La Reserva Federal ha cumplido el guion. El banco central de Estados Unidos intenta plantar cara a la inflación más alta en cuatro décadas con las subidas de tipos más agresivas también desde entonces. Este miércoles, su comité de política monetaria ha aprobado una subida de los tipos de interés oficiales de 0,75 puntos porcentuales, hasta el rango del 3,75%-4%, los tipos más altos desde la primera mitad de enero de 2008. Es la sexta subida del año y la cuarta consecutiva de esa cuantía en menos de cinco meses. El banco central anticipa que los tipos van a seguir subiendo, y aunque abre la puerta que las próximas subidas sean a un ritmo menor, también advierte que es posible que las alzas se extiendan más y lleven el precio del dinero a un nivel más alto del previsto hasta ahora.
En su comunicado, la Reserva anticipa nuevas subidas de tipos, pero añade que “para determinar el ritmo de los futuros aumentos, el comité tendrá en cuenta el endurecimiento acumulado de la política monetaria, los retardos con los que la política monetaria afecta a la actividad económica y a la inflación, y la evolución económica y financiera”. Esta última frase, que no estaba en el comunicado de septiembre, puede sonar a que está dispuesta a frenar ese ritmo de subidas, lo que ha hecho reaccionar a las Bolsas al alza, pero luego se han dado la vuelta tras la intervención de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal. El índice S&P 500, el más representativo del mercado estadounidense, ha cerrado con una caída del 2,5%.
Powell no ha cerrado la puerta a otra subida agresiva. “El momento de frenar el ritmo de subidas de tipos está llegando. Puede ser en la próxima reunión o en la siguiente”, ha dicho en la rueda de prensa posterior a la decisión en la que también ha dicho que es “muy prematuro” hablar de una pausa en las subidas.
“Estamos firmemente comprometidos a devolver la inflación a nuestro objetivo del 2%”, ha dicho Powell. La inflación está ahora por encima del 8%. “Con el tiempo, las condiciones financieras se han endurecido significativamente en respuesta a nuestras medidas políticas y estamos viendo los efectos sobre la demanda en los sectores de la economía más sensibles a los tipos de interés, como la vivienda. Sin embargo, se necesitará tiempo para que los efectos de la restricción monetaria se manifiesten plenamente, sobre todo en la inflación. Por eso decimos en nuestra declaración que al determinar el ritmo de las futuras subidas, tendremos en cuenta el endurecimiento acumulado de la política monetaria y los desfases con los que la política monetaria afecta a la actividad económica y a la inflación”, se ha extendido.
También advierte que el nivel al que tengan que subir los tipos puede ser más alto de lo que se esperaba previamente. “En algún momento, como he dicho en las dos últimas conferencias de prensa, será conveniente reducir el ritmo de las subidas a medida que nos acerquemos al nivel de los tipos de interés que será suficientemente restrictivo para reducir la inflación hasta nuestro objetivo del 2%. Existe una gran incertidumbre en torno a ese nivel de tipos de interés, por lo que aún nos queda camino por recorrer. Y los datos recibidos desde nuestra última reunión sugieren que el nivel definitivo de los tipos de interés será más alto de lo previsto”, ha dicho.
La Reserva Federal esperaba que los tipos tocasen techo en torno al 4,5% el año próximo, pero ahora se cree que pueden llegar al 5%. “Nuestras decisiones dependerán de la totalidad de los datos entrantes y de sus implicaciones para las perspectivas de la actividad económica y la inflación. Seguiremos tomando nuestras decisiones reunión por reunión”, ha señalado sin comprometerse y advirtiendo que para frenar el ritmo de subidas tendrán que ver la inflación bajar.
La próxima reunión de política monetaria se celebra los días 13 y 14 de diciembre, justo después de conocerse el dato de inflación de noviembre (la semana próxima se publicará el dato de octubre). Hasta ahora, la inflación se ha enquistado más de lo previsto y apenas se da por aludida por las subidas de tipos.
Powell admite que es probable que la reducción de la inflación requiera un periodo sostenido de bajo crecimiento y un enfriamiento del mercado laboral, pero parece más decidido a pasarse de largo que a quedarse corto. “Los antecedentes históricos desaconsejan una flexibilización prematura de la política monetaria, por lo que mantendremos el rumbo hasta que el trabajo esté hecho”, ha sentenciado, Posteriormente, ha explicado que si llega un punto en que se dan cuenta de que han endurecido demasiado la política monetaria, la Reserva Federal tiene herramientas para corregir el rumbo.
Frenazo en la actividad
“La principal motivación para subir los tipos de forma tan agresiva siguen siendo los datos de inflación aún elevados, con una tasa subyacente que ha avanzado más en septiembre hasta el 6,6%, un sólido informe sobre el PIB correspondiente al tercer trimestre de 2022, y las bajas tasas de desempleo y las elevadas ofertas de trabajo que señalan que el mercado laboral sigue sobrecalentado”, indica David Kohl, economista jefe de la entidad Julius Baer, a través de una nota.
Al mismo tiempo, añade Kohl, los indicadores adelantados señalan una ralentización de la actividad económica, con las áreas de la economía más sensibles a los tipos de interés, como la construcción, ya en contracción. Los planes de inversión se han reducido y las perspectivas generales de las empresas se han deteriorado considerablemente. Julius Baer cree que el hecho de que la Fed se centre en indicadores retrospectivos y la rápida subida de los tipos de interés de 300 puntos básicos (tres puntos porcentuales) en solo cinco meses, “aumenta el riesgo de que la Fed endurezca en exceso la política monetaria al ignorar los grandes desfases que existen entre la subida de los tipos y la desaceleración de la inflación”.
Desde 1994, la Reserva no había subido nunca los tipos de golpe 75 puntos básicos (0,75 puntos porcentuales) y ahora lo ha hecho por cuarta vez consecutiva desde junio. Un aumento de 50 puntos básicos ya era excepcional: el último antes de este año procedía de 2000, cuando Alan Greenspan trataba de pinchar la burbuja tecnológica. Desde entonces, lo normal era un ajuste fino, paso a paso de 25 a 25 puntos básicos.