En la antesala de uno de los momentos definitorios de su historia: las elecciones estatales en Coahuila y el Estado de México, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), enfrenta una crisis interna que complica su futuro.
Las reformas estatutarias que amplían la permanencia de Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas en la presidencia del CEN tricolor hasta 2024, agudizaron las diferencias entre distintos grupos al interior de la institución.
Las fricciones entre los militantes del PRI y la actual dirigencia no son nuevas, se remontan a las elecciones del 2021, cuando el Revolucionario Institucional no logró el triunfo en ninguno de los 15 estados donde se disputaron las gubernaturas
Esto provocó que diversos militantes solicitaran la renuncia de Moreno Cárdenas, quien se ha mantenido en el cargo.
A la petición de dejar el cargo en aquel momento debido a los resultados electorales, Moreno Cárdenas argumentó que “entregó resultados positivos” al pasar del 8 al 18 por ciento en las preferencias electorales.
“Fui electo 4 años y voy a estar 4 años al frente del PRI porque estamos trabajando siempre por México, por nuestro país y por nuestro partido. Nos fue muy bien en Nuevo León y Coahuila”, dijo en aquella ocasión.
Un año después, en los comicios de 2022, donde estuvieron en juego las gubernaturas de Aguascalientes, Durango, Tamaulipas, Oaxaca, Quintana Roo e Hidalgo, los priistas perdieron esta última entidad, la cual era considerada uno de sus principales bastiones, pues no conocía la alternancia.
En unidad, la coalición Vamos por México, retuvo Aguascalientes y se hizo de Durango, donde el PRI pudo colocar al hoy gobernador Esteban Villegas.
Sin embargo, los resultados electorales cosechados este año y en los anteriores a grandes rasgos, llevó a que un destacado grupo de militantes volviera a pedir la renuncia de “Alito”, en esta ocasión a través de una carta pública que se dio a conocer en junio de este año.
“Los resultados de las elecciones de estos últimos años, que nos han llevado a perder 19 gubernaturas y además posiciones importantes de representación popular en los niveles federal y local del gobierno nos obligan a hacer un importante alto en el camino para realizar un examen a fondo del rol y la misión que el partido y su dirigencia deben desempeñar en este momento”
“No será mediante el duelo de vencidas, ni por la vía de las declaraciones o de las denuncias, que se venza la dirigencia que hoy presido. Ésta, que se escuche claro y firme, ésta llegará a su término y reemplazo en tiempo y en forma. Y se hará mediante un proceso institucional, encabezado por la dirigencia que me honro en presidir”, señaló el dirigente.
En los comicios de 2022, donde estuvieron en juego las gubernaturas de Aguascalientes, Durango, Tamaulipas, Oaxaca, Quintana Roo e Hidalgo, los priistas perdieron esta última entidad, la cual era considerada uno de sus principales bastiones
De igual forma, criticó a quienes, dijo, utilizan sus diferentes tribunas para propiciar la división del partido para favorecer sus intereses particulares.
“Muchos de ellos pretenden una sustitución que los favorezca a pesar de que han regateado o evadido su contribución plena a nuestro instituto político.
“En el PRI todos nos conocemos, sabemos quiénes son los que pretenden dividir, los que pretenden calumniar, los que salen a declarar públicamente para dañar al partido antes de venir aquí al seno del Consejo Político Nacional a debatir entre iguales la situación que hoy tiene nuestro instituto político”, declaró.
El PRI tiene frente a sí el reto de mantener sus últimos dos bastiones, Coahuila y el Estado de México y frenar en estas entidades la avalancha guinda.
Pero con un partido dividido, sus posibilidades se reducen drásticamente, por lo que un nuevo revés electoral para el año próximo los dejaría prácticamente en la lona rumbo a 2024.