Hans-Hartwig-Blomeier, director de Konrad Adenauer-Stiftung en México, de las organizaciones que elaboró el estudio “Federalismo responsable en México”, comenta que uno de los principales retos que tiene el federalismo en el país es la falta de proyección en los presupuestos y en las políticas públicas, las cuales dependen en gran medida, de los periodos de tiempo que duran las administraciones.
“Las transformaciones a fondo requieren tiempo y seguimiento. Debe de haber una profesionalización del sector público para que haya continuidad más allá de la decisión política.
“Debe de haber un aparato capacitado para ejecutarlas y un sistema de meritocracia para que continúen (los funcionarios públicos) independientemente del cambio de Gobierno. Por eso veo beneficioso que ya hay reelección (para legisladores y presidentes municipales) porque sino, no hay posibilidad de avanzar y todo se queda trunco”, comenta.
Por su parte, el coordinador de Gobierno y Finanzas del centro de investigación en política pública del Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C. (IMCO), Manuel Guadarrama, opina que los principales temas a discutir deben ser las capacidades fiscales de las entidades y el pacto fiscal que existe con la federación.
“Con el federalismo fiscal hemos visto que las finanzas públicas no han mejorado y hay dependencia de las transferencias federales a las finanzas de las entidades. También, hemos detectado endeudamiento y poca generación de recursos propios.
“El pacto fiscal está siendo como una camisa de fuerza para todos los estados con las mismas reglas de coordinación fiscal. Tenemos un México muy distinto y aplicar las mismas reglas de coordinación y distribución —a través de los ramos— ha profundizado la dependencia de los recursos federales y ha mantenido sin un cambio la generación de ingresos propios”, dice.
Para revertir esta situación, el especialista propone primero cambiar las reglas de coordinación fiscal y dotar de incentivos a las entidades para que recauden de mejor forma, gasten mejor e inviertan óptimamente.
Como segundo punto, el especialista del IMCO propone una planeación en los tres principales problemas del federalismo fiscal.
“Primero debe de haber una modernización en las administraciones estatales, muchos gobiernos siguen utilizando el papel y hay otros que ya están a la vanguardia. El siguiente cambio debe ser político, porque actualmente vivimos en la cultura del ‘no pago y no cobro de impuestos estatales y municipales’, pero cuando la gente comience a ver los beneficios de pagar más impuestos, la recaudación va aumentar, pero para eso se requiere de planeación.
“Finalmente se deben de combatir las deficiencias en los marcos normativos, es decir, generar incentivos para que los estados generen más recursos, que sea a través de la ‘meritocracia’ la distribución y, sobre todo, cerrar los candados al uso discrecional de los recursos para evitar que desde la Federación se beneficie a los gobiernos estatales y municipales afines”, opina.
Guadarrama considera que en la planeación de las políticas públicas debe existir un presupuesto y ponerles un costo.
“Los derechos cuestan, las políticas públicas también. Algo que nos ha faltado es empezar a estimar los costos de lo que se promete, se reforma la Constitución y las leyes y nunca se tiene en mente cuánto va a ser el impacto económico de llevarlo a cabo, por lo que termina en una simulación”