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EL ASALTO A LA RAZÓN

Vomitivo licuado de ineptitudes

Las “investigaciones” de la comisión “de la verdad” y la Fiscalía General de la República perfilan un desenlace de pastelazo que remite a las que pervirtió el impresentable Pablo Chapa Bezanilla en el caso Colosio.

Ahora, en el papel de la “vidente” y novia del “informante anónimo” Paquita la del cráneo (Monsiváis dixit) lo representa quien, de identidad no revelada, empinó y sumió en el ridículo a la 4T al embarcar al subsecretario Alejandro Encinas con pantallazos que no resisten el peritaje forense que ni siquiera se les practicó.

En su revelación de supuestos mensajes que se mantenían en secreto, la periodista Peniley Ramírez registró el dato clave de que horas después del “informe preliminar” del funcionario contra el Ejército asegurando que se estudiaron “80 millones” de mensajes, esa misteriosa persona rindió su declaración ministerial (ante el aún fiscal especial Omar Gómez Trejo), lo cual implica que los pantallazos no habían sido autenticados por la ciencia, pero Encinas los dio por ciertos.

Según los reporteros Natalie Kitroeff, Ronen Bergman y Óscar López del New York Times, al hablar de las presuntas capturas de pantalla Encinas reconoció:

“Hay un porcentaje importante, muy importante, que está todo invalidado…”.

No obstante, ayer negó habérselos dicho:

“Soy el principal sorprendido, ¿no?, (de) que ese día yo autodescalifiqué mi trabajo. Pues la verdad no fue así ni mucho menos…”.

Es obvio que una de las partes miente, pero en Estados Unidos la calumnia se castiga. Si los periodistas inventaron lo que entrecomillaron, el funcionario debiera denunciarlos… aunque él mismo reforzó en la mañanera la verosimilitud de reportaje:

“…les comenté que el informe debe verse de una manera integral; que desde un principio hemos venido identificando 154 eventos para armar este rompecabezas (…). Sí las capturas de texto, pero se integra el análisis de las comunicaciones, las declaraciones en el expediente, las entrevistas y testimonios recogidos por la comisión, los informes del GIEI, la información de la Secretaría de la Defensa Nacional, la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, los mensajes de la DEA de Chicago, el último pliego de consignación de la fiscalía, el levantamiento de campo (…) y el análisis de los metadatos. De estos 154 eventos identificados, 99 tienen claras coincidencias con otros indicadores y fuentes de información. 55 de estos eventos no…”.

O sea que el “porcentaje importante, muy importante, que está todo invalidado”, ¿es la tercera parte (55) de los 154 “eventos”?

¿Y los “80 millones” de capturas de pantalla de que se ufanaba?

Encinas está obligado a precisar de dónde sacó que el comandante del 27 Batallón ordenó asesinar a imaginarios “seis” normalistas que dizque seguían con vida cuatro días después de la noche de Iguala.

Y si leyó la recomendación de la antigua CNDH, explicar también por qué no se envían 114 restos óseos para su estudio genético en Innsbruck.

Carlos Maríncmarin@milenio.com

Ámbito: 
Nacional