, los cárteles de Sinaloa y Jalisco explorarán la venta de fentanilo en el territorio mexicano.

“Me imagino que las autoridades mexicanas deberían de pensar que eso es un problema norteamericano, porque aquí es donde está ocurriendo el consumo y pueden hasta tener razón, pero lo que pasa es que el fentanilo ha cambiado el panorama de drogas en este país como ningún otro, realmente no lo veo ni siquiera como una droga, lo veo como un veneno que esa piel de nosotros los están matando”, afirma Puerta.

“Y si eso está aquí en los Estados Unidos, por tanto dinero que están ganando estas organizaciones criminales, seguramente también va a empezar en México, seguro que tarde o temprano también van a empezar a venderlo allá, también por las ganancias que van a tener”, añade.

AMP

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