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Atrapados en la Normalidad

Atrapados en la Normalidad

 

 

Para situar el tema, debo señalar que la Real Academia de la Lengua Española define a la palabra “normal” con diferentes acepciones, de las cuales elijo dos que se aproximan a la idea que deseo esbozar, la primera referida a “lo habitual u ordinario” y la segunda “dicho de una cosa que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano”.

Es cierto que los seres humanos lo somos, entre otros atributos y cualidades, porque florecemos y vivimos en sociedad y; para que lo podamos hacer en paz y en armonía, hemos construido un arden normativo que nos permite vivir en una cierta normalidad. Estas normas nos permiten vivir sin exceder ni adolecer. Mientras esto sucede nuestra vida se vuelve habitual.

En pleno siglo XXI, entre otros adjetivos que se le hacen a este siglo, estamos viviendo la era de la incertidumbre o como lo ha escrito Zygmunt Bauman “La modernidad liquida” cuya teoría da una explicación para describir lo que estamos viviendo en la sociedad actual, donde prima el individualismo y la forma de vida cambiante y poco sólida. Este fenómeno a muchos de nosotros nos perturba porque nos cuesta trabajo entender lo que esta sucediente, todo cambia tan rápido que no alcanzamos a digerir cada suceso de nuestra vida social, económica, política, cultural, científica y tecnológica. El cambio es tan brusco que hemos perdido la dimensión de la normalidad.

Bajo este entorno de volatilidad estamos viviendo en una gran paradoja entre lo bueno y malo que hay en la sociedad. La violencia creciente, los feminicidios, la ineficiencia de las autoridades gubernamentales, el abuso draconiano de las farmacéuticas, la voracidad de los banqueros, industriales, comerciantes y la infodemia están ocasionando que lo veamos como una normalidad o nos estamos habituando a estos fenómenos maléfico. Y, por si fuera poco, estamos siendo eclipsados por las redes sociales y por los juegos digitales. Sin percatarnos de ello, estamos quedando atrapados en esa normalidad perniciosa. Estamos impávidos y casi sin poder hacer algo.

Todo lo bueno que hay en la sociedad está siendo devorado por la indiferencia e indolencia de la mayoría de nosotros. El orden jurídico que nos aglutina está siendo pisoteado por los malosos.

No olvidemos, que construir la normalidad es tarea de todos, sin embargo, resulta paradójico entender que la normalidad, también, está en movimiento y necesita ser transformada. Pero tal parece que lo que está sucediendo es una normalidad estancada y atrapada en lo pernicioso. Esta realidad está siendo aprovechado por los poderosos ante nuestros ojos.

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