El Informe de Urióstegui
“Algunas personas quisieran que se gobernara con estridencias y actos mediáticos, nosotros preferimos la prudencia y los resultados que da el trabajo ordenado, metódico y eficiente. También, algunos quisieran una política de venganza, de persecución contra aquellos que defraudaron la confianza ciudadana y se beneficiaron de su cargo; nosotros vamos por la legalidad”.
La anterior afirmación -dicha por José Luis Urióstegui Salgado en una parte de su primer informe de labores- define claramente cuál ha sido su política de gobierno durante los primeros 12 meses al frente de la Presidencia Municipal de Cuernavaca, la cual no ha dejado contentos a muchos.
¿Qué habría pasado si en su primera declaración como alcalde de la ciudad capital Urióstegui hubiera dicho a voz en cuello: “¡Vamos a meter a la cárcel a Antonio Villalobos!”. Los medios de comunicación habrían tenido nota de ocho columnas y estarían encantados, pero ese no es el estilo del abogado que ganó las elecciones en 2021 en su tercer intento.
Su estilo es exageradamente cauteloso pero sin perder de vista el objetivo primordial. Prueba de ello es que hoy su antecesor está preso en el Penal de Atlacholoaya por un delito, sin embargo, está en espera de otros 32 procesos penales que fueron integrados como resultado la entrega-recepción de las diferentes áreas del Ayuntamiento.
Y por si no fuera suficiente, ayer la consejera jurídica Nadia Luz Lara Chávez, acudió al Congreso local a entregar la solicitud de juicio político en contra de Antonio Villalobos Adán, para que lo inhabiliten por 10 años y haya un posible resarcimiento de los daños. ¿Qué di- rán ahora los que hablaron de un “pacto de impunidad” después de aquella foto donde el presidente municipal saliente y el electo reían a carcajadas en torno a una mesa de restaurante en presencia de un directivo de un medio de comunicación?
Salvo algunos problemas de logística (no se acomodó con el telepromter y terminó haciéndolo “a la antigüita”; no retiraron sillas y dio la impresión de que faltó gente; los policías que cuidaron los estacionamientos se portaron groseros, etc.), la presentación de su primer informe fue un evento sobrio, sin acarreados, en el que se cumplió con lo que dice la ley: informar a la ciudadanía del estado que guarda el municipio.
Antes, recordó que recibieron la administración en condiciones extremadamente difíciles, literalmente a oscuras, porque la energía eléctrica del edificio principal del Ayuntamiento tenía suspendido el servicio por la falta de pago. “El nivel de abandono en que se encontraba en todas las áreas, de ninguna manera se justificaba, porque siempre hubo recursos para realizar, aunque fuera lo mínimo indispensable a favor de la comunidad. No podemos hablar más que de irresponsabilidad y deshonestidad.
En las mismas circunstancias, el agua potable dejaba de llegar constantemente a los hogares y comercios porque la Comisión Federal de Electricidad cortaba la luz de los pozos ante la falta
de pago”, dijo.
Agregó que desde el principio se planteó una política muy clara de recuperación de los valores fundamentales que deben guiar el quehacer público de todo funcionario. Gobernar con fundamento en los valores democráticos, el respeto irrestricto a la legalidad, escuchando a la gente con honestidad, transparencia y, lo más importante, construir comunidad para restablecer el tejido social. Este es un elemento indispensable si queremos que nuestra ciudad renazca.
El evento contó con la presencia del secretario de Gobierno, el también abogado Samuel Sotelo Salgado, en representación del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo. El presidente del Tribunal Superior de Justicia, Jorge Gamboa Olea, acudió en representación del Poder Judicial, en tanto que del Legislativo únicamente llegaron (tarde) los diputados panistas Ángel Adame Jiménez, Andy Gordillo y Oscar Cano, “El Toby”, pero más como amigos del alcalde que como representantes de la Cámara.
En su informe, el exprocurador de justicia y ex-consejero jurídico estatal dijo que hoy en Cuernavaca tenemos un gobierno comprometido con su gente, gobierno cercano y sensible, que escucha, que tiene vocación de servicio, sobre todo con las mujeres y hombres que por su condición económica más nos necesitan. “Cuernavaca está cambiando, está renaciendo con entusiasmo, con alegría; con el trabajo de miles de mujeres y hombres que aman esta tierra que nos vio nacer o ha recibido para una residencia permanente y no pararán hasta tener la ciudad que merecemos”, sentenció al finalizar su discurso.
En primera fila, la presidenta del DIF-Municipal, Luz María Zagal, que fue la que recibió más aplausos cuando su esposo habló del trabajo realizado por esa institución en beneficio de los grupos vulnerables.
Más atrás, como invitados especiales, el sector empresarial representado por Antonio Sánchez Purón y Griselda Hurtado. Del Sector Turístico Marcos Manuel Suárez Ruiz y su amigo, el ex director de OCRA, Mario Croswell Arenas. Como siempre, sus amigos de la Barra de Abogados encabezados por su nuevo presidente, Fabián García. Los magistrados de Justicia Administrativa Guillermo Arroyo y Roque González Cerezo, así como el abogado Enrique Paredes.
Directores de los más importantes medios de comunicación en la entidad estuvieron presentes como invitados especiales. De los alcaldes, sólo acudió el presidente municipal de Xochitepec, Gonzalo Flores, quien se retiró temprano acompañado de sus guaruras. Jorge Messeguer Guillén, ex secretario de Gobierno con Graco Ramírez, llegó a saludar al alcalde Urióstegui Salgado.
De los regidores no faltó ninguno, y todos acudieron con sus mejores galas: Paz Hernández Pardo, Christian Mishell Pérez Jaimes, Víctor Hugo Manzo Godínez, Ximena Gisela Román Peralta, Debendranath Salazar Solorio, Jesús Raúl Fernando Carrillo Alvarado, Víctor Adrián Martínez Terrazas, Yazmín Lucero Cuenca Noria, Mirna Mireya Delgado Romero, María Wendi Salinas Ruiz y Jesús Tlacaelel Rosales Puebla, además de la síndica, Verónica Atenco.
Llamó la atención que el escenario no mostró en ninguna parte el color azul panista. Tampoco hubo un espectáculo previo, no llegaron camiones cargados de gente de colonias alejadas, y no se vio a nadie repartiendo tortas ni refrescos. A la Alameda de la Solidaridad fue la gente que tuvo la voluntad de acudir por sus propios medios, no por una cantidad de dinero ni una despensa.
Y a pesar de que no es un gobierno emanado de Morena, en el informe de Urióstegui prevaleció la frase que está de moda: “austeridad republicana”.
HASTA MAÑANA