Este lunes 24 participe como comentarista del libro “Conflicto Rusia-Ucrania Geopolítica y Guerra” de la editorial Topodrilo en la universidad UNINTER. El libro lo recomiendo ampliamente y puede ser adquirido en Amazon.
Del libro retomo la palabra “Agramón” que significa: el Demonio Mayor del Miedo. Su forma física es de una nube oscura de gas y polvo con ojos brillantes; pero cuando ataca cambia de forma. La palabra agramón tiene varias acepciones, pero la referida explica muy bien lo que provoca una guerra y el miedo que venimos experimentando desde la pandemia del Covid-19 y ahora con la amenaza de una guerra nuclear, producto de la insensatez y la ambición de los liderazgos.
Los escenarios del conflicto bélico son inciertos y de difícil pronóstico, porque día con día suceden acontecimientos terribles, que modifican las condiciones del estado de la guerra.
No obstante, comparto con ustedes lo importante de la entrevista que Loret de Mola sostuvo en la capital de Ucrania (Kiev) con Rafael Grossi, secretario del Organismo Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas, personaje que se ha entrevistado personalmente con Putin y con Zelenski, presidentes de Rusia y Ucrania respectivamente. Según el pulso político de este alto ejecutivo de la UNU y de cuya entrevista recupero los puntos que a mi parecer son los más destacados:
1.- Putin es un político totalmente racional. Lo que significa que no es un psicópata o loco, como muchos medios de comunicación o las redes sociales presentan. Es un político que sabe lo que hace y quiere.
2.- Los dos presidentes creen que pueden ganar la guerra. Esto implica que ninguno está dispuesto a aceptar la derrota y buscaran por todos los medios a su alcance aliados y suministros de armamentos y soldados (milicianos) si es necesario.
3.- Ninguno de los dos quieren dinamitar puentes de comunicación y negociación. Ambos intuyen que ninguno de los dos saldrá victorioso y buscaran el mejor acuerdo para sus intereses.
4.- Putin no lanzara un misil a la planta nuclear de Zeporiyia ubicada en Ucrania, el riesgo latente es que los bombardeos dañen los suministros de energía eléctrica y ahí sí, puede dejar de funcionar la planta nuclear y emitir radiaciones atómicas.
5.- La posibilidad que Rusia lance un misil nuclear contra Ucrania es baja. De suceder podría detonar la Tercera Guerra Mundial y
6.- Rafael Grossi estima que la guerra va para largo.
Solo nos resta a los simples espectadores alzar nuestra voz y exigir un ¡ALTO A LA GUERRA!