El día que ardieron las carreteras
Quisieron escapar e impactaron un camión contra el muro trasero del penal de Cieneguillas, entre las torres 2 y 3. Eso mismo habían hecho, apenas en octubre pasado, ocho internos de alta peligrosidad que se hallaban aislados en un área ubicada entre ambas torres, a fin de que los integrantes de un grupo criminal contrario no pudieran atacarlos.
Corría la tarde del sábado 8 de octubre de 2022. A las 16:15, dos pick up chocaron contra el muro y lograron abrirle un boquete. Los internos estaban listos, esperando la llegada de sus cómplices.
En esa operación participaron al menos 12 camionetas. A una de estas, los prófugos le prendieron fuego. Helicópteros militares sobrevolaron durante horas los alrededores del penal, ubicado a unos kilómetros de Zacatecas, pero no lograron localizar a los internos.
Solo se supo que estos habían huido hacia la zona de Calera.
Dos meses más tarde, otro grupo de internos quiso revivir aquella operación. No tomaron en cuenta que las autoridades penitenciarias habían abierto un foso de seguridad alrededor de la barda perimetral, para evitar que los hechos de octubre se repitieran. El camión cayó dentro de la zanja, la fuga se frustró, pero Zacatecas ardió.
En un radio de 60 kilómetros se reportaron bloqueos carreteros y quema de autos y camiones de carga a manos de sujetos fuertemente armados. Ardieron las carreteras que conectan Zacatecas con Durango, Saltillo, Aguascalientes, Guadalajara… Se registraron congestionamientos de hasta seis horas de duración, y circularon las consabidas imágenes de panoramas envueltos en fuego.
En un hecho absolutamente insólito, la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga, Canacar, llamó a los permisionarios del servicio federal de carga a que suspendieran toda actividad en Zacatecas.
Era el Cártel de Sinaloa poniendo otra vez en jaque, ahora desde el interior de una cárcel, a un estado que se disputan El Mayo Zambada y Nemesio Oseguera, El Mencho, y que en materia de homicidios duplica la media nacional, con 187 asesinatos por cada 100 mil habitantes.
Cieneguillas es un escenario históricamente trágico. Está marcado por la corrupción, las riñas, las fugas, los motines. El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria ha denunciado las deficientes condiciones materiales y de higiene en que viven los internos. Autogobierno, corrupción, extorsiones, sobornos e insuficiente personal de seguridad y custodia hacen de este centro un reino en poder del crimen organizado.
Solo hay 33 custodios por turno, ni la mitad de los necesarios para atender una población de casi 1,300 personas.
Cieneguillas atrajo la atención nacional una madrugada de mayo de 2009 cuando 20 individuos que portaban uniformes de la Agencia Federal de Investigaciones sacaron por la puerta principal a un líder Zeta apodado El Ostión, así como a 52 integrantes de ese grupo criminal.
El “operativo” duró solo cinco minutos. Los prófugos fueron llevados a San Luis Potosí, en donde se les asignaron tareas como halcones, distribuidores y sicarios.
Diez de ellos perdieron la vida en enfrentamientos. Otros 20 fueron recapturados. De 23 no volvió a saberse más.
Una década después (diciembre de 2019) Cieneguillas volvió a ponerse bajo el ojo público, la noche de año nuevo sicarios del Cártel del Golfo hicieron un ajuste de cuentas que dejó 16 muertos y 5 heridos. En una revisión realizada el día anterior, se habían decomisado drogas, teléfonos y “puntas”. Nadie vio las armas cortas que los internos, ligados a los cárteles del Golfo y Sinaloa, emplearían 24 horas más tarde para aniquilarse.
En mayo de 2020, 12 internos de alta peligrosidad, miembros del Cártel del Noreste, escaparon por un túnel de 50 metros de largo. La fuga ocurrió a las dos de la tarde: un vehículo los esperó a espaldas de la prisión y los 12 reos pudieron huir con tranquilidad.
Hace año y medio la prisión fue despresurizada con la salida de 165 internos procesados o sentenciados por delitos federales: unos dos mil agentes los trasladaron a un centro de reclusión federal ubicado en Guanajuato.
Sin embargo, la situación de violencia creada por integrantes del crimen organizado volvió a crecer. La fuga frustrada de Cieneguillas y el incendio de Zacatecas avivan un clima de inseguridad al que en los últimos días se han sumado el asesinato del general José Silvestre Urzúa, coordinador de la Guardia Nacional en el estado (otro hecho sin precedentes) y la ejecución del juez de control Roberto Elías Martínez, acribillado a bordo de su automóvil.
Hoy, haciendo valer su presencia siniestra, el crimen organizado obliga a la suspensión, en la entidad, del servicio federal de carga.