Atrapados en las Redes Sociales
En 2004, la primera red social (Facebook) fue creada por Mark Zuckerberg, la cual fue posible gracias a la aportación de Steve Jobs, ya que fue el creador del primer ordenador personal. Estos dos inventos han venido a revolucionar los sistemas de comunicación y, en especial, nuestra manera de relacionarnos y comunicarnos a través de los celulares. Esta revolución tecnológica está modificando nuestros hábitos de comportamiento y ya se habla de una adicción.
Una persona que no tenga celular es como una persona que vive en la Edad Media, con posibilidades muy limitadas para comunicarse con los demás o hacer negocios o relaciones sociales.
Los celulares con herramientas muy poderosas y su uso puede ser tan beneficioso como perjudicial. Bien usado es como si tuviéramos el mundo en nuestra manos, es decir, el conocimiento y la información que deseamos, leer libros, ensayos, conferencias, documentales, etcétera; es más, se puede estudiar en línea todo lo que queramos pero, si los usamos con frivolidad creando un avatar de nuestra propia personalidad podemos quedar aferrados creando el mejor rostro de uno viviendo el síndrome de Narciso.
Veamos cómo están las adicciones en las redes sociales: Facebook cuenta con 2,740 millones de usuarios; YouTube tiene casi 2,300 millones de usuarios registrados; Instagram 1,221 millones, Tik Tok 800 millones y Twitter 350 millones. Es un espectro considerable de entretenimiento o, para ser más congruentes con la realidad, estamos dominados por un mundo virtual que secuestra nuestra atención y eso, precisamente, es el gran negocio de los gigantes de la tecnología: venderla a los anunciantes y apoderarse de todo lo que somos.
¿Qué efectos perniciosos ocasionará el uso excesivo del celular entre las nuevas generaciones? Es impredecible lo que puede ocasionar. Sin embargo, se habla ya de posibles daños en el sistema nervioso central, trastornos del sueño, estrés, nerviosismo, ansiedad y depresión; bajo rendimiento escolar y dificultad para la concentración pero, sobre todo, genera una adicción similar al de cualquier consumo de droga.
Sabemos que los celulares son una gran paradoja porque sirven para comunicarnos pero están generando mucha incomunicación. Basta ver a la familia que al momento de compartir los alimentos, la mayoría de los miembros están atentos a su celular o en una reunión entre amigos es muy difícil sostener una conversación porque, al menos de dos a cuatro veces, consultan el celular. ¡O qué, no!