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ESTRATEGIAS

El regreso de la regidora Patricia Torres

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Cuando podía haber regresado a sus labores sin mayor aspaviento, lo que le habría generado incluso el reconocimiento de los miembros de su partido y de la comunidad en general, ayer la regidora de Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) Patricia Lucía Torres Rosales, realizó una conferencia de prensa para anunciar su regreso al Cabildo de Cuernavaca, pero sobre todo, para advertir que “va con todo” contra el regidor del Partido Acción Nacional, Fernando Carrillo Alvarado, a quien acusa de “violencia política de género” en un juicio para la protección de los derechos político-electorales presentado ante el tribunal correspondiente.

Lo que se suponía sería un evento exclusivo para los medios de comunicación, se convirtió en un acto político que incluyó “acarreados” para que gritaran a media conferencia, y la presencia de representantes del partido tanto a nivel nacional como estatal, así como regidores de ese instituto político y “el colado” Hugo Manzo Godínez, que va a todas partes a donde haya reflectores.

Primeramente, la regidora con licencia hizo una remembranza de lo que ocurrió aquel infortunado siete de junio del 2022, cuando gran parte del Cabildo y del gabinete acudió a la invitación del secretario de Desarrollo Económico y Turismo, Humberto Paladino Valdovinos, y del secretario de Desarrollo Sustentable, Pablo Aguilar Ochoa, a la reinauguración del Paseo Ribereño “Alfonso Sandoval Camuñas”, aclarando que en ninguna parte del programa se encontraba contemplada la caminata sobre el puente colgante.

Fue precisamente a petición de Pablo Aguilar, quien “insistió en que la caminata se realizara sobre el puente colgante y no por debajo con la finalidad de tomar fotografías y difusión de la reinauguración del parque”, según menciona Patricia Torres en su demanda de juicio presentada el pasado 15 de noviembre en el Tribunal Estatal Electoral.

El discurso pronunciado ayer por la militante de Morena incluyó una narración muy dramática de lo que ocurrió después de que el puente se vino abajo, su lesión expuesta y la infección provocada por el contacto con aguas negras, lo que la llevó a pensar en que se iría de este mundo dejando solos a sus hijos. “Me esperan operaciones, no sé cuántas todavía, sobre todo terapia física y terapia emocional para poder asimilar que mi vida ha cambiado. Soy una sobreviviente en toda la extensión de la palabra, pero bendecida por Dios, y estoy aquí para buscar justicia”, dijo al borde de las lágrimas mientras sus seguidores coreaban “justicia, justicia”.

-¿Hay alguna responsabilidad del alcalde? -cuestionó un reportero.

-El alcalde también fue víctima, él y su esposa, entonces ahora sí que sean las instancias correspondientes las que lo determinen- contestó.

La regidora se refiere a la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, que oficiosamente inició la carpeta de investigación FECC/255/2022 pero que no ha dado información sobre el avance de las investigaciones cuando ya han pasado casi seis meses del acontecimiento. Seguramente Juan Salazar lo está negociando políticamente, como es su costumbre.

Por cuanto al Juicio de Protección a los derechos político-electorales del ciudadano, que quedó radicado con el numeral TEE/JDC/91/2022, consideramos que difícilmente les serán aceptados sus argumentos.

En su escrito de demanda, la regidora con licencia está poniendo como actos reclamados “la ilegal aprobación de la licencia determinada por tiempo indeterminado (sic) que aprobó el Cabildo Municipal de Cuernavaca en sesión pública de fecha 29 de junio de 2022, misma que fue el instrumento para ejercer violencia política, por lo que se reclama la anulación de dicha licencia y el otorgamiento por parte del Cabildo de la licencia con goce de sueldo hasta que los médicos tratantes me otorguen el alta médica y me incorpore a mis funciones como regidora del Ayuntamiento de Cuernavaca”.

Es decir, que pretende que se le restituya el pago de su sueldo a partir del día en que le fue suprimido POR QUE ELLA LO PIDIÓ. Recordemos que en la sesión del 24 de junio (que por cierto fue Cabildo abierto celebrado en Chamilpa), la regidora Patricia Torres -desde su casa vía zoom- informó que solicitaría licencia con goce de sueldo, e inmediatamente después hizo uso de la palabra el también regidor Raúl Fernando Carrillo Alvarado, quien dijo:

“Quisiera hacer uso de la voz por alusiones, ha sido general pero recordar dos hechos, no ha sido una persona afectada del lamentable accidente en paseo ribereño, por cierto una obra generada por un alcalde de Morena de la administración anterior, hay que dejarlo muy claro, no por esta administración, no entiendo las palabras de contubernio, omisión o complicidad cuando su servidor también ha sido parte de este accidente, diez centímetros me salvaron la vida a darme un golpe más fuerte en otra roca, tengo dos costillas rotas voy saliendo del esguince de cuello y tengo el pie fracturado, no estoy aquí para hacer campaña ni utilizar un cabildo para favorecerme en carácter personal, creo que basta de politizar los eventos de este gobierno municipal, si hablamos entonces ya no beneficiarnos de los actos de este gobierno desde ahora menciono que mi voto será en contra a una petición de licencia en el que se haga un pago doble de salario a un suplente y a un titular”. La quejosa exhibe la versión estenográfica de ese discurso y solicita al TEE “sea verificada por esta autoridad electoral a efecto de que pueda estar en contexto de la actitud y agresividad de sus palabras”.

La verdad es que ya repasamos las 23 causales que contempla la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y no encontramos ninguna que pudiera siquiera aproximarse a los hechos ocurridos durante ese cabildo y en los días posteriores.

Por otro lado, la quejosa pretende justificar que primero pidió una licencia con goce de sueldo, y después sin goce del mismo, bajo el argumento de que “a través de la violencia moral se me obligo a retractarme de mi primer oficio, hechos que por su mecánica son de realización oculta, ello implica que la demostración de esta parte resulte sumamente difícil de comprobar, por lo cual será que el propio Ayuntamiento de Cuernavaca, a quien le tocará acreditar que fue la voluntad de la suscrita cambiar ese oficio, que no se me coaccionó y que no se abusó de mi estado de debilidad psicológica y de salud en el que me encontraba, de lo cual se desprende que sufrí violencia política de género de manera reiterada y continua”.

Desde nuestro punto de vista, si las magistradas del Tribunal Estatal Electoral le dan trámite a esa demanda será solamente por solidaridad (sororidad es el término correcto) en cuyo caso se arriesgarían a que un tribunal de alzada (donde no haya puras mujeres) les corrija la plana.

Pero más allá de lo jurídico, la conferencia de ayer en las instalaciones de Morena es un mensaje para José Luis Urióstegui y sus aliados, de que las relaciones al interior del Cabildo ya no serán tan tersas pues ya regresó Paty Torres, de quien no se sabe si está recibiendo línea de algún político morelense o del mismísimo “señor de las ligas”, René Bejarano.

HASTA MAÑANA.

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